Por razones que aún hoy se desconocen, cuando el ejército soviético liberó Hungría de la ocupación nazi, Wallenberg fue detenido por el ejército rojo, y nunca más se supo de su paradero, ni se encontraron nunca sus restos.
Fueron miles los judíos que pudieron salvar su vida, directa o indirectamente, gracias a las acciones de Wallenberg, que en no pocas ocasiones, se enfrentó a los oficiales nazis, logrando bajar gente de los trenes que partían hacia el campo de exterminio. Así como también, incluso a costo de su capital personal, compró viviendas en Hungría, a las que declaró como propiedad del gobierno sueco, refugiando allí a no menos de 30.000 judíos, a los que luego entregaba pasaportes suecos para que pudieran abandonar el lugar.
La Fundación Internacional Raoul Wallenberg (http://www.raoulwallenberg.net), con sede en la república argentina, organizó días atrás un homenaje de recordación, frente a la estatua conmemorativa en Buenos Aires.
En Montevideo, y por una Ley Nacional del año 2003, el Liceo Público Nº 53, lleva el nombre de Raoul Wallenberg, como homenaje y recuerdo de este Justo entre las Naciones. (Se puede ver en:
http://www.raoulwallenberg.net/?es/educacion/escuelas/descubrimiento-nombre-raoul.5300.htm)