Ceremonias de graduación
Ceremonias de graduación

Discurso de la Ing. Nicole Klein

Palabras de la graduada de Ingeniería en Telecomunicaciones durante la primera ceremonia anual de graduación de julio de 2009.

Buenas tardes para todos. Gracias por estar aquí acompañándonos.

Está bueno poder concluir una etapa de la vida con la gente con la cual la compartimos. Es por eso que no quiero guardar los agradecimientos para el final.

En nombre de todos los colegas, quisiera agradecerle a amigos, familia, docentes, funcionarios y directivos de la facultad, por la paciencia, las ganas y el apoyo que nos han sabido brindar a lo largo de todos estos años. Estoy segura que no ha sido fácil la tarea =0).

Muchas de las personas acá presentes podrían pensar, bueno, se recibieron, ya está! Tienen la vida resuelta. Con el título de ingenier@ y el diploma encuadrado, son unos reyes y unas reinas, y no tienen nada de qué preocuparse. Bueno, yo creo, que es todo lo contrario. Uno tiene durante muchos años la meta de recibirse. Durante esos años se esfuerza al máximo para dejar lo mejor de sí y conseguirlo lo antes posible. Finalmente, llega el momento en que lo logra. Ahí, en ese momento, es cuando se cumple una meta importante de la vida de cada persona. ¡Se está recibiendo! ¡Era lo que quería! Y ahora...¿qué hago? Ahora que mi meta más importante durante estos años ya está cumplida..¿cómo sigo? Éste es un momento tan importante en nuestras vidas como el momento en el cual elegimos la carrera que queríamos estudiar. Es momento de plantearse nuevas metas. Momento de pensar en qué es lo que queremos conseguir de ahora en adelante. Y no es una decisión para tomar a la ligera, porque es eso en lo que basaremos nuestro esfuerzo como profesionales por el resto de nuestra vida. Es una meta a mucho más largo plazo.

Sabemos que hoy en día las carreras de Ingeniería se encuentran en “déficit de profesionales”. Es el boom de la Ingeniería. Hay propuestas laborales de todo tipo y color. Pero, si analizamos la situación, esto en realidad puede ser un arma de doble filo. Si hay una herramienta peligrosa y poderosa que te da el ser profesional y en particular ingenier@, es la de PODER ELEGIR. Sin ir más lejos, uno abre el gallito un domingo al medio día y se encuentra con frases como “se busca ingeniero para administración de redes”, “remuneración acorde al cargo”, “ingeniero para implementación de radiobase celular”, “disponibilidad para viajar al interior y exterior del país”, “ingeniero empresa multinacional”, “contratación a término”, “para call center”, “para soporte técnico”, “para empresa de servicios”, y así, pasan como en un desfile una serie de ofertas variadas (por suerte). Dada la cantidad de propuestas, para todos los perfiles y todas las tareas ingenieriles, la posibilidad de equivocarse y caer en tareas que a uno no le motivan es muy grande.

Uno entonces tiene la opción. Si así lo deseara, puede asistir a un trabajo donde marcar tarjeta y cumplir 8 horas de horario. Puede trabajar freelance. Puede hacerlo desde la casa. Puede hacerlo sólo o en equipo. El problema más grande es saber qué es lo que uno quiere.

No nos olvidemos de algo fundamental en estos tiempos. Hoy más que nunca contamos con la posibilidad de armar nuestro propio emprendimiento. Creo que en ningún otro momento se promovió y se apoyó más que hoy en día a los jóvenes profesionales y emprendedores que deseen formar su propia empresa. Contamos con el apoyo de muchos organismos e instituciones para poder llevarlo a cabo.

Desde la facultad tenemos el apoyo a los que deseen comenzar su emprendimiento. Contamos con en Centro de Emprendimientos Tecnológicos (CET) y si quisiéramos también podríamos tener asesoramiento de la mano de “Vincular”. Por parte del LATU, también contamos con Ingenio, la incubadora de empresas.

Tenemos también la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), que con sus programas y llamados brinda préstamos y asesoramiento.

Así, vemos que una gran cantidad de organismos están apostando a que el país sea productor de emprendimientos. Que los jóvenes profesionales tengan cada vez más chance de vender sus ideas y trabajo de Uruguay al mundo.

Después de pensar en todo esto y tantas posibilidades, cuando nos recibimos no somos otra cosa que experimentos de nuestros deseos. Probamos, fracasamos, tenemos éxito, no nos gusta, nos apasiona. No sabemos lo que queremos pero lo queremos ya. Y tenemos tantas posibilidades que asusta.

Tenemos la responsabilidad de superar a generaciones anteriores y abrirle el paso a las nuevas, para que luego ellas nos superen. Debemos tratar de pasarles el mensaje de querer ser siempre mejores y con esfuerzo y formación incesante. Es así como se consiguen las metas.

Bueno, propongo que nos tranquilicemos y des-aceleremos. Tomémonos nuestro tiempo para pensar qué es lo que queremos para el resto de nuestras vidas. Pongámonos nuevas metas y sigamos cumpliendo los sueños.

Muchas gracias.