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Uruguay debuta en competencia mundial

02/02/2018
Estudiantes del Master en Administración de Empresas - MBA de la Universidad ORT Uruguay fueron los primeros uruguayos en la prestigiosa International Case Competition 2018.
Uruguay debuta en competencia mundial

El duelo se extiende durante poco más de cuatro horas. Son dos grupos de cuatro personas, y cada grupo debe encerrarse en una habitación sin conexión a internet y sin contacto con el exterior. El objetivo es pensar entre todos una solución para el mismo caso y exponerla ante un jurado de expertos que elegirá la mejor propuesta. Solo un grupo será el ganador y tendrá chances de seguir en la competencia.

La adrenalina se eleva y todos los sentidos están atentos. No es un deporte, tampoco una misión secreta. Es, básicamente, un duelo intelectual. La ocasión: la MBA International Case Competition 2018, la competencia internacional de casos más reconocida en el mundo de los negocios, que desde hace 37 años organiza la John Molson School of Business (JMSB), de la Concordia University, en Montreal, Canadá.

En esta edición, realizada del 1.º al 6 de enero de 2018 en Montreal (Canadá), participó por primera vez un equipo uruguayo, y los estudiantes de la Universidad ORT Uruguay fueron Elisa Marizcurrena, Gustavo Moreyra, Camila Pérez Basso y Daniel Segovia, apoyados por el profesor Dr. Luis Silva Domingo, y por el Fondo de Innovación Zonamerica.

Cada año, la competencia es abierta a grupos de MBA de las mejores escuelas de negocios, y en esta 37.ª edición participaron 36 escuelas de 19 países, entre ellas Smurfit Business School (Irlanda), Schulich School of Business (Canadá), University of South Carolina (Estados Unidos), University of Pittsburgh (Estados Unidos), FIA (Brasil), Xiamen University (China), Lund University (Suecia), Nanyang Busines School (Singapur), Ben-Gurion University (Israel) y HHU (Alemania), entre otras.

En total, el evento convocó a cerca de mil personas, entre 300 estudiantes y profesores (coaches), 300 ejecutivos de negocios que actuaron como jueces, y más de 300 voluntarios, con el apoyo de patrocinadores que encuentran cada año una gran oportunidad de networking y de acercar su marca a esta comunidad.

Como un Mundial de fútbol

La dinámica se parece a la de un Mundial de fútbol, describió Silva Domingo. Hay seis series y cada una está integrada por seis escuelas. En la primera ronda, en cada serie juegan todos contra todos, de modo que los primeros cinco partidos del mundial están garantizados. Los siguientes encuentros dependerán de los resultados obtenidos en cada duelo. Quienes reciban del jurado los mejores puntajes pasan a una segunda ronda, y así hasta llegar a la final. Cada partido se disputa en las condiciones detalladas.

En esa edición, Uruguay integró el grupo en el que también estaban Goodman School of Business (Ontario, Canadá), David D. Reh School of Business (Nueva York), The Suliman S. Olayan School of Business (OSB) de Beirut (Líbano); la Escola de Negócios da Universidade do Porto (Portugal); y el anfitrión, la escuela local JMSB. Varias de estas escuelas ya han ganado competencias anteriores, por lo que, siguiendo la analogía del mundial, podrían considerarse favoritos.

Los cuatro estudiantes uruguayos, reunidos durante las tres horas estipuladas en una sala aislada, analizaron los cinco casos inéditos que presentaron los jueces al empezar el encuentro. Estos casos suelen estar relacionados con situaciones gerenciales en diferentes empresas. En uno de ellos, por ejemplo, el planteo presentaba a una compañía dedicada al delivery de cajas con diversos productos de belleza, y el desafío era encontrar la forma de detener la pérdida progresiva de clientes suscriptores, disminuir los altos costos logísticos, y definir la mejor estrategia para enfrentar la creciente competencia producto de los avances tecnológicos del e-commerce.

Luego —usando solo sus habilidades, conocimiento y experiencia—, el equipo debió presentar su propuesta ante un panel de cinco ejecutivos de negocios que actúan como jueces, quienes evaluaron la calidad de la presentación, y su capacidad de comprender el problema y de proponer una solución innovadora, viable, completa y estratégicamente sólida.

Cada jurado entregó un feedback detallando las fortalezas y debilidades del equipo y comparó su desempeño con respecto al otro grupo en cada uno de los cinco casos analizados.

La experiencia

La intensa agenda académica y de networking no dejó espacios para descansar. El tiempo restante se dedicó a aprovechar las oportunidades de aprendizaje, que fueron múltiples y profundas para todos.

Los estudiantes debieron exponerse a presentar su propuesta en inglés ante ejecutivos de primera línea de grandes empresas (vicepresidents de Royal Bank of Canada; y de la empresa Bombardier, por ejemplo), a quienes veían por primera vez; y debieron comprender y desarrollar una solución viable e innovadora a una situación directiva en mercados desconocidos.

Pero además, el aprendizaje también se experimenta al interactuar con estudiantes y profesores de distintos países y religiones, profundizando su sensibilidad cultural, tanto en las diferencias como en las similitudes.

“Fue una oportunidad para aplicar todo lo que aprendimos de forma práctica”, dijo Elisa. “Sin dudas fue la mejor experiencia académica. A través de ella pudimos consolidar los conocimientos y aplicar las distintas herramientas aprendidas durante el MBA, llevando nuestro potencial al máximo”, agregó Gustavo.

El equipo de la Universidad ORT Uruguay ganó dos de los cinco duelos que disputó en la primera ronda, un resultado destacado incluso por los jueces, porque en general los grupos debutantes no suelen ganar. No se trata solo de una cuestión de conocimientos, explica Silva Domingo, sino también de entender la dinámica, conocer lo que esperan los jueces y de qué modo se debe presentar la información en ese tipo de encuentros, entre otros elementos.

Por eso, para Camila, cada parte de la competencia es un desafío. “Te permite a su vez tener una visión global de las diferentes situaciones planteadas a resolver”, opinó.

Daniel coincide con sus compañeros: “El cansancio acumulado y la presión de la competencia suman un condimento sin parangón a una experiencia exigente y enormemente gratificante. Sin lugar a duda una de las mejores experiencias de la formación académica y profesional”, aseguró.

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