Ceremonias de graduación
Ceremonias de graduación

Discurso de Graciela Pérez Montero, MBA

Palabras de la graduada del Master en Administración de Empresas - MBA durante la segunda ceremonia anual de graduación de noviembre de 2008.

Es para mi un gran honor representar a los graduados de la Maestría en Administración de Empresas y Diplomas de Recursos Humanos; Finanzas y Agro Negocios y sinceramente espero poder trasmitir los sentimientos que nos embargan a todos. Con muchos de ellos hemos compartido cursos por lo que estoy segura que lo que diga hoy será un reflejo de lo que sienten. Y en especial no puedo dejar de nombrar a Magali; Ernesto y a mis amigos de promoción: mis dos Danieles; mi Guillermo y mi Mauro. Lamentablemente es una enorme desgracia no tener talento para hablar bien ni la sabiduría para cerrar la boca, por lo que desde ya pido disculpas. Lo bueno es que lo que quiero compartir con ustedes no va a durar más de 5 minutos.

Hemos terminado otra etapa en nuestras vidas. Una etapa en la que, en el estudiar y en el hacer, nos convencimos que para cambiar es necesario saber; para saber hay que aprender y para aprender hay que hacer grandes sacrificios. Y este es un proceso en el cual no existe una determinada edad para iniciarlo. Nunca se es demasiado joven o demasiado viejo. Es una decisión permanente porque como dijo Benito Juárez “La educación es fundamental para la felicidad social; es el principio en el que descansan la libertad y el engrandecimiento de los pueblos”.

Por eso la ceremonia de hoy, es una ceremonia de graduación pero también de inicio. Como ceremonia de finalización, uno mira hacia atrás y observa el camino recorrido. Y lo recuerda con un inmenso cariño: el que olvida el punto de partida pierde fácilmente la meta. Y en ese recorrido uno debe ser agradecido.

Agradecer en primer lugar el cariño, el apoyo constante y la comprensión de nuestras familias por no poder compartir momentos con ellos y cambiarlos por Kottler; Porter; Drucker; Ross; Otón Juárez y tantos otros.

Y agradecer a la Universidad ORT por permitirnos compartir con ella, el alto estándar de calidad y el reconocimiento internacional que posee, los cuales son fruto de la dedicación, el trabajo continuo y por sobre todo, la excelencia académica de las que ha hecho gala en estos tres años. Todos nosotros recordamos algún momento de frustración y enojo para con nosotros mismos cuando algo no salía como esperábamos pero también recordamos los desafíos y las ansias de superación permanentes.

Hemos recibido un excelente nivel académico que complementó la teoría y la práctica; la dedicación individual y el trabajo en equipo en una combinación pocas veces vista. Hemos compartido con docentes y entre nosotros; conocimientos y habilidades y por sobre todo, experiencias de vida y sentimientos. Porque educar no es solamente dar una carrera para vivir, también es una manera, la mejor manera, de templar el espíritu para afrontar las dificultades de la vida. Y hoy estamos mejor preparados que ayer y por todo esto damos gracias.

También es una ceremonia de inicio. El inicio de nuevos proyectos, planes y no me cabe ninguna duda, de realizaciones. El inicio de una nueva etapa en donde nos comprometemos a dejar de aferrarnos al pasado para así poder abrazar al presente, y lo que es más importante, alcanzar el futuro. Nos comprometemos a ser parte de una promoción de luchadores incansables, y como luchadores no de un día, no de un año sino de toda la vida vamos a demostrar que se puede, porque nos vamos a atrever a hacer cosas imposibles y que son imposibles simplemente porque nadie antes se atrevió a hacerlas. Como dijo Flaubert “Si miramos al cielo, acabaremos por tener alas”. Nos comprometemos hoy frente a todos ustedes y antes nuestras propias conciencias, no a ser ángeles, pero sí a tener alas.

Amigos de graduación, amigos todos: quiero finalizar este compromiso como egresados de la Maestría en Administración de Empresas y de los Diplomas de Recursos Humanos, Finanzas y Agro Negocios con un deseo de esperanza para nuestro futuro que mi corazón reconoce como una verdad absoluta: “Nunca temas a las sombras. Sólo constituyen el indicio de que en algún lugar cercano hay una luz resplandeciente”.

Gracias a todos.