Ceremonias de graduación
Ceremonias de graduación

Discurso de la Lic. Marcela Balladares

Palabras de la graduada de la Licenciatura en Diseño Industrial durante la segunda ceremonia anual de graduación de noviembre de 2018.

Buenos días a todos.

Me siento honrada de poder dirigirme a ustedes en representación de los graduados de la Facultad de Comunicación y Diseño. En nombre de todos ellos, les agradezco por acompañarnos hoy aquí.

Permítanme iniciar con una breve anécdota personal.

De pequeña tuve una mente inquieta y mucha imaginación. Llenaba cuadernos de principio a fin con dibujos que, poco a poco, sufrieron la metamorfosis de muñecos abstractos, con cabezas sobredimensionadas, a planos detallados que aspiraban a convertirse en algún cachivache infantil.

Yo rondaba los seis años de edad y mi hermana, fiel cómplice  de mis aventuras, los cuatro. Ambas queríamos tener una casa de muñecas para jugar. A pesar de mi corta edad, entendía que mi familia no podía permitirse el lujo de comprar ese tipo de juguete, existían otras prioridades. Por lo tanto decidí hacerla yo misma.

Días y horas planeando la casa, los muebles y cada detalle hasta que llegó el momento de aventurarse a construirla. Y así junto a mi hermana lo hicimos, en base a cartón, pegamento apto para niños y unas trinchetas que no teníamos permitido usar.

Dos horas después de haber terminado, colocamos la primer Barbie adentro de aquella mansión y ésta se derrumbó con mucho dramatismo. La frustración fue grande, pero no recuerdo haber derramado una sola lágrima, tenía claro el objetivo y de nada servía lamentarse.

Por ello al día siguiente, comencé de nuevo, reforzando la cantidad de materiales, tratando de prevenir otro derrumbe. Dos días más tarde, mi hermana y yo jugábamos con aquella aglomeración de cartón y pegamento, orgullosas de nuestro logro.

Este fue el primer prototipo que realicé en mi vida. ¡Quién iba a pensar que sería el primero de muchos!

La vocación se encuentra tras el empeño que se dispone para conseguir el propósito deseado, más allá de las aptitudes que cada uno posee. Se trata de insistir hasta encontrarlo, no de conformarse o rendirse.

Al comienzo de mi carrera en diseño me encontré con un panorama que exigía más de lo que yo había imaginado. Ya no bastaba con pequeños esfuerzos para cumplir con los objetivos, ahora me enfrentaba a desafíos extenuantes, que particularmente el diseño presenta.

La creatividad es una característica innata, determinante y excluyente para formar diseñadores. Sin embargo, no fluye a raudales. Debe ser estimulada y desarrollada como cualquier otra capacidad. Personalmente ahí encontré el mayor desafío.

El diseño en general requiere de personas capaces de sacrificar “lo que es” por “lo que puede llegar a ser”, es decir, más allá de lo perceptible a simple vista, el diseñador debe buscar soluciones viables e innovadoras, que sean funcionales y a la vez estéticamente agradables, éticamente aceptadas y que cumplan con todos los tecnicismos de producción.

En la actualidad, el diseño industrial se enfrenta a un mercado con necesidades y deseos cada vez más exigentes. La factibilidad productiva debe aliarse con los requisitos técnicos e incorporar la avanzada tecnología que nos envuelve en un ritmo vertiginoso al cual debemos adaptarnos. Hoy, diseñar es un desafío de integridad, de cooperación y trabajo en conjunto, de adaptación constante y de pensar “fuera del molde”.

Para ello uno debe estar dispuesto a caerse noventa y nueve veces para levantarse cien.

Como diseñadora industrial, miro en retrospectiva todas esas caídas y saboreo el logro con mayor intensidad, pero no únicamente se debe a la obtención del producto final, sino que reconozco el proceso. Este fue tan relevante como el objetivo propuesto, ya que, a través de dicho proceso fue donde aprendí a ser, a hacer, a rehacer y a deshacer cuantas veces fueran necesarias, hasta terminar.

No queramos ir tan deprisa porque corremos el riesgo de perdernos el preciado contenido.

Habiendo puesto la mirada hacia atrás, es momento de ver hacia adelante, y divisar cuáles serán los próximos pasos a seguir.

Graduados, nuestro escenario pasó de ser hipotético a real. Los plazos son más cortos, las críticas más severas y los problemas a enfrentar monstruosamente mayores. Por lo cual, las caídas serán duras, más de lo que acostumbramos estos últimos años; pero si estás hoy aquí es porque también eres capaz de proyectar y construir tu propia casa de muñecas.

Muchas gracias.