Ceremonias de graduación
Ceremonias de graduación

Discurso de la Lic. Marina Melani

Palabras de la graduada de la Licenciatura en Diseño Industrial durante la segunda ceremonia anual de graduación de noviembre de 2012.

Buenas tardes a todos. Quienes hoy nos graduamos nos sentimos muy bien acompañados por todos ustedes por lo que les damos las gracias. Permítanme agradecer a quiénes me han dado la oportunidad de dirigirles unas palabras. Es un gran honor hacerlo, pero también una gran responsabilidad. Ser la representante de esta generación de la facultad de Comunicación y Diseño es un serio compromiso, por lo que intentaré dar lo mejor de mí en esta instancia tan especial.

Dado que soy diseñadora industrial, docente de inglés y jugadora de fútbol, es fácil suponer que he pasado muchos años cuestionándome cuál era mi verdadero futuro. Desde el primer día que me paré frente a una clase y ejercí mi rol de docente, me di cuenta que esa era mi pasión. Sin embargo, también desde el primer día que me enfrenté a una hoja en blanco, con un desafío de diseño por resolver, me di cuenta que esa era mi pasión. Y sin duda alguna, desde el primer día que me paré dentro de una cancha, supe que esa era otra de mis pasiones.

Esta situación no fue un dilema menor, y fue responsable de varios desvelos y cuestionamientos internos. Sin embargo, a lo largo de los años, conviví con estos 3 caminos de vida muy intensa y seriamente. Jamás dejé de ir a una práctica de fútbol por una entrega de facultad, ni tampoco dejé de dar una clase por un partido. Asimismo, nunca falté a una clase por una práctica (aunque estoy segura que varios de mis profesores me recordarán mirando el reloj en los últimos minutos de clase y con el bolso colgado en el hombro, ansiosa por irme a practicar).

Pero bueno, no me arrepiento de que así haya sido cómo viví mi carrera, porque me he dado cuenta que todo tiene que ver con todo. ¿Qué quiero decir con esto? Que lo que aprendí dando una clase, lo pude aplicar cuando defendía un trabajo en facultad. Que lo que aprendí siendo parte de un equipo de fútbol, me ayudó a relacionarme mejor con mis compañeros en los trabajos en grupo. Que lo que aprendí de mis profesores, pude transmitirlo a mis alumnos. Y así sucesivamente, se generó un tejido interminable de relaciones entre las tres cosas.

He descubierto que en la vida, todo se potencia con todo. Sin embargo, por la innegable necesidad del ser humano de encasillar y separar las cosas para "ordenar" nuestras vidas, perdemos la oportunidad de retroalimentarnos con nosotros mismos. Este encasillamiento al que estamos sometidos genera prejuicios. Por eso estoy segura de que si digo ingeniero, todos piensan en computadoras, si digo contador: dinero, arquitecto: casas, diseñador: locura o persona rara.

Durante estos años de estudio, los diseñadores hemos aprendido a plantear problemas correctamente, y a buscar alternativas para resolverlos. Esto es un proceso genérico aplicable a cualquier profesión, y más aún a cualquier ámbito de nuestras vidas. Es por esto que valoro enormemente la forma de aprendizaje que tuvimos en la universidad. Porque por más que hoy tenemos algo que nos certifica como licenciados en diseño, en realidad tenemos mucho más que eso. Incorporamos una forma de hacer las cosas; es decir, tenemos las herramientas esenciales para abrir nuestro propio camino. Y precisamente esto, es lo que todos los que estamos aquí, independientemente de la carrera que hemos elegido, tenemos como gran ventaja. Es por ello que la forma en que se educa es vital, y la Universidad ORT ha sabido detectar y acompañar el cambio de paradigma que estamos viviendo. Hemos sido educados para afrontar desafíos, y nos han dado herramientas para enfrentarnos a cualquier situación. No en vano es tan conocido el proverbio "Regala un pescado a un hombre y le darás alimento para un día, enséñale a pescar y lo alimentarás para el resto de su vida".

Es momento entonces de agradecer, por un lado a la universidad, que ha sabido alinearse a las tendencias mundiales, y formarnos como emprendedores. Y como todo tiene que ver con todo, no sólo agradezco a mis profesores, sino a absolutamente todas las personas que trabajan en esta institución. Por otro lado, desde lo personal, a mi familia, por la oportunidad de haber sido educada de la mejor forma posible, y por el apoyo incondicional durante todos estos años.

Para finalizar, nos invito a sacarnos las etiquetas que nos encasillan, y dejar que los límites establecidos se desvanezcan, para poder influenciar y ser influenciados. Todo lo que hacemos repercutirá en algún ámbito de nuestras vidas, es por ello que dar lo mejor de uno mismo en todo y sin excepciones, debe ser nuestro leitmotiv.

Felicitaciones a todos los graduados y gracias.