Somos sin lugar a dudas unos privilegiados. Una de las pocas personas que pueden darse el lujo hoy en Uruguay de estudiar una carrera y recibirse.
Esto es una bendición pero a su vez una responsabilidad. Responsabilidad de entender que está en nuestras manos el futuro del país. Y por tanto es obligación de aquí en más hacer las cosas bien.
Y hacer las cosas bien no es tarea fácil. La vida a veces es muy tramposa y juega con nosotros proponiéndonos ofertas muy difíciles de rechazar. No tentarse con una buena propuesta del exterior es casi algo inevitable.
La idea de ver pasar la vida sentado tras un escritorio 8 horas diarias cobrando un lindo sueldo, es para muchos un manjar muy difícil de no probar.
Y no digo de que no se pruebe, pero que además se mire alrededor, y se arriesgue un poco más. Que si la vida quiere jugar con nosotros, entonces nosotros también juguemos con ella y enfrentémosla.
Propongámosle por ejemplo que podemos ser empresarios y así contribuir a bajar la desocupación.
Propongámosle que en vez de trabajar en el exterior podemos trabajar para el exterior pero desde acá.
Propongámosle que queremos disfrutar de toda una generación de graduados unida y en contacto, y así alimentarnos todos de nuestras experiencias.
Aquí comienza una nueva vida y podemos modelarla a nuestro saber y entender. Aprovechémosla.
Demostrémosle que podemos, que podemos cumplir con el país, cumplir con nuestros padres y ser ejemplo para nuestros hijos.
La universidad nos ha dado la oportunidad de conseguir un muy buen trabajo, nos ha ayudado a despertar un mayor sentido de la responsabilidad, nos ha dado la oportunidad de desarrollar nuestra capacidad de trabajar en equipo, nos ha disciplinado.
En resumen la universidad nos ha dado un seguro para toda la vida pero depende de nosotros en convertirla en un pasaporte hacia la inmortalidad.
Los invito a no malgastar su tiempo y mantenernos unidos, a mantener unida no sólo la generación de nuestra facultad, sino aprovechando que también hay gente presente de otras Facultades, extender la propuesta a todas ellas, para de esta manera hacer juntos un futuro mejor.
Los invito a dejar de lado nuestros miedos y convertir a nuestro paisito en un país más tolerante, un país más trabajador, un país más integrado, un país más alegre. . . En definitiva, en un país más inteligente.