Buenas tardes a todos.
Es un honor y un orgullo para mí dirigirme a ustedes en nombre de esta nueva generación de comunicadores y diseñadores.
Convertirnos en profesionales universitarios en nuestra disciplina nos demanda tomarnos un momento para la reflexión sobre lo que haremos a partir de ahora.
Una de las principales preocupaciones que nos aquejaron durante el transcurso de los años de formación fue, y sigue siendo ahora, cómo hacer para que el público valore, comprenda, atienda y entienda la necesidad de generar buenas comunicaciones y buen diseño.
Un reconocido diseñador gráfico estadounidense, Paul Rand, dijo una vez lo siguiente: "El público está más familiarizado con el mal diseño que con el buen diseño. Está, en efecto, condicionado a preferir el mal diseño, porque es eso con lo que convive. Lo nuevo resulta amenazante mientras que lo viejo es tranquilizador".
El fundador de Apple, Steve Jobs, reconocido por la calidad del diseño de sus productos decía: "Es realmente difícil diseñar productos a partir de Focus Groups (grupos foco). Muchas veces la gente no sabe lo que quiere hasta que se lo mostramos".
De estas dos reflexiones podemos tomar cosas importantes para nuestra práctica profesional. Ambas coinciden en que debemos ser nosotros quienes asumamos la responsabilidad del rumbo que tomará el diseño en nuestro entorno. Somos nosotros los que tenemos la formación para comunicar ideas nuevas e innovadoras, por lo tanto, si esto no se empieza a ver reflejado en nuestro trabajo cotidiano seremos nosotros los culpables, por no aportar soluciones distintas y por no tomar los riesgos necesarios.
Brindando soluciones originales permitiremos que el público se deje cautivar y se sorprenda, creando una cultura de buen diseño y buenas comunicaciones.
Para producir este cambio se necesitan profesionales que estén a la vanguardia y tengan capacidad de autocrítica; no tengo dudas que esta generación de comunicadores y diseñadores tiene ambas cosas.
Resulta inevitable ver esta instancia de dos maneras: como un final y como un gran comienzo. Es el final de una etapa fundamental del proceso de formación académica que hemos llevado a cabo y del cual merecen una mención y nuestro reconocimiento los docentes, autoridades, funcionarios y todas las personas que hicieron de nuestro aprendizaje una enseñanza de nivel.
Sin duda en este aspecto los docentes son el contacto más frecuente y cercano que tenemos. Quisiera hacer mención especial a un docente que fuera ejemplo de dedicación, trabajo y amor por la disciplina que enseñaba; en el nombre de Luis Echeveste, vaya el agradecimiento a todo el cuerpo docente de la universidad.
Por último felicito a todos los profesionales que egresan por el logro alcanzado y agradezco a las familias y amigos que nos acompañan hoy, que siguieron de cerca y apoyaron de distintas maneras el proceso de formación de cada uno de los que hoy nos graduamos.
Muchas gracias.