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Buenos días a todos. Muchas gracias por acompañarnos.
Es un gran honor para mí representar a los graduados de la Facultad de Ingeniería.
Permítanme contarles que cuando recibí el mail con la propuesta de dirigirles unas palabras en esta ceremonia me encontraba en el Poder Judicial haciendo fila para legalizar mí pasaporte y así poder obtener la visa de trabajo en Chile. Durante los siguientes 45 minutos de espera, por mi cabeza solo pasaba una pregunta: “¿Cómo llegué hasta acá?”.
Fue en ese momento que viajé en mi mente hasta 4.º año de liceo, más precisamente a las clases de informática donde me quedaba después de hora ayudando a mis amigas con cosas que para mí eran fáciles y para ellas simplemente imposibles. Fue entonces que me empecé a dar cuenta que lo mío podía venir por ahí, por la informática.
Cuando llegué a 6.º ya estaba segura que quería estudiar algo relacionado con la tecnología. Quizá por prejuicios, creía que yo no tenía un perfil de ingeniera. Pasaba horas en la computadora buscando carreras y opciones que me convencieran hasta que encontré la Licenciatura en Sistemas, esta carrera que, a mi entender, es la combinación perfecta entre la tecnología y el mundo de los negocios. No me quedaron dudas, yo quería ser Licenciada en Sistemas.
Todos creemos saber qué hace un profesional de sistemas, pero les confieso que al principio resulta complicado explicarlo. Cada vez que le decía a alguien que iba a estudiar Sistemas, que estaba convencida que era lo mío, me encontraba con respuestas del tipo: ¿Estás segura?, ¿Estás loca? ¿pero esa no es una carrera más de hombres? Y no faltó la que seguramente todos los licenciados escuchamos alguna vez: ¿y por qué mejor no hacés Ingeniería? Convencida de mi elección, en marzo de 2011 arranqué.
En el camino me fui formando, llenándome de experiencias, herramientas y conocimientos. Me encontré con grandes compañeros, que hoy son mis amigos y con excelentes profesores, algunos con quienes tuve la suerte de ser colega. Gracias a las exigencias de la universidad logré despertar un mayor sentido de responsabilidad y disciplina.
Todo lo aprendido me permitió atravesar un duro proceso de selección en una empresa multinacional, donde se buscaba a los mejores talentos tecnológicos de la región para trasladarse a Chile y formar parte del equipo de desarrollo de la Digital Factory de la empresa. Recuerdo durante este proceso tener pruebas técnicas donde me ponían ejercicios típicos de parcial de las materias más difíciles de la carrera. En aquel momento, me decía a mí misma: “tranquila, hiciste muchos de estos ejercicios, este es uno más” y como esta situación otras tantas, donde se me ponía a prueba y yo sentía la tranquilidad de estar preparada.
Es así, como seis años después de aquel marzo 2011, me encuentro instalada en Santiago, trabajando con compañeros de distintas partes del mundo y viviendo lo que considero una de las experiencias más importantes y enriquecedoras de mi vida.
No puedo más que agradecer a todos aquellos que de una forma u otra aportaron a que este momento se haga realidad.
Por último, felicitaciones a todos los graduados. Estamos preparados para cualquier desafío que se nos presente, simplemente está en cada uno de nosotros potenciar todo lo que hemos adquirido a lo largo de estos años.
¡Muchos éxitos para todos!
Muchas gracias.