Ceremonias de graduación
Ceremonias de graduación

Discurso del Lic. Martín Biurrun

Palabras del graduado de la Licenciatura en Comunicación durante la segunda ceremonia anual de graduación de agosto de 2016.

Cuando comencé a pensar en este discurso, me encontraba viajando por tierra hacia los Andes y las largas horas de viaje y los paisajes, me permitieron hacer una fuerte introspección sobre el aprendizaje y los distintos caminos que tomamos.

Lo primero que me vino a la mente fue una hoja en blanco. Esa hoja que refleja las dudas del creativo cuando piensa en un nuevo mensaje, del comunicador corporativo cuando piensa una estrategia, del audiovisual cuando escribe un guión o incluso del periodista cuando escribe un artículo. Sin olvidar a los diseñadores de moda cuando crean una colección, a los gráficos cuando elaboran un flyer, a los multimedia cuando hacen una web, a los industriales cuando piensan un nuevo equipamiento o a los animadores cuando construyen un universo virtual.

¿Qué podría decirle a mis compañeros? ¿Qué podría contarle a nuestras familias? ¿Qué esperará la universidad y los docentes?

A medida que los kilómetros pasaban mi mente solo veía una hoja en blanco hasta que de pronto en el medio del silencio de la Pampa, el camino de mi educación se presentó frente a mis ojos como seguramente les pasó a ustedes, cuando los convocaron para este acto o ahora mismo.

El primer recuerdo que tuve de un acto de aprendizaje, fue con mi familia, que con mucha dedicación se empeñó en que fuera bilingüe y guardara desde mis primeros meses mis raíces francesas bien presentes. Cada palabra que aprendía de niño, era por dos, “nariz”/“nez”, “boca”/“bouche”, “orejas”/“oreilles” y así mi vida se fue construyendo en dos dimensiones.

El segundo recuerdo que vino a mi mente fue mi educación primaria y secundaria en el Liceo Francés de Montevideo, que sin duda dejó en mí una marca muy fuerte, por un lado como síntesis de esa biculturalidad que llevo en mi sangre y por otro por hacerme crecer en un ámbito abierto al mundo.

Y así poco a poco, ya viendo más cerca la cordillera, llegó mi tercer recuerdo: los comienzos en esta universidad. Primero, el ciclo básico de Comunicación, que es un poco la base de la montaña, uno empieza a preparar su equipo para escalar, da un paso, luego otro, y así va tomando confianza. De esa forma, después de dos años llega el ciclo profesional que es como la mitad del recorrido, y uno opta por una orientación u otra; y se pueden tener dudas. Yo las tuve y cuando comencé a subir esta montaña pensaba ser director de cine. Toda mi infancia pensé que las películas eran una forma fantástica de contar historias y transmitir ideas. Sin embargo, un fuerte interés por la política y la diplomacia que se fue despertando en los últimos años, hizo que me encaminara hacia otros horizontes. De esta forma, elegí Publicidad, orientación en la que duraría una semana antes de cambiarme a Corporativa que era una opción bastante nueva pero que tenía varias materias afines a mi perfil. No por eso abandoné la Publicidad, y como muestra de eso, elegí la mayoría de las materias electivas en ese campo.

Y finalmente, llegamos a la cima y el proyecto de tesis de la carrera es la síntesis de ese recorrido y ese interés, que en lo personal tengo por la comunicación y por la política.

Sin duda, hay muchos otros recuerdos de aprendizaje de los más variados: la amistad, el deporte, la religión, las creencias personales, y tantas otras montañas que nos han dejado tantas enseñanzas. Cada uno en este momento esta recordando sus montañas y esos pequeños actos de aprendizaje y superación que nos permitieron acercarnos a nuestra vocación. Hoy estamos en la cima de esta montaña de la graduación, pero nos quedan muchas más cumbres por descubrir. Comencemos hoy a pensar en nuevos desafíos, esperando que todos juntos gracias a esta gran familia de ORT podamos a través de la educación, seguir escalando montañas que nos permitan cambiar el mundo y hacer que las utopías se hagan realidad.