Ceremonias de graduación
Ceremonias de graduación

Discurso de la Arq. Micaela Barreiro

Palabras de la graduada de Arquitectura durante la primera ceremonia anual de graduación de abril de 2019.

Buenos días a todos. Agradezco a autoridades, docentes y funcionarios de la Universidad ORT Uruguay, así como a la familia y amigos de los graduados, todos piezas fundamentales para que estemos hoy acá.

Es para mi un honor haber sido elegida para representar a los graduados de arquitectura y diseño de esta generación.

Cuando me propusieron hablarles comencé a hacerme muchas preguntas sobre lo quería trasmitir en tan poco tiempo y frente a tantas personas, lo que conlleva una gran responsabilidad.

Creo que lo más importante es contarles acerca de mi recorrido vocacional. ¿Por qué terminé hoy parada acá, representando a los graduados de arquitectura, si allá por el 2007 empecé la carrera de derecho en la cual pasé 4 años de mi vida?

Empecé a buscar en los orígenes, cuál había sido desde chica mi certeza, y ésta era, sin duda, hacer algo, por pequeño que fuese, que lograse mejorar el mundo.

Es por esto tal vez que dejé de lado mi pasión por los espacios arquitectónicos y el diseño para seguir lo que creía iba a ayudarme a realizar ese fin. Ser abogada de derechos humanos. Eso era lo que debía hacer. Eso me iba a realizar. Ese, pensaba, era mi objetivo en la vida. Pero las pasiones nunca mueren, y yo cada vez me sentía más alejada de lo que verdaderamente me gustaba y me hacía feliz, la arquitectura. 

Luego de muchas noches de insomnio y de consultar con familia y amigos, tuve que tomar una de las decisiones más difíciles de mi vida, abandonar una carrera casi finalizada para empezar de cero. Así fue como a mis 25 años ingresé en lo que es hoy mi segundo hogar, la Facultad de Arquitectura.

Desde el primer año supe que estaba en el lugar correcto. Rodeada de  personas que de una forma u otra, compartía mis pasiones. La búsqueda incansable por mejorar algo. Desde una casa, un edificio, una plaza, hasta una ciudad. Desde cualquiera de estas intervenciones se puede ayudar a mejorar el mundo donde vivimos, y la arquitectura va cada vez más por este camino.

Ejemplo de esto son las preocupaciones de arquitectos contemporáneos por la búsqueda de la democratización de los espacios públicos, la mejora de la vivienda social y sobre todo estas ultimas décadas, la arquitectura sustentable. 

El mundo entero va por este camino, ya que en el 2016 el mayor premio de arquitectura, el premio Pritzker, fue otorgado a Alejandro Aravena, un arquitecto que se dedica entre otras cosas a realizar viviendas de interés social de bajo presupuesto, pero siempre preocupándose por la calidad de vida de sus futuros integrantes y no sólo en resolver netamente la vivienda.

Como él mismo plantea en entrevistas que le han realizado: “Las ciudades pueden ser un atajo hacia la corrección de las inequidades sociales, porque si se identifican estratégicamente proyectos de espacio público, de transporte público, de infraestructura o de vivienda, se puede mejorar la calidad de vida en un plazo relativamente corto… El rol del arquitecto es mejorar la calidad de vida de las personas”.

Como él, creo que nuestro rol como arquitectos, o desde cada una de las profesiones que estamos acá hoy, es la de mejorar un poquito la sociedad desde donde nos sea posible, cada uno desde el lado que le toca pero siempre trabajando en equipo, compensando las destrezas sin importar el destaque de individualidades, un valor importantísimo que me llevo de mis compañeros de carrera.

Estoy convencida que esta es la forma en la que voy a poder realizar mi objetivo, ese que me proponía desde chica. Finalmente, me siento en el camino correcto.

Lo invito a todos a redescubrir sus certezas y pelear por ellas, desde donde los haga realizarse como profesionales, pero lo más importante, como personas.

Muchas gracias, y felicitaciones.