Ceremonias de graduación
Ceremonias de graduación

Discurso de la Lic. María Carla Fontana

Palabras de la graduada de la Licenciatura en Estudios Internacionales durante la primera ceremonia anual de graduación de mayo de 2015.

Autoridades de la Universidad ORT Uruguay, autoridades de instituciones amigas que nos acompañan, colegas, docentes, familiares y amigos, tengan todos muy buenas tardes.

Es un honor para mí compartir hoy esta reflexión con ustedes.

Parecen muy lejanos aquellos días de charlas informativas, exámenes de becas y mensajes de bienvenida con los que años atrás nos recibía esta universidad. No sabíamos entonces que ese rincón de Pocitos, a metros del ombú, se convertiría en nuestra segunda casa. Día a día nos fue conquistando a mérito de exigencias y confianza, obligándonos a crecer como individuos responsables, fomentando la formación de un criterio propio.

Podríamos hacer una larga lista de docentes que nos han inspirado con su ejemplo y, sobre todo, con su espíritu crítico, en quienes pienso al nombrar al coordinador Javier Bonilla, y a los coordinadores adjuntos Andrés Bancalari y Virginia Delisante, a ellos mi especial agradecimiento por no dejarnos nunca conformarnos con una versión mediocre de nosotros mismos. Ellos son parte de esa red de individuos anónimos a quienes quizá no hemos conocido, pero por cuyo trabajo dedicado, todos estos años han sido posibles. No quiero tampoco dejar pasar la oportunidad de agradecer a las familias. Sin duda han sido el motor silencioso que ha dado impulso a nuestras más nobles aspiraciones. Sin su apoyo, dedicación, y consuelo -que no ha sabido faltar- no estaríamos hoy aquí.

Hoy es un día de fiesta. Celebramos el deber cumplido, y la perseverancia de muchos años de trabajo. Hace ya más de dos décadas iniciábamos este camino, dando nuestros primeros pasos académicos en el jardín... luego le siguió primaria, secundaria, y año tras año en la universidad, sabiendo siempre que al siguiente nos esperaba un desafío mayor.

Es por ese camino recorrido, donde el siguiente paso fue siempre automático y establecido, que todo graduado debe enfrentarse a la gran pregunta: ¿y ahora qué? Es un examen adicional, un examen difícil e interminable que no vimos venir: un examen de conciencia.

Nos hemos ganado el derecho a estar hoy aquí. Pero como todo derecho, tiene su contracara en una importante responsabilidad. Vivimos en un país al que no le faltan desafíos. Día a día heredamos la responsabilidad de trabajar por un país mejor, por una sociedad más unida y comprometida. La nuestra, no será una generación libre de desafíos adicionales, viviendo hoy porcentajes históricos de personas que optan por hacer a un lado el trabajo y el estudio. Hoy por hoy, un graduado universitario es casi un revolucionario. Y por eso podemos, debemos, atrevernos a soñar un mundo mejor. Pero las ideas cobran fortaleza cuando derivan en acciones concretas. Y ese es el desafío que nos toca.

Hemos tenido la suerte de nacer en Uruguay, un país que en su breve historia ha sabido dar ejemplo al mundo de los principios de soberanía e institucionalidad. Tenemos que estar a la altura. De ORT nos vamos con una valija llena de teorías sobre las que hemos debatido cada día, conocemos los ejemplos históricos en que fueron llevadas a la práctica para revolucionar los órdenes de la política, la economía y la empresa. Tenemos una idea de lo que funciona y cómo aplicarlo. Pero sobre todo, cargamos el desafío de seguir cuestionándolas cada día, ponerlas a prueba, mejorarlas y hasta desecharlas para darle vida a nuevas ideas.

A partir de ahora, cada día nos toca rendir ese examen de conciencia. Esa convicción de que debemos poner nuestra formación al servicio de la construcción de una sociedad de oportunidades y sueños grandes. La convicción de que el éxito no sólo es posible, sino deseable. El éxito empresarial. El éxito individual. Todos ellos, componentes indispensables para el éxito general.

A esa pregunta de "¿y ahora qué?" -que nos paraliza... porque ya no hay un camino marcado sino que nos encandila la libertad de tener todos los caminos abiertos- respondamos exigiéndonos cada día más, comprometiéndonos y optando siempre por el desafío, por el camino ético, por el crecimiento personal, y por el servicio al otro.

Queridos graduados... colegas...amigos... el de hoy no es un punto final, sino un primer paso hacia adelante. No dejemos nunca de caminar.

Muchas gracias.