Ceremonias de graduación
Ceremonias de graduación

Discurso de Carmen Camaño, M.Ed.

Palabras de la graduada del Master en Educación durante la segunda ceremonia anual de graduación de noviembre de 2008.

Es para mí un gran honor y, al mismo tiempo, un fuete compromiso dirigirme a Ustedes en nombre de los compañeros con los que he cursado la Maestría en Educación dentro de esta Institución.

Dado que se me ha brindado esta oportunidad quisiera destacar algunos aspectos que, a mi parecer, son de importancia crucial para que este emprendimiento se haya realizado y culminado con un alto nivel académico. En primer lugar me gustaría referirme al escenario en el que fue realizada esta Maestría. El mismo habilitó un espacio pedagógico amigable y alentador de manera constante. Esto posibilitó a los estudiantes un ambiente de ‘bajo riesgo’, de seguridad y de confianza que sirvió para optimizar los aprendizajes, con rigor pero sin temor.

Con respecto a este escenario se destacan algunos aspectos fundamentales como:

  • el nivel del plantel docente;
  • la forma de organización de los cursos y sus respectivos ‘curricula’, los que, alternándose estratégicamente, permitían que unos exigieran hasta el límite mientras que otros nos proporcionaban una cierta distensión;
  • la calidad y calidez de los docentes y funcionarios involucrados quienes nos alentaban constantemente a seguir adelante, tratando de eliminar los obstáculos de tipo colateral;
  • el apoyo constante que cada uno de nosotros recibió en forma individual;
  • la forma expeditiva en que se realizaban los trámites y los aspectos administrativos en general;

El hecho de haber un constante seguimiento y preocupación por nuestros procesos de aprendizaje, así como la ayuda que llegaba cuando parecía que íbamos a desfallecer, fueron soportes fundamentales para no abandonar el emprendimiento.

Al mismo tiempo, el hecho de haber contado con una bibliografía importante en número, calidad y actualización, facilitó enormemente la tarea. Es importante destacar que la misma no solamente provenía de la excelente biblioteca con la que cuenta la Institución sino también de los docentes que ofrecían sus propios libros cuando era necesario.

Otro aspecto importante que se debe destacar es el que tiene que ver con mis compañeros de estudio. A lo largo de todo el trayecto se apreció un alto grado de compromiso con la labor que estaban haciendo que se iba acentuando a medida que avanzaba la tarea de campo.

Seguramente, cada uno de nosotros tenía motivaciones diferentes cuando inició esta Maestría. Sin embargo, a lo largo del cursado, se evidenció algo que iba más allá de las mismas y que, de alguna manera nos iba uniendo cada vez más. Este denominador común fue el afán y la preocupación por mejorar nuestros conocimientos acerca de la educación con el fin de ejercer mejor nuestra profesión de enseñantes. Como profesionales de la educación todos estuvimos profundamente comprometidos con las realidades que se estaban viviendo en nuestro medio laboral. Cada tema elegido evidenciaba la preocupación que cada uno tenía en relación a algún aspecto de la educación que consideraba no resuelto.

Fue interesante observar que en esta labor estábamos realizando un esfuerzo por utilizar la investigación como un motor de mejora de la enseñanza. Es este hecho, en definitiva, el que finalmente repercutirá en beneficio, no solamente de un individuo o de una institución en particular, sino en la educación del país. Un país que pretenda ser realmente sostenible necesita mucho de la educación. Es en este sentido que pareció apuntar nuestra preocupación y nuestra labor porque, de alguna forma, también nos sentimos responsables de la educación que incide e incidirá en el futuro del país con el fin de ayudar a proyectarlo e impulsarlo.

Todos los esfuerzos que mejoren los aspectos de la educación requieren ciertos requisitos imprescindibles entre los que sería bueno destacar, por lo menos, tres:

  • un gran esfuerzo;
  • mucha disciplina;
  • una gran perseverancia

Un gran esfuerzo porque estudiar y seguir adelante sin desfallecer intentándolo siempre, lo requiere. Mucha disciplina y hábitos para continuar aún en los momentos en los que se piensa que ya se ha llegado al límite. Una gran perseverancia porque, para cualquier emprendimiento, la misma es fundamental.

Todos estos requisitos y otros muchos necesitan las personas que no solamente estudiaron sino que cumplían horarios de trabajo extensos y, a veces, extenuantes como fue el caso de nuestro grupo.

Termino agradeciendo a mis compañeros por todo lo que pude aprender de ellos y con ellos, a mis profesores por todo su aliento y enseñanzas, a los funcionarios que siempre estuvieron atentos a nuestras necesidades y a los responsables de esta maestría por la forma de organización de la misma que permitió que esta titulación se haya podido realizar como un proyecto de alta calidad y, al mismo tiempo, en forma tan expeditiva.

Finalmente, y no por ello menos importante, agradezco a nuestras familias que nos han alentado constantemente sin dejarnos desfallecer.