El jueves 1 de octubre de 2015, en la 12.a Latin America Conference for Deans and Directors de la Association of MBAs (AMBA), el Dr. José de la Torre disertó sobre cómo internacionalizar la experiencia del Master en Administración de Empresas (MBA). El evento tuvo lugar en el marco de los 25 años del MBA de la Facultad de Administración y Ciencias Sociales.
De la Torre es Director Ejecutivo del MBA Consortium for Global Business Innovation y es miembro del board del MBA de Universidad ORT Uruguay desde 2011. Además, ha sido decano del Florida International University, director del UCLA’s Center for International Business Education and Research, investigador de la Escuela de Negocios de Harvard y profesor de INSEAD en Francia, entre otros cargos.
En su presentación, afirmó que las alternativas de internacionalización a implementar en los programas de MBA dependen de dos puntos: el rol de los negocios internacionales en la institución que ofrece la maestría y el reconocimiento de las necesidades de los estudiantes.
La importancia de los negocios internacionales
Acerca del rol de los negocios internacionales, el experto instó a identificar el nivel de incidencia dentro de la organización. “¿Es esencial para mí? ¿Es algo en lo que voy a hacer un énfasis significativo? ¿O los cursos y programas internacionales son solo algo más que voy a hacer?”, se preguntó y dijo que las respuestas a estas preguntas determinarán las acciones a seguir.
De la Torre puso tres instituciones a las que ha estado vinculado como ejemplo de la relevancia que cada organización otorga a la internacionalización: INSEAD (donde la internacionalización es lo más importante), Florida International University (donde es destacada, pero no es la característica principal) y UCLA (donde es un componente más de la oferta educativa).
Según la importancia que cada organización le otorgue a los asuntos internacionales se deberá definir la presentación de los cursos. “Algunos estarán en el núcleo del programa”, señaló, mientras que otros serán presentados como una serie de asignaturas electivas que cubran ciertas funciones o regiones específicas del mundo.
Durante su presentación, de la Torre hizo hincapié en las posibilidades para internacionalizar los cursos y mencionó diversas opciones, desde la inclusión de estudiantes internacionales y las colaboraciones con universidades con experiencia internacional, a la apertura de campus en otros países.
Reconoció que las distintas alternativas pueden tener costos elevados y que es un aspecto a considerar. “No todas son recomendables para todas las escuelas”, comentó. Pero fue terminante en cuanto el objetivo principal. “Además del contenido, debemos enfatizar la experiencia”.
¿Para quién lo hacemos?
Sobre las necesidades de los alumnos, afirmó que “no todos los estudiantes necesitan los mismos detalles y exposición a asuntos internacionales”, y dijo que es necesario segmentar la población estudiantil. Explicó que esta división permite definir contenidos y experiencias específicos para cada tipo de estudiante.
“Lo primero que debemos hacer es reconocer que tenemos estudiantes diferentes con necesidades diferentes”, señaló. La estrategia básica consiste en brindar a todos los alumnos nociones generales sobre la realidad mundial y contribuir a generar una mentalidad global.
De la Torre dijo que es posible dividir a los estudiantes en tres categorías:
- El grupo en su totalidad, que requerirá conceptos básicos sobre la realidad mundial.
- Un grupo compuesto por entre 30%-40% de los alumnos a los que habría que ofrecer habilidades más especializadas y un conocimiento más profundo de las finanzas internacionales, y otros asuntos como marketing y distribución.
- Un grupo selecto, integrado por el 10%-15% de la clase, que demandará aún más formación e información, y para los que la organización deberá elaborar contenidos específicos, con más detalle y énfasis en la experiencia.
Esta categorización permite definir actividades diseñadas para cada uno de los grupos.
- Para la total de la case: cursos en los que exista variedad en el aula y viajes de estudio.
- Para el segundo grupo: amplio rango de materias electivas, profesores visitantes con competencias específicas y posibilidades de pasantías en empresas internacionales.
- Para el tercer grupo: posibilidad de realizar consultorías en el exterior antes de graduarse.
Experiencia internacional y aplicada
“La experiencia es fundamental. Necesitamos sacar a los alumnos de los salones”, afirmó de la Torre. “El aprendizaje sucede cuando tus premisas y prejuicios son cuestionados. Cuando hay un cambio de paradigma que te fuerza a tratar de explicar una diversidad y complejidad que no existe en tu experiencia personal”.
Así, abogó por la inserción internacional de los estudiantes, de modo que sean capaces de trasladar los conocimientos teóricos a la práctica. Se mostró contrario a los programas que llevan alumnos a otro país y no proporcionan una experiencia realmente integradora desde el punto de vista social.
A la hora de formar emprendedores con una visión global, de la Torre indicó que es “fundamental que cada graduado de MBA” maneje dos idiomas. Aprender un idioma “enseña a escuchar y a tratar de entender”, dijo y resaltó que “aunque no lo hable nunca más, aumenta la sensibilidad del estudiante”.
Recomendó que los estudiantes de intercambio tengan la posibilidad de compartir sus experiencias, de modo que puedan internalizar lo vivido y otros aprovechen su conocimiento. “No lo estamos haciendo y está mal. Lo que pasa cuando regresan es crítico”.
Doble titulación: más oportunidades
Para finalizar su presentación, de la Torre se declaró un creyente en los double degree programmes. Aseguró que los programas de doble titulación otorgan al estudiante la posibilidad de obtener el doble de títulos, el doble de conexiones y el doble de oportunidades laborales, entre otros beneficios, con poco esfuerzo de parte de la institución educativa.
Sin embargo, comentó que para muchas escuelas “es difícil de aceptar” que sus estudiantes se formen en otra organización, aunque sea brevemente. Para de la Torre, la implementación de un programa de doble titulación es muy sencilla y no requiere demasiados esfuerzos, además de brindar ventajas adicionales a las instituciones participantes.