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Películas en primera persona: documental desde la mirada de las directoras

17/06/2025
La Facultad de Comunicación de la Universidad ORT Uruguay organizó un encuentro con las autoras del documental "La fábula de la tortuga y la flor" para hablar sobre creación, producción y mujeres en el cine.
Películas en primera persona: cine documental desde la mirada de las directoras

En el marco del estreno de La fábula de la tortuga y la flor, la Facultad de Comunicación llevó adelante el evento "Películas en primera persona", una actividad que propuso una conversación íntima con sus autoras, Carolina Campo y Valentina Baracco

El encuentro invitó a reflexionar sobre los desafíos de crear desde lo personal, combinando lo íntimo con lo colectivo en una obra documental.

El film retrata los últimos encuentros entre dos amigas de toda la vida, convirtiéndose en un gesto de resistencia frente a la pérdida.

A través de una estética sensible, transforma lo cotidiano en poético y la amistad en refugio.

Cine con cuerpo y alma 

Campo y Baracco compartieron experiencias profesionales y personales en torno a la creación de documentales que abordan historias propias.

https://www.youtube.com/watch?v=vqtmZYsA5xY

Desde el inicio, Carolina fue clara: “Primero, recomiendo no hacer películas personales, son muy difíciles”, confesó, marcando la complejidad de trabajar con el propio dolor como materia narrativa. 

La mirada femenina en el cine documental uruguayo 

Moderado por la docente y cineasta Mtr. Micaela Domínguez, el conversatorio fue más allá de los aspectos técnicos.

Puso el foco en las emociones que atraviesan el proceso creativo, subrayando la relevancia de la perspectiva femenina en el cine nacional

“Una oportunidad para pensar y sentir el cine desde adentro”, sintetizó la moderadora. 

Un proceso vital, no lineal 

Según Campo, la película no surgió con una intención cinematográfica, sino como una forma de acompañar

“Esto empezó con una amiga que se iba a morir. Una de las personas que más quiero. Y yo me preguntaba: ¿qué hago con esto? Le di una cámara para que hablara cuando no tuviera con quién hablar. No era una película, era una forma de acompañarla”. 

*Fotografía incluida en la película*

El proceso fue tomando forma de película con el tiempo, a medida que otras personas conocían la historia y la animaban a seguir

 No hubo un momento exacto en que hice clic. Fue un tránsito. Me costó incluso pensar que eso pudiera ser una película. 

Las expositoras: creadoras con trayectoria internacional 

Carolina Campo es Licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad ORT Uruguay, estudió cine y artes en México y documental experimental en Reino Unido.

Fue distinguida por Berlinale Talents en 2019 y ha recibido becas de creación artística tanto en Uruguay como en el exterior.

* Valentina Baracco y Carolina Campo*

Es directora de cine documental desde hace más de una década y docente en ORT, además de participar como jurado en festivales internacionales y como asesora creativa de proyectos

En La fábula de la tortuga y la flor, Campo no solo dirige, sino que también aparece frente a cámara, un gesto que la obliga a mirarse como personaje:

“Te interpelan un montón y te cuestionan, y te tenés que mirar como un personaje, algo que es muy difícil de hacer”. 

Valentina Baracco, cursó la Licenciatura en Comunicación Audiovisual en ORT, se formó en documental en la EICTV de Cuba y fue seleccionada por el Berlinale Talents en 2020.

Con una amplia trayectoria como productora de televisión y cine, es cofundadora de la productora Monarca Films y docente universitaria.

Películas en primera persona

Trabajó en reconocidas producciones como El hombre congelado, Para no olvidar, Cambalache y Ese soplo (como directora). 

Desde su rol como productora, compartió cómo su experiencia como directora la ayudó a encarar este proyecto con sensibilidad: 

“Una a veces quiere que todo entre dentro de un parámetro seguro. Pero esta película me ayudó a abrazar lo incontrolable. Me amigué con esa idea, porque entendí que era necesario vivirla desde ese lugar”. 

Desde su rol, priorizó el acompañamiento emocional del proceso, ajustándose a los ritmos de la directora, Carolina, sin perder el rumbo profesional del proyecto. “La salud mental del equipo fue clave. Hay películas en las que eso es tan importante como el presupuesto”, señaló. 

*Eliana - fotograma de la película*

Aunque reconoce la carga emocional que estos trabajos suponen, también resalta su valor transformador:

Me canso porque también tienen lo hermoso de que estas películas te interpelan mucho, son las que me resultan más desafiantes, las que siento que me hacen crecer más como persona. 

Entre la ética, la narrativa y la exposición personal 

Uno de los temas centrales del conversatorio fue el delicado equilibrio entre narrar con fuerza y cuidar a quienes integran la historia, especialmente cuando el personaje principal es el propio autor.  

“Es importante cuidar a todos, es una cuestión ética. Nadie te impone esos límites, son decisiones de dirección”, señaló Campo, al reflexionar sobre el respeto que implica contar una historia real

La directora también compartió lo que implicó exponerse emocionalmente en su película: “A mí no me costó en lo personal exponerme. Me sentí incómoda con el tráiler y mi voz, pero cuando entendí que narrativamente eran valiosos, opté por el personaje antes que por mi propio pudor”. 

*Carolina Campo y Eliana - fotograma de la película*

Ambas destacaron la importancia de construir procesos de trabajo más humanos y menos rígidos, especialmente en proyectos tan íntimos: 

"Uno no puede tener un modelo de producción estático para todas las películas. Hay que pensar qué necesita cada directora, cada historia. Y eso lo aprendés con la experiencia y conociendo a las personas con las que trabajás".

Ese vínculo de confianza fue clave para la libertad creativa de Campo: “Yo sabía que si no montaba por seis meses era porque no podía. Vale lo sabía. Y eso es muy valioso”. 

La potencia del cine personal como herramienta colectiva 

A pesar de las dificultades que conlleva, ambas profesionales coincidieron en que el cine documental permite conectar desde lo más humano.

Campo fue enfática al respecto:

La película proviene más que de una intención de hacer cine, de una necesidad personal de atravesar un momento. 

En ese sentido, Baracco también destacó que lo íntimo puede tener una dimensión social más amplia: “Todas son personales, pero también están atravesadas por temáticas sociales. Uno encuentra que la película es una gran herramienta para poder compartir con el otro más allá de la historia personal”. 

*Fotograma de la película*

El evento dejó en claro que hacer cine desde la experiencia propia no es solo un acto creativo, sino también un ejercicio de coraje, cuidado y compromiso con los demás.

Como sintetizó Campo, con una frase que resume el espíritu de "Películas en primera persona":

Si estás sucio, enchastrate completamente. Si no, nos quedan las cosas a la mitad de camino.

Una instancia formativa para quienes hacen y aman el cine 

La actividad estuvo dirigida a estudiantes, realizadores y amantes del cine. Campo y Baracco compartieron no solo aspectos técnicos, sino también la dimensión emocional y política de crear desde lo íntimo. 

Carolina Campo concluyó resumiendo con convicción el espíritu de este encuentro:

“Para dirigir, uno tiene que perseverar. No puede abandonar ideas por frustrarse con un fondo. La película la terminás igual”.

El cine documental como herramienta colectiva 

La fábula de la tortuga y la flor no solo es una película sobre la muerte, sino también sobre el acompañamiento, la memoria y el amor en todas sus formas. 

“Un crítico dijo que se nota que está hecha con amor del verdadero. No solo el mío, el de todo el equipo”, contó la directora emocionada. 

https://www.youtube.com/watch?v=iAHEXirteJA&t=4201s
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