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La formación como clave para generar cambios significativos

07/08/2020
Federico Riguetti, egresado del Master en Formación de Formadores, puntualizó cómo fue defender la tesis de forma virtual y, al mismo tiempo, contó su experiencia al culminar el postgrado.

Es profesor de enseñanza media de Matemática y ejerció en ese rol docente del 2003 al 2012, tanto en Secundaria como en el Consejo de Educación Técnico Profesional. Desde el 2011 se desempeña como Ejecutivo de Capacitación en el Banco de la República Oriental del Uruguay, aunque trabaja en dicha institución financiera desde el 2007.

En medio de la pandemia, ¿cómo fue la experiencia de defender tu tesis de forma virtual?

Fue una buena experiencia. En lo personal, me resultó muy interesante poder hacer la defensa con la participación de personas que invité y que, si hubiesen tenido que ir de forma presencial, no hubiese sido posible.  

A eso hay que sumarle que esta modalidad de contacto se volvió cotidiana en el período de mayores restricciones a causa de la pandemia. Las reuniones de trabajo –e, incluso, familiares– a través de las videollamadas son parte de nuestra dinámica actual, por lo que la instancia de la defensa en esta vía de comunicación resulta cómoda y amena.

Otra ventaja que me parece importante mencionar es la reducción de los tiempos de traslado. No es mi caso, pero entiendo que para los estudiantes del interior, concurrir a la defensa implica largas horas de viaje. Esto tiene consecuencias que van más allá del traslado en sí, ya que muchas veces se atenta contra las horas de descanso previas, lo que puede incidir en el resultado. Esta modalidad permite asegurar una preparación más adecuada en lo emocional y físico. 

La única desventaja que pude percibir es la falta de contacto visual con los asistentes. En las sesiones presenciales estamos habituados a medir cómo está llegando nuestro discurso interpretando el lenguaje no verbal de quienes escuchan. Por lo que, en la modalidad de videollamada, cuando se está compartiendo una presentación, se diluye esa posibilidad de valorar los gestos de las personas. 

¿Cómo ha sido el hecho de terminar de preparar el trabajo final en dicha situación? ¿Cambió en algo el proceso que venías realizando a lo largo del semestre? 

El trabajo de preparación no cambió demasiado. El intercambio con la docente orientadora fue por las mismas vías que para el trabajo final del primer año del Master: mails, llamadas telefónicas y videollamadas.

El resto del trabajo es de desarrollo individual, por lo que implica largas horas de soledad frente a la computadora, que la pandemia no lo afectó. Igualmente creo que tuvimos mucha suerte con el calendario, porque para el inicio de las restricciones ya no quedaban sesiones presenciales previstas. 

¿Cuál fue tu motivación para seguir estudiando y formándote? 

En la organización donde trabajo, venimos impulsando cambios profundos en cuanto a la capacitación y la formación empresarial. Desde hace algunos años la formación diseñada y conducida por los propios empleados tiene cada vez más presencia y genera impactos más profundos.

Junto a eso, la capacitación a distancia se combina con las instancias presenciales para lograr programas de formación cada vez más abarcativos. Todo esto sostenido por procesos de detección de necesidades de formación, planificación, ejecución, evaluación y administración que crecen en volumen de trabajo y especificidad.

En estos procesos de crecimiento sostenido, llega un momento en que es necesario dar un salto cualitativo que permita ganar en eficacia, eficiencia y calidad de resultados. De otra manera, la única forma de crecer es con más personal, lo que no es una opción. Es ahí donde la formación es la clave. Incorporar conocimientos que posibiliten ese salto cualitativo abre la puerta a la generación de cambios significativos a mediano y largo plazo.  

En lo personal, aprender siempre ha sido una de mis actividades favoritas, por lo que el Master en Formación de Formadores me permitió disfrutar de ello, al tiempo que me ayudó a desarrollar mejor mi actividad laboral.

El Master me resultó sumamente enriquecedor. Más allá de los aprendizajes, me permitió desarrollarme en el plano académico y aprender los procesos de generación del conocimiento a nivel universitario

¿Qué es lo que has aprendido o cuál es el conocimiento más valioso que te llevás del postgrado?

En términos generales, sin duda, lo más valioso fue la experiencia de "aterrizar" los aprendizajes teóricos en un proyecto integrador. Los conceptos cobran un significado mucho más contundente cuando son tamizados por el filtro de la realidad.

En particular tuve la fortuna de poder profundizar mis conocimientos en lo relativo a la gestión del conocimiento, uno de los aspectos más preponderantes en la formación empresarial a nivel nacional. 

En tu trabajo, ¿qué aspecto considerás que vas a poder mejorar o potenciar, gracias a haber realizado la maestría?

La aplicación de lo aprendido en mi trabajo es directa. Gran parte de mi tarea es diseñar e implementar procesos formativos, desde la etapa de diagnóstico de necesidades hasta la evaluación. Todos estos aspectos fueron centrales en el postgrado, lo que me permitió ir aplicando lo aprendido durante el proceso de formación. 


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