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Los millennials y el uso de plataformas online para citas

30/03/2017
¿Qué motiva a los millennials a usar aplicaciones de citas online, como Tinder o Happn? ¿Las utilizan de igual forma las mujeres que los hombres? ¿Qué género las consume más? ¿Estas herramientas pueden llegar a cosificar a las personas?
Los millennials y el uso de plataformas online para citas

En busca de estas y otras respuestas, Stephanie Better, Alejandra López y Melissa Nogués, realizaron un proyecto de investigación acerca de los servicios de búsqueda de citas online como requisito para la obtención del Diploma de Especialización en Dirección de Marketing.

En el trabajo utilizaron la metodología cualitativa con “usuarios, exusuarios y no usuarios” de las plataformas de citas, además de entrevistas a profesionales vinculados al tema. Actualmente las graduadas están llevando a cabo una investigación cuantitativa para profundizar la temática abordada.

De acuerdo a su investigación, el uso de las aplicaciones de citas, ya sea para encuentros románticos y/o sexuales ha ido creciendo considerablemente tanto en Uruguay como en el resto del mundo. Según el informe del Perfil del Internauta Uruguayo realizado por Grupo Radar 2014, un 22% de los usuarios de internet afirmaron haber buscado pareja o amigos en la red en el último mes. A pesar de este crecimiento, estas redes generan polémica, dada la rapidez con la que surge el vínculo y la posibilidad de descartarlo.

El segmento de consumidores que analizaron en el proyecto de graduación fueron hombres y mujeres pertenecientes a la generación del milenio o millennials; aquella comprendida por individuos nacidos entre los años 1981 y 1997, según la definición de Pew Research. “Elegimos los millennials porque es una generación que se adapta fácilmente a la tecnología (…) es representativa del uso de estos servicios”, dijo Alejandra durante la entrevista.

Lo primero que les llamó la atención es la cantidad de personas que encontraron para realizar las entrevistas y contar sus experiencias, ya que en un principio pensaron que iba a ser más difícil.

La plataforma online para citas más reconocida por los entrevistados fue Tinder, seguida de Happn. Sin embargo, los usuarios y exusuarios nombraron otras como Kickoff, Badoo, Twoo y Bumble.

Estos servicios se consideran exitosos dada la cantidad de encuentros físicos que se llegan a concretar, sostienen en su investigación. Según datos recabados de la tesis, el CEO de Glubers -una plataforma que se lanzó en Uruguay a principios del 2016- declara que un 15% de las conexiones terminan en una cita, mientras que Tinder ya ha generado más de 10 mil millones de conexiones, y se generan más de 5 millones de chats por día entre quienes se conocen través de esta herramienta.

La polémica que generan estas redes

La rapidez con la cual se generan y se descartan las relaciones es uno de los puntos más controvertidos del uso de estas aplicaciones de citas, según los especialistas entrevistados durante la investigación.

Así lo afirma la psicóloga Mariana Álvez Guerra, quien considera que estos servicios pueden llegar a convertir a las personas en objetos de consumo, quienes son evaluadas por la imagen y que se pueden desechar ante la primera oportunidad de no colmar expectativas.

“Es un catálogo de personas, lo que lleva a la liviandad de las relaciones. Conocés a alguien a través de la aplicación, no te gusta y es fácil dejar de hablarle porque todavía no generaste un clima”, afirmó Alejandra. “Además si le sacás el like la persona no tiene forma de volver a comunicarse o rastrearse”, agregó Stephanie.

De todas formas, el psicólogo Roberto Balaguer, experto en redes sociales, sostiene que Internet es una manera más de iniciar una relación que no genera culpas en sus usuarios.

El principal obstáculo que presenta la aplicación de estas plataformas en la sociedad uruguaya es su tamaño, ya que a diferencia de las grandes ciudades las personas se pueden encontrar con conocidos en las redes o personas con las cuales comparten círculos sociales. “Al mismo tiempo que hace que vos fácilmente puedas encontrar a alguien y reconocerlo, también es un factor de inhibición. Cuando hay más población, más se desinhibe y se ampara en esa suerte de anonimato, que para eso están hechas estas redes (...). El conocernos todos es una barrera”, sentenció el experto.

Balaguer sostuvo además que estas redes de citas “se basan en una necesidad muy humana del sexo, de la pareja, de la compañía, de la soledad”; y Daniel Gómez, CEO y cofundador de Glubers, afirmó que: “La gente de alguna manera está buscando mucho solucionar el gran problema de que está solo en su vida o que acaba de terminar con su pareja”.

De todas formar Stephanie, Alejandra y Melissa comprobaron a través de las entrevistas cualitativas que estas aplicaciones de citas presentan ciertas ventajas, como el ahorro de tiempo y la comodidad. Así lo explica Roberto Balaguer: “Me parece que son mediatizadores que facilitan mucho y acortan mucho los caminos. Pensá que si no tendrías que salir todas las noches a bailar o a un boliche para conocer la cantidad de gente que podrías llegar a conocer a través de una aplicación. Entonces, es mucho más sencillo. Te hace llegar a muchísima más gente de la que vos podrías de forma material. Te expande decenas y cientos de veces (...) Lo que pasa después queda en tus manos”.

La imagen es clave

El aspecto físico es un tema esencial, es el primer filtro para llegar a entablar un chat y un posterior vínculo. Es diferente de la metodología inicial de los sitios para citas, en los cuales los chats se daban a partir de los intereses de los usuarios, dejando en un segundo plano el aspecto y el atractivo físico: “Antes en las aplicaciones era una cosa más profunda, la gente se enganchaba por lo que la gente ‘era’: ‘yo me enamoré de fulano porque hablaba así y después nos animamos a mandarnos una foto’ y si no era como pensabas, ya habías construido cierta relación. Ahora no construís nada: decís ‘sí-no’, ‘sí-no’, es un catálogo”, afirmó Balaguer.

“Básicamente somos una vitrina de personas donde lo compro o no lo compro, me gusta o no me gusta, textualmente, y pierde mucho lo que hay en el fondo de las personas”, dijo el CEO de Glubers durante la investigación.

Varios usuarios de estas aplicaciones reconocieron sentir cierto poder y diversión al calificar las fotografías: “Te sentís poderoso, no te voy a mentir, es como jugar a ser Dios”, “…siento omnipotencia”, “mirar las fotos creo que es la mejor parte, te sentís como que estuvieras eligiendo de un catálogo, es gracioso”, fueron algunas de sus declaraciones.

Sin embargo, algunos exusuarios criticaron esta experiencia. Uno de ellos dijo: “Me pareció aburrida porque en un día podés ver muchísimas personas, y estás juzgando a la persona por la cara, por si es linda o no para iniciar una conversación, y quizá te estás perdiendo de hablar con muchísimas personas interesantes, que quizá no tienen una carita tan bonita pero quizás se asemejan más a lo que sos o a lo que pretendés como persona, y de eso se trata ese tipo de aplicaciones, juzgás únicamente por lo físico y no tenés otra manera”.

Diferencias según género

Hay diferencias entre mujeres y hombres al usar estas plataformas. En primer lugar, los hombres son más proclives a usarlas, observándose una mayor cantidad de usuarios masculinos. “Normalmente en un sitio de dating normal, el porcentaje de hombres es tres veces más alto”, indicó Daniel Gómez.

Por otra parte, “para las mujeres es más tabú hablar del tema por todos los estereotipos que hay, que si lo usa es más rápida o está desesperada, sin embargo un hombre que está allí no tiene tanto prejuicio en su círculo social”, afirmó Melissa durante en la entrevista.

Otra diferencia es que “las mujeres necesitan hablar mucho más por el chat antes de encontrarse en el plano físico”, dijo Stephanie. “Generalmente el hombre es el que propone la salida”, agregó Melissa.

Además, el nivel de aprobación del género masculino es más amplio: “Según el cofundador de Glubers “Un hombre ve en un día por decirlo, aproximadamente 100 perfiles, una mujer máximo ve 20 perfiles. A diferencia, a las mujeres de esos 20 perfiles solamente le gustan máximo 3 o 4 chicos, a los hombres normalmente casi las cien chicas”.

Por otra parte, “sucede que son las mujeres quienes tienden a utilizar más estas plataformas con el fin de conocer nuevas personas para relacionarse y eventualmente formar una pareja, en tanto que los hombres tienen una mayor propensión a buscar encuentros casuales”, sostuvieron las graduadas en su tesis.

Una alternativa más a la hora de conocer gente

Estas herramientas presentan aspectos positivos como “el sentirse elegido (tener likes) y tener la posibilidad de elegir entre potenciales pretendientes (dar likes) eleva la autoestima de los jóvenes”.

Estas herramientas funcionan en el mercado para los fines que fueron creadas porque los encuentros físicos se concretan, sostuvieron las graduadas, luego dependerá de cada persona cómo continúa cada vínculo. Recordaron que no encontraron estadísticas en el mercado del número de parejas que se han formado porque las aplicaciones sólo sirven para contactarse, luego migran a otras aplicaciones como el WhatsApp y se pierde el rastro de las conexiones en el tiempo.

Más allá de la diversidad de opiniones que generan estas aplicaciones, son una opción más para vincularse entre personas. “Depende mucho de cada situación. Si sos una persona inhibida o muy ocupada, te puede ayudar a interactuar con otras personas que de otra manera quizá no se te da por tu rutina o por tu forma de ser. Pero si lo ves a más nivel macro, sí pueden llevar a relaciones superfluas. Hay que analizar cada situación”, afirmó Melissa.

“Yo antes de hacer la tesis tenía una posición más en contra, ahora que entiendo más las motivaciones y las facilidades, creo que pueden ser buenas herramientas”, concluyó.

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