Ceremonias de graduación
Ceremonias de graduación

Discurso de la Lic. Cecilia Saibene

Palabras de la graduado de la Licenciatura en Comunicación durante la segunda ceremonia anual de graduación de noviembre de 2010.

Autoridades de Universidad ORT, familiares, amigos, graduados, muy buenas tardes.

Todos los presentes sabemos lo que costó llegar acá. Las noches en vela previo a las entregas, los nervios, el estrés de la tesis… todo eso quedó atrás y hoy venimos a buscar nuestros títulos en compañía de familia, amigos, compañeros, docentes y funcionarios de ORT que nos dieron una mano cuando la necesitamos. A todos, muchas gracias.

Es un honor poder hablar esta tarde en nombre de la facultad de Comunicación y Diseño a mis ex compañeros, hoy colegas.

Mientras cursaba la licenciatura en comunicación periodística junto con ellos, aprendí algo que luego reafirmé en la práctica laboral. Es más fácil cruzarse de brazos, hacer la vista gorda y ser condescendientes con el poder, que enfrentarnos a él. Podemos optar por cualquiera de los dos caminos, está en nosotros decidir el grado de compromiso que queremos tener con las comunidades a las que pertenecemos.

Hoy somos parte de diferentes grupos: de nuestra familia, del lugar en donde trabajamos, de los graduados de ORT, de la sociedad uruguaya… y podría seguir enumerando. En cada uno de esos grupos o comunidades, tomamos decisiones que hablan de quiénes somos, que nos definen como personas y también como profesionales.

En periodismo enfrentarse al poder es cosa de todos los días. Hablo de poder en el sentido amplio de la palabra. A diario entrevistamos a diferentes personas que luego citamos en los artículos que escribimos o en los informes que armamos. Para nosotros es mucho más cómodo tomar por buenas sus declaraciones y no cuestionarlas porque lleva menos tiempo, puedo producir más notas en un día y capaz que gano algún dinero extra. Si todos los periodistas escogiéramos ese camino, ayudaríamos a crear una sociedad desinformada, que tomaría sus decisiones basada en la ignorancia, con las consecuencias nefastas que eso puede acarrear.

Este ejemplo es aplicable a todas las profesiones.

Por eso nosotros tenemos que tomar las herramientas que nos dieron nuestras carreras y también nuestras experiencias de vida, y utilizarlas para mejorar las comunidades en las que estamos inmersos.

Piensen que nos enfrentamos al poder hasta en los actos más pequeños. Cuando le decimos a nuestros diseñadores gráficos que la pieza que nos entregaron no es buena y que precisa ser más trabajada, cuando no le aceptamos la pizza al delivery porque llegó dos horas tarde y la entregó fría, cuando planteamos a la universidad nuestras discrepancias con el programa de estudios, o cuando estamos en desacuerdo con el contenido de un canal y cambiamos a otro.

Por más insignificantes que esos actos puedan parecer, ayudan a reforzar las estructuras de nuestras comunidades. Y cada vez que dejamos pasar la oportunidad de exigir mayor profesionalismo, desgastamos los cimientos que las sostienen.

Ser condescendientes con el poder puede traernos beneficios en el corto plazo, pero a largo plazo, perdemos todos.

Por esa razón, estimados colegas, los invito a ser miembros activos de la sociedad, a enfrentar al poder cada vez que sea necesario, a no mirar para el costado. Es un desafío, pero estoy convencida de que tenemos todas las armas para ganar esta batalla.

Felicitaciones a todos.