Buenas tardes a todos, es un honor para mí hablar en representación de los graduados de la Facultad de Ingeniería.
Quisiera empezar por agradecer a familia, docentes y amigos por acompañarnos en esta ceremonia.
Me gustaría aprovechar esta instancia para plantearnos las siguientes preguntas:
¿Cuáles son los desafíos de esta nueva era de la información y el conocimiento?
¿Cómo nos paramos los profesionales ante el aumento de las decisiones tomadas por inteligencias computacionales?
Como sabemos, la tecnología está cambiando a un ritmo vertiginoso y eso implica una serie de retos que como profesionales debemos enfrentar.
Lo vivimos a lo largo de nuestras carreras, el ecosistema tecnológico que existía durante nuestros primeros semestres de formación ha cambiado por completo. El horizonte de las empresas ya no es el mismo. Los procesos, técnicas, frameworks y expectativas que se tenían respecto a ciertas tecnologías han cambiado de maneras increíbles, y lo continúan haciendo.
Todos estos cambios han influido, e influyen, en la vida cotidiana de las personas, la cual se ha visto completamente modificada por la interacción con el mundo digital.
Hoy en día podemos enviar mensajes y videos a costos ínfimos, podemos hacer pagos digitales desde nuestros smartphones, tenemos al alcance de nuestra mano películas de alta calidad para ver y pausar cuando queramos.
Estamos alcanzando instancias donde cada vez actividades más complejas son llevadas a cabo por máquinas, decisiones estratégicas relegadas a sistemas inteligentes.
Pensemos en ejemplos donde esto es práctica común, como el campo de las finanzas donde las negociaciones en bolsa son hechas por algoritmos, o un caso mucho más nuevo como la policía predictiva utilizada en países como Estados Unidos, donde se utilizan modelos de análisis de datos para predecir donde y quien va a cometer un crimen. Y... sin irnos tan lejos... leemos noticias, vemos series de televisión y estamos expuestos a publicidades que son sugeridas por sistemas de recomendación automáticos.
Estamos a pocos años de tener en nuestras manos tecnologías sacadas de ciencia ficción, capacidades que jamás se hubiera creído que una máquina pudiera tener (...), es por eso que llamo a la reflexión, no digo que esto sea malo en sí mismo o algo para temer, pero sí es una responsabilidad que debemos tener presente.
A lo que voy es: nuestras decisiones afectan cada vez más directamente a la comunidad, no solo a máquinas o líneas de producción, y es por eso que nuestro gran desafío es ser excelentes en la comprensión de nuestras acciones, desde un punto de vista tecnológico pero también desde lo ético y humano.
Sin más, le digo a mis colegas, nuevos ingenieros, hagamos del mundo un lugar mejor con cada decisión que tomemos, porque cada avance tecnológico no debe ser tomado como inocuo y es nuestra responsabilidad el velar por su impacto favorable en las personas y la sociedad.