Ceremonias de graduación
Ceremonias de graduación

Discurso del Arq. Agustín Aprahamian

Palabras del graduado de Arquitectura durante la segunda ceremonia anual de graduación de agosto de 2017.

https://www.youtube.com/watch?v=qCSRltWkG48

Autoridades de la Universidad ORT Uruguay, graduados, familiares y amigos, tengan ustedes muy buenas tardes. Es un orgullo para mí estar representando el día de hoy a esta generación de graduados de la Facultad de Arquitectura.

Tras recibir la propuesta de dar este discurso, me puse a reflexionar sobre qué es la arquitectura, el rol que cumple el arquitecto en la sociedad y el porqué quise transformarme en uno.

En el momento que terminé el bachillerato y debía elegir qué profesión seguir; ya estaba seguro que me quería dedicar a la arquitectura. Esta fuerte convicción resultaba incluso un poco extraña, no teniendo en mi familia cercana ningún arquitecto. Sin embargo, pensándolo bien, sí había uno: mi abuelo llevaba por dentro esta vocación. Para que tengan una idea, dibujó a mano, en un cuaderno, los planos de la casa donde viví los primeros 15 años de mi vida. Mi abuela, cuando respiraba aliviada por haber terminado una reforma en su casa, ya se veía envuelta en otra.

Me entusiasmaba desde aquel entonces la idea de poder materializar algo de mi propia creación, el poder transformar la ficción en realidad. Por suerte la intuición no me falló, y tengo la alegría de poder decir que estudié lo que realmente me apasiona. Sin embargo, cinco años y medio después, puedo decir que la arquitectura es mucho más que aquello que nos podíamos imaginar cuando comenzamos a estudiar.

La arquitectura es el arte y ciencia de crear un marco a nuestras vidas. Como afirma Améndola, la ciudad contemporánea es como un gran teatro, donde cada persona juega un papel y la arquitectura ejerce de escenografía. En pocas palabras, la arquitectura es aquella manipulación de elementos que genera espacio y entorno a las personas, pudiendo afectar directamente sobre ellas.

Es entonces que como arquitectos tenemos a partir de ahora la oportunidad y responsabilidad de crear un buen entorno a los usuarios, mejorando nuestras ciudades y así la calidad de vida de sus habitantes. Ciudades pensadas para el humano y no para el automóvil, que incentiven el encuentro y la socialización. Debemos entender la economía y el desarrollo inmobiliario, pero frente a meros intereses comerciales, no debemos perder el tacto con el usuario al momento de proyectar.

Como nuevos profesionales, debemos ser conscientes de la importancia que posee la arquitectura como legado cultural en la sociedad. Es lo que heredamos del pasado y debemos ser conscientes de la permanencia de lo que construimos. Una gran interrogante podría ser: ¿Cómo podemos ser revolucionarios de modo tal que no olvidemos nuestras tradiciones?

Quisiera agradecer a todos los familiares aquí presentes: sin su apoyo, este logro no hubiese sido posible. Agradezco a la universidad por habernos brindado las herramientas necesarias para desenvolvernos y poder entender la arquitectura en su más amplio sentido. Pero principalmente, le agradezco ver la vida con otros ojos y el haber aumentado mis ganas de seguir aprendiendo.

Finalmente, tengo la convicción de la importancia que poseen la modestia, el respeto y la tolerancia, valores capaces de hacernos profesionales receptivos, a favor del trabajo en equipo.

Espero que en esta nueva etapa podamos contar con la empatía necesaria para lograr entender las necesidades de las personas, generar una arquitectura adecuada, y de esa forma, provocar sonrisas.

Muchas gracias.