Autoridades de la Universidad ORT Uruguay, autoridades de instituciones amigas que nos acompañan, Amigos de ORT, colegas, docentes, familiares y amigos, tengan todos muy buenas tardes.
Vivimos en un mundo de redes. Una de las palabras más escuchadas en todos los ámbitos seguramente es “networking”. Y es sobre esto que quiero compartir algunas reflexiones con todos ustedes.
Les pido que piensen en la red que conformamos quienes estamos aquí en este momento. La red que imaginan seguramente está marcada por la formación de cada uno: los ingenieros probablemente pensaron en la base tecnológica de la red y quienes tienen otra formación habrán pensado más en lo relacional.
Cualquiera sea la red que hayan pensado, se destaca en ella la interrelación entre quienes aquí estamos. Y ese punto es el que quiero resaltar porque así ha sido nuestra formación.
Red de amigos, de compañeros de estudios, de profesionales ahora, donde cada uno aportó, y seguirá aportando, a este entramado casi infinito, y cuyo producto fue y será mucho más que la suma de las partes.
Mismo la universidad nos enseñó eso: se terminó el tiempo de los profesionales “solitarios”, quienes antes nos cruzábamos en la cantina pasamos a ser colegas trabajando en las diferentes áreas de una misma empresa. Dependemos unos de otros: todos los graduados de la facultad estamos, y estaremos a futuro, también conectados. Así lo aprendimos y nuestro comportamiento profesional está signado por el trabajo en red entre profesionales de distintas carreras que estamos aquí presentes.
Volviendo al concepto de interconexión, me gustaría recalcar cómo el mundo mismo en que desempeñaremos nuestra profesión se comporta así. Los países, el comercio, la política, la sociedad y como consecuencia las diferentes áreas de estudio están conectadas, y nuestras carreras así lo reflejaron.
Hoy los trabajos exigen un conocimiento generalizado de múltiples áreas; comprender qué color deben tener las remeras que deseo exportar, por ejemplo, implica una mezcla de conocimiento en materia de cultura, de marketing, de economía e incluso situación política que me aseguren conjuntamente una entrada exitosa a un determinado mercado.
Incluso el equipo con quien trabajamos puede estar formado por una red de personas que tal vez jamás vaya a ver personalmente en la vida. Uno en Taiwán, otro en Holanda, otros en Uruguay, analizando y aportando al mismo fin. Y la formación que recibimos nos permite no sólo manejarnos en esta red sino potenciar sus resultados. Permítanme ahora cerrar el círculo. Nada de lo que vamos hacer, nada de lo que hicimos hubiera sido posible sin esta invisible red presente hoy aquí de familiares, red de amigos, red de docentes y funcionarios, sin cuyas voluntades, trabajo, paciencia y afecto nada habría resultado igual.
Por esto les quiero agradecer, y adelanto que seguirán siendo parte de nuestro proyecto durante toda nuestra vida profesional.
¡Cosas de las redes: no se ven, pero hacen que las cosas sucedan!
Muchas gracias.