Ceremonias de graduación
Ceremonias de graduación

Discurso de la Arq. Andrea Nóblega

Palabras de la graduado de Arquitectura durante la segunda ceremonia anual de graduación de agosto de 2015.

Buenas tardes a todos.

Tengo el gusto y el honor de poder dirigirme a ustedes en representación de la generación 2015 de la Facultad de Arquitectura. En estos minutos que tengo, les voy a contar a través de un ejemplo exitoso por qué la arquitectura es necesaria en nuestras vidas y cada vez se vuelve más indispensable.

Este ejemplo del que voy a hablar se focaliza en una rama de la arquitectura, llamada arquitectura de emergencia que se desarrolla a través de distintas organizaciones. Este tipo de organizaciones surgieron en base a una simple idea: satisfacer las necesidades de diseño en comunidades necesitadas. Necesitadas ya que presentan carencias de todo tipo: pobreza, educación, medicina, entre otras, o incluso frente a desastres naturales, donde comunidades quedan devastadas, sin nada construido, nada material, y hasta a veces desolados, sin familia. Nada en absoluto.

¿Cómo lograron el éxito este tipo de organizaciones? Porque diseñaron y planificaron lo que su público, por llamarlo de alguna manera, demandaba. Se informaron sobre qué necesitaba su cliente. Hoy, estar informado significa tener el poder. Un arquitecto sabe un poco de todas las cosas, por lo que tiene un poco de poder sobre muchas cosas; algunos lo definen como a un generalista, no un especialista; es el constructor de una sinfonía, no el que hace un solo de un instrumento tocado a la perfección.

Por otro lado, quienes impulsaron la arquitectura de emergencia vieron el todo, no el simple objeto. Tuvieron la capacidad de ver las cosas en grande, lo que se conoce como ver todo el bosque y no sólo el primer árbol. Diseñaron pensando en el contexto al que pertenecen las cosas: un pestillo va en una puerta, la puerta en una casa, la casa en una manzana, la manzana en un barrio, el barrio en la ciudad. Entendieron que las cosas no tienen sentido por sí solas, sino que son válidas si se las evalúa desde su totalidad. Esto fue esencial a la hora de actuar; cuanto más conocieron el entorno y contexto de los carenciados, sus propuestas más se solidarizaron y especificaron en su cliente.

Y por último, estas organizaciones prosperaron ya que fueron las que actuaron. En situaciones tensas -como por ejemplo posterior a una catástrofe natural ya sea un tsunami, huracán, terremoto, etcétera- las comunidades necesitan ver resultados prácticos, no teóricos. E incluso, tal fue el éxito que lo que comenzó con dos operarios, una oficina, una computadora y un celular, beneficiando a ninguna persona, hoy en día se convirtió en una red extensa de más de 48.000 profesionales involucrados en todo el mundo (beneficiando a más de 2 millones de personas).

Hoy nosotros somos el presente, somos la generación que viene y la que tiene todo un camino por delante. Infinitas veces escuchamos o leemos sobre los éxitos de quienes ganan premios, los nuevos proyectos de las grandes firmas, entre otros. Pero, ¿qué hay de este tipo de movimientos que impulsan el diseño desde una perspectiva más humanitaria? Es real que el verdadero éxito se basa en la satisfacción del cliente... pero, ¿qué mejor que satisfacer a más de uno y cambiar la vida de muchos?

Nuestra generación tiene las herramientas necesarias para hacer del presente un lugar mejor para vivir. Hoy nosotros los graduados debemos agradecer a esta nueva etapa en nuestras vidas que nos permite abrir muchísimos caminos y que no hubiésemos podido lograr sin el apoyo de la Universidad ORT Uruguay, nuestras familias y amigos.

Muchas gracias.