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Inteligencia artificial también para la medicina preventiva

30/10/2018
Expertos compartieron su visión sobre el futuro de la medicina en un evento organizado por ORT y la Cámara de Especialidades Farmacéuticas y Afines.

Identificar alergias al nacer, detectar a tiempo una enfermedad congénita o la predisposición a desarrollar tumores en la edad adulta. No es futurismo, así se espera que funcione la medicina en poco más de diez años.

La detección a tiempo de una enfermedad ha sido uno de los grandes retos de la medicina durante siglos. Hoy, pensar en la posibilidad de analizar la información genética almacenada en el genoma de un bebé usando inteligencia artificial no es el guion de una película de ciencia ficción.

El futuro de la medicina, los nuevos tratamientos, los nuevos modos de diagnóstico son algunos de los temas que se abordaron en la charla “Medicina en el 2030”, organizada por la Licenciatura en Biotecnología de la Universidad ORT Uruguay y la Cámara de Especialidades Farmacéuticas y Afines (CEFA), el miércoles 24 de octubre.

“Estamos viviendo un cambio de paradigma. Hoy hay enfermos, no enfermedades: es más importante conocer a la persona enferma, y no a la enfermedad. Va a ser una medicina cada vez más individualizada”, aseguró el Dr. Gustavo Arroyo, coordinador de la Unidad de Investigación Clínica del CASMU.

En este contexto, el mayor desafío según el experto es profundizar en el análisis del genoma humano (la codificación genética de los seres humanos).

Un diagnóstico genético molecular comienza con la secuenciación del ADN, sigue con la comparación de un genoma de referencia y, posteriormente, con la identificación de patrones que determinan variantes y sus consecuencias.

Este diagnóstico ha ido avanzando y seguirá en ese camino de evolución. El Dr. Carlos Azambuja, director del laboratorio GENIA y especializado en Biología Molecular, se refirió a la conjunción de inteligencia artificial con los datos del genoma para predecir enfermedades en la primera infancia.

“Con Machine Learning se puede usar la información completa de los análisis clínicos. Para 2030 vamos a poder predecir muchísimas patologías”, aseveró Azambuja.

Por su parte, la Dra. Lucía Vanrell, docente de la Universidad ORT Uruguay e investigadora, hizo hincapié en la llamada terapia génica para tratar enfermedades hereditarias o el cáncer, que se propone “eliminar el problema de raíz”, tal como lo aseguró la experta.

La terapia génica, que busca corregir mutaciones del genoma, es una estrategia terapéutica que consiste en introducir material genético en las células de una persona con el fin de tener un efecto biológico de curación.

Si bien estas terapias han tenido resultados muy positivos, por ejemplo, para la recuperación prácticamente completa de niños con leucemia, Vanrell explicó que el camino a transitar aún es largo y el 2030 se ve demasiado cerca para este tipo de avances. La terapia génica supone una importante inversión y una gran infraestructura que actualmente impiden que sea masiva.

Los expertos coincidieron en que para lograr los avances esperados en el 2030, con una medicina individualizada (más que genérica) y preventiva (más que curativa), la apuesta debe hacerse en la investigación y la innovación.

Aseguraron que es un proceso que involucra no solo a la industria, sino también a la academia, al gobierno y al sector privado. En esta línea, Azambuja puntualizó en que hay que “dejar de ser espectadores y ser parte del cambio”.

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