Ceremonias de graduación
Ceremonias de graduación

Discurso del Ing. Julio Fernández

Palabras del vicerrector académico de la Universidad ORT Uruguay en la primera ceremonia anual de graduación de 2015.

Autoridades y académicos de nuestra universidad y de instituciones amigas, queridas graduadas y graduados y sus familias, les damos nuestra más cordial bienvenida en este día inolvidable. En especial a las familias, pues ha sido una gran responsabilidad formar a sus hijos y a sus nietos. Esperamos haber cumplido, y estamos muy agradecidos de que hayan elegido a nuestra universidad para completar esta etapa de su formación. Reconocemos profundamente el esfuerzo que han realizado los graduados para llegar a este momento, y el apoyo de sus familias.

Como ustedes saben, ORT Uruguay es una institución educativa miembro de ORT Mundial. Fue fundada en 1942 en Montevideo por miembros de la comunidad judía, con la intención de enseñar oficios a los inmigrantes que llegaban a nuestro país en condiciones muy difíciles, escapando de la persecución nazi, para facilitar su integración en la economía y la vida ciudadana del país. Esta iniciativa extendía una tradición de enseñanza y ayuda social iniciada en Rusia en 1880. Al poco tiempo, la institución abrió sus puertas a todos los interesados en aprender, fueran o no miembros de la comunidad judía.

Los primeros cursos de ORT se dictaron en una sede frente al actual Palacio Peñarol. En la década de 1970, la evolución de la institución la llevó a concentrarse en la educación terciaria y luego universitaria, iniciando un proceso de desarrollo que aún continúa.

ORT es una institución privada pero con una misión pública: expandir las oportunidades mediante la educación y el conocimiento. No sólo las oportunidades de sus propios alumnos, sino también las de nuestro país, explorando áreas nuevas y mostrando lo que se puede lograr. Muchas iniciativas de ORT han sido y continúan siendo pioneras. ORT ha tenido roles importantes en iniciativas de interés público, como el primer estudio sobre la industria del software en el Uruguay, los primeros cursos a distancia por medios electrónicos, la fundación de la primera incubadora de empresas de base tecnológica, la formación de grado en nuevas áreas del conocimiento o el impulso permanente a la conexión internacional de nuestro sistema universitario.

Hoy es un día de gran alegría porque estamos celebrando la graduación de más de 130 jóvenes, que nos han emocionado con sus discursos y sus conceptos. También es una fecha de aniversarios. Un 21 de mayo pero de 1927 aterrizaba Lindbergh en París, luego de completar el primer vuelo transatlántico. En 1921 nacía Andrei Sakharov, un destacado científico ruso responsable de la bomba de hidrógeno soviética y luego, siguiendo su conciencia, conocido mundialmente como un incansable luchador por los derechos humanos. En un plano más terrenal, o menos trascendente, en 1904 se fundaba la FIFA. En 1950, Fangio ganaba su primer Grand Prix.

Otro aniversario menos conocido es que se cumplen hoy 5 años de la publicación científica que comunicó la creación del primer organismo artificial viable. Se trataba de una modificación del microorganismo Mycoplasma mycoides, controlado por un ADN sintetizado íntegramente en el laboratorio desde sus elementos químicos constituyentes. El organismo sintético se reprodujo correctamente y transmitió su herencia genética creada en el laboratorio a sus descendientes. Esta síntesis no solamente verificó toda la ciencia previa sobre los mecanismos de la genética molecular: se puede decir que es la primera creación tangible de un ser vivo sintético.

Ciertamente era un organismo muy simple. Su ADN era unas 3000 veces más pequeño que el humano, y dio un trabajo muy grande: el artículo tiene 24 coautores, y la tarea llevó casi 10 años. Pero por algo se empieza. Pensemos que hace solo 50 años, decodificar la secuencia del ADN natural era un sueño loco, mientras que hoy es casi una rutina. Hace 100 años, no sabíamos lo que era el ADN.

Este avance nos tiene que hacer reflexionar sobre el conocimiento y el cambio que provoca su aplicación en la aventura humana. Es una faceta más de un cambio acelerado y profundo que se viene produciendo desde hace ya algunos siglos, por el avance científico y tecnológico.

Mientras nuestros graduados recibían sus placas recordatorias, no pude evitar pensar que muchos de estos jóvenes se han especializado y desarrollarán su labor profesional en disciplinas que no existían cuando yo nací. Todos usan con soltura herramientas técnicas y de comunicación que no existían cuando ellos ingresaron al liceo. Durante su vida profesional, casi todos observarán cómo van quedando obsoletos algunos de los flamantes conocimientos que han adquirido. Probablemente ellos mismos contribuyan al desarrollo de algún nuevo producto o servicio, que estará basado en conocimientos que hoy todavía no existen.

Así como la revolución industrial nació de la disponibilidad de la energía y también de aprender a aplicar la ciencia, buena parte del impulso de este cambio más reciente viene de desarrollos en las tecnologías de la información. Desde 1971 la velocidad de un procesador unitario aumentó unas 3500 veces, su consumo de energía se redujo 90,000 veces y su precio 60,000 veces. Es muy tentador, y es casi un lugar común hoy, comparar este increíble progreso con otros campos de evolución más lenta. Por ejemplo, con los automóviles. El presidente de Intel, Brian Krzanich, calculaba recientemente que si un automóvil medio hubiera tenido el mismo progreso, podría dar 21 vueltas a la tierra con un litro de nafta y ese auto costaría unos 12 pesos uruguayos. Igual estaríamos trancados en los embotellamientos – pero cuando hubiera un espacio libre, y supongo que si no hubiera inspectores de tránsito, el auto podría ir casi a la velocidad de la luz.

Si en vez de un auto habláramos de la biología – si la biología hubiera evolucionado a la misma velocidad, ¡un embarazo duraría menos de 2 horas! Y en la educación, ¡una persona podría pasar de analfabeto a doctor universitario en solamente 2 días!

Por supuesto que estas comparaciones no se pueden hacer con seriedad. Al procesar información en un chip no tenemos las restricciones físicas o biológicas que existen en otras actividades, por ejemplo en el campo de la educación. Pero quizás hay algunas cosas que podamos hacer, ajustando nuestros métodos para sacar un mejor partido de esta revolución que nos rodea.

En este sentido nuestra universidad completó el 12 de abril pasado su primer curso masivo, abierto y a distancia (que se conocen con la sigla MOOC) en la prestigiosa plataforma Coursera, gracias al esfuerzo de la profesora Inés Friss de Kereki y del equipo técnico que la respaldó, con la coordinación de Victor Paulós. En este curso de 5 semanas se inscribieron más de 25,000 personas de 117 países. Aproximadamente 6,500 lo completaron, que es una tasa muy buena en este tipo de cursos y especialmente para el tema.

El MOOC estaba orientado a enseñar los fundamentos de la programación a un público joven. Fue desarrollado en estrecha cooperación con la universidad de Edimburgo, que hizo la versión en inglés mientras que ORT se encargaba de la versión en castellano. Contamos con el generoso apoyo del Banco Santander para este desarrollo. Fue el primer curso de este tipo desarrollado por una institución uruguaya en Coursera, y por lo tanto es otro caso pionero de nuestra universidad, en una serie que va ayudando a poner a nuestro pequeño país en el mapa. Pero el mayor valor de este curso, además de lo que aprendieron los participantes, viene de lo que aprendimos nosotros al ofrecerlo, y de la forma en que esperamos poder volcar este aprendizaje al apoyo y al cambio metodológico en nuestros cursos, en el futuro cercano.

Los desafíos y las oportunidades que esperan a estos graduados no son solamente tecnológicos ni intelectuales. Se enfrentarán a un mundo distinto al que hemos vivido nosotros, más abierto y exigente, con mayor velocidad de cambio e incertidumbre, con menos límites pero también con menos certezas. No solo tendrán que aprender nuevos conocimientos. Tendrán que aprender a lidiar con nuevos problemas y dilemas, a buscar nuevas soluciones e identificar nuevas oportunidades. Tendrán que manejarse con personas que vienen de otras culturas, dominar nuevas formas de comunicarse y de trabajar, y quién sabe cuantas otras cosas que hoy no podemos siquiera prever. Estoy seguro de que lo van a poder lograr. Como Shakespeare le hace decir a su Ofelia en Hamlet, “sabemos quiénes somos, pero no lo que podemos llegar a ser”.

Hemos tratado de prepararlos lo mejor posible para este nuevo mundo. No solo con conocimientos (que son importantes) sino con el desarrollo de sus propias capacidades y valores: mantenerse actualizados, llegar al fondo de los problemas y ser rigurosos en sus enfoques, ser creativos al analizar y desarrollar alternativas, trabajar en equipo, mantener su mente abierta, ser emprendedores y cumplir con sus compromisos y responsabilidades. A estas orientaciones, tradicionales en nuestra universidad, hemos agregado en los últimos años un mayor énfasis en la internacionalización, mayor acceso al aprendizaje de lenguas extranjeras (hoy se pueden aprender en ORT seis idiomas), y aumentado considerablemente el intercambio internacional, del cual probablemente hayan participado varios de los graduados de hoy. Esta capacidad de trabajo internacional nos parece imprescindible en un país pequeño que debe saber conectarse con el mundo. Creemos que esta formación, junto con su esfuerzo personal, les permitirá continuar con su desarrollo profesional hasta llegar al máximo de su potencial. Si es así, habremos cumplido con nuestra misión.

Es tradicional, en las graduaciones, dar consejos a los jóvenes graduados. No siempre es fácil dar consejos, como lo ha expresado gente mucho más destacada que yo. Franklin decía que los sabios no necesitan consejos y los que no son sabios no los admiten. La Rochefoucauld señalaba que a los viejos les encanta dar consejos, para consolarse de que ya no están en condiciones de dar malos ejemplos.

Ustedes están bien preparados para el mundo que los espera. Esa formación les va a abrir puertas, pero los pasos que atraviesan las puertas los van a tener que dar ustedes. Esperamos que continúen aprendiendo y siendo curiosos y creativos durante el resto de sus vidas, porque una parte de lo que aprendieron se va a volver obsoleta y solo ustedes sabrán cuándo debe ser sustituída. Como dijo Ari de Geus, la única ventaja competitiva sustentable puede ser la capacidad de aprender más rápido.

Muchos de ustedes trabajarán en temas cercanos a la innovación y la aplicación tecnológica. Recuerden que las buenas ideas son importantes, pero también que son un recurso renovable. La capacidad de perseverar, de llevar esas buenas ideas a la práctica, de saber cambiarlas y ajustarlas en la implementación es tanto o más importante que la calidad de la idea inicial. Los que ya han tenido oportunidad en trabajar cerca de iniciativas de innovación saben que esa parte menos glamorosa de la innovación es la que produce resultados. No importa solo la calidad de la cabeza, sino la distancia entre la cabeza y la mano que está implementando. Recuerden que su valor como profesionales podrá venir de lo que sepan crear y de los problemas que resuelvan, pero su valor como personas dependerá de cuánto puedan hacer ustedes por los demás.

Sean leales con sus clientes, sus socios y sus empleadores, pero sobre todo sean fieles a su conciencia. Actúen con franqueza y con humildad. Reconozcan el valor de las equivocaciones, las suyas y las ajenas, y respeten siempre al que hizo algo con esfuerzo, incluso cuando se equivoca. Aprendan a recuperarse de los errores y fracasos, porque sin errores no hay aprendizaje, y no hay éxitos grandes sin una serie previa de fracasos bien asimilados.

En la vida, apunten el timón hacia arriba. Rechacen el pensamiento único, la mediocridad y las verdades prefabricadas. Aprendan a escuchar y a percibir. Escuchen con atención especial a quienes opinan distinto que Uds., porque el progreso viene más a menudo de las discrepancias que de las unanimidades. Es propio de la mente bien formada analizar ideas sin necesidad de adoptarlas (como nos dice Aristóteles). Analicen, exijan argumentos, y busquen pacientemente la verdad. Estén dispuestos a aprender de todos, especialmente de aquellos que han tenido menos oportunidades o menos formación que ustedes, porque hay muchas cosas que se pueden aprender, pero que no se pueden enseñar.

Sigan su camino hasta donde la vida los lleve, y recuerden que ORT será siempre su casa.

¡Muchas gracias!