Una decisión que cambió sus planes
Aunque ya estaba cerca de graduarse, Victoria se animó a hacer una pausa para vivir una experiencia internacional. “Tenía dudas porque implicaba extender un semestre la carrera. Pero ahora puedo decir con total certeza que vale completamente la pena”, cuenta.
La elección de University of Manchester no fue casual: buscaba mejorar su inglés, enfrentarse a un entorno cultural diferente y estudiar en una institución de prestigio académico. “Cuando vi la estructura de los edificios, tanto los modernos como antiguos, supe que quería estudiar ahí”, recuerda.
Aplicar no es difícil, pero hay que ser estratégico
Sobre el proceso de postulación, destaca que fue intuitivo y con mucho apoyo institucional, tanto desde la Universidad ORT Uruguay como desde la universidad británica.
“Lo más complejo fue elegir las materias, ya que tenía que asegurarme de que fueran reconocidas al volver”, señala. El resto del proceso implicó presentar escolaridad, documentos y una carta de motivación.
Clases masivas y estudio autónomo
“Aun así, hay muchas sesiones de apoyo con grupos reducidos donde se pueden resolver dudas”, explica. También destaca que en ORT, al haber clases más pequeñas y mayor contacto directo con los profesores, el intercambio de ideas es más fluido.
Campus impresionante y una ciudad dinámica
Su primera impresión del campus fue de asombro: “La universidad es hermosa y enorme”. En cuanto a la ciudad, la describe como muy activa, llena de cafés y propuestas culturales, pero también con un clima bastante gris. “Los primeros días extrañé mucho el sol”, admite.
Tecnología, laboratorios y servicios
Manchester cuenta con una infraestructura de primer nivel. Los edificios están distribuidos por disciplina y el acceso a laboratorios, bibliotecas o salas de estudio se realiza con una tarjeta de estudiante. “Hay una enorme variedad de servicios de apoyo para quienes vienen del exterior”, destaca.
Elegir un intercambio en el último año: un acierto inesperado
Victoria reconoce que no fue una decisión fácil. “Al principio tuve muchas dudas, no lo hice en años anteriores por mi emprendimiento, y tomar la decisión en mi último año implicaba extender la carrera un semestre más”, cuenta. Sin embargo, asegura que fue una de las mejores decisiones que tomó: “Es una experiencia sumamente enriquecedora".
Aprendí muchísimo, no solo a nivel académico, sino también en lo cultural y personal. Ahora puedo decir con total certeza que vale completamente la pena”.
Lo que viene: más ciencia y más mundo
Si bien antes no estaba en sus planes, la experiencia la inspiró a seguir explorando otras culturas y formas de hacer ciencia. “Ahora sin duda quiero seguir conociendo cómo se trabaja la biotecnología en otros países”, asegura.