Ceremonias de graduación
Ceremonias de graduación

Discurso de la Lic. Mercedes Dominioni

Palabras de la graduada de la Licenciatura en Comunicación durante la primera ceremonia anual de graduación de julio de 2011.

Es un orgullo y un honor para mí dirigirles la palabra en nombre de una generación de comunicadores y diseñadores. Gracias por su confianza.

Hay un gran desafío en nuestras profesiones. Ese desafío proviene especialmente del acto creativo y del uso de la imaginación que, conjugada con nuestros conocimientos y nuestra formación, abre la puerta a lo nuevo, a lo incierto y a lo imprevisible. Con eso creamos historias, comunicamos noticias, diseñamos y moldeamos objetos; traspasamos límites en aras de nuestros objetivos.

Transmitimos a través de imágenes y sonidos, texturas y formas, percepciones del mundo, teñidos por cómo hemos sentido lo que hemos vivido. Observamos, nos detenemos en aspectos mínimos quizá hasta imperceptibles. Los volvemos a mirar, los resaltamos y recreamos, ofreciéndolos desde una perspectiva distinta.

Esta profesión nos desafía y nos provoca porque nos invita a tener una visión sensible del mundo. Si bien eso nos alarma, también nos gratifica. Por momentos, este camino se puede volver desolador y desconcertante, pues el cuestionamiento constante es sobre nuestro propio poder imaginativo y creativo. Siempre está presente el miedo al rechazo, a la no aprobación. Nos exponemos de forma constante porque el verdadero material que usamos para desarrollar nuestras profesiones somos nosotros mismos.

Reconstruimos nuestras vivencias y les damos otra visión al volverlas a mirar, ya desde otro lugar. No puedo dejar de citar a un autor que me encantó en el sentido más mágico que esta palabra pueda tener. Chris Marker decía en una de sus más maravillosas películas: "nosotros no recordamos, podemos reescribimos la memoria como reescribimos la historia". Estamos hechos de recuerdos que nos determinan, nos forman y nos moldean. De ellos nos servimos para crear, pero no sin cambiarlos. Buscamos en nuestro interior para encontrar aquello verdaderamente hermoso y placentero.

Es necesario que nuestros cuestionamientos se renueven y así cambien nuestros horizontes: ¿Quién ahora está pensando en la dificultad de la tesis o en su defensa? Ese momento lo recordamos sin sentir la presión ni el miedo. Eso tan lejano de cuando empezamos, ahora se vuelve superable y abarcable. De esta misma forma es que nos vamos moviendo para avanzar.

La universidad nos ha dado las herramientas para cuestionar lo que hacemos, para ser nuestros propios abogados del diablo. La reflexión es uno de los valores que más he aprendido en esta institución. El camino de la creación supone navegar por lo desconocido y, por lo tanto, nos exige tener que mirarnos introspectivamente. Y esto, a veces, nos deja muy solos. Tenemos que estar abiertos para que las cosas puedan penetrarnos y, al mismo tiempo, desarrollar la capacidad de poder salirnos y separarnos de ellas para no quedar atrapados.

Para crear es necesario tener un diálogo interior constante, un movimiento interno que va a determinar un proceso arduo que requiere paciencia. Muchas veces el valor de lo que se ha creado se encuentra o es percibido años después de su concreción. Como dice Tarkovski en su libro Esculpir el tiempo: "Si no se dice todo sobre un objeto de una sola vez, siempre existe la posibilidad de añadir algo con las propias reflexiones". Eso supone otorgarle a un otro un espacio de pensamiento. Y en esta tarea es bueno dejarlo libre y posibilitar una reflexión.

Si hoy nos estamos graduando de comunicadores o diseñadores es porque tenemos la necesidad de expresarnos. Hay un impulso vital, una incomodidad vivencial que nos hace movernos para exponernos frente al mundo y mostrarnos en el torbellino de la pulsión creativa donde se hospedan nuestros deseos y nuestras fantasías más profundas. Gracias por ser parte de este grupo y en nombre de él, por darnos la confianza y las herramientas para movernos por los caminos de lo inesperado.