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Cuando el mercado exige más que conocimientos técnicos

01/07/2019
Aunque el mercado demanda que ingenieros informáticos sepan comunicar, negociar y liderar equipos, muchas universidades no incluyen esas habilidades en su currícula, halló un estudio de los doctores Gerardo Matturro y Martín Solari, docentes de ORT.
Cuando el mercado exige más que conocimientos técnicos

“Seleccionamos un Ingeniero de Software para Backend”, se titula un anuncio en un portal laboral publicado hace unos días que, además de los tradicionales requisitos (conocimientos de cierto lenguaje de programación y de administración de bases de datos particulares), detalla que los futuros empleadores valorarán en el ingeniero “que sea promotor de buen clima, que tenga habilidad para comunicar e interactuar empáticamente con clientes”.

En línea con este anuncio, cada vez más, las empresas que buscan profesionales de software explicitan en sus llamados su interés por las “habilidades blandas”, aquellas destrezas que le permiten a un profesional desempeñarse mejor en su lugar de trabajo y tener un buen relacionamiento, tanto con sus compañeros como con sus clientes.

No obstante, mientras el mercado está solicitando este perfil, más de la mitad de las carreras en disciplinas informáticas de universidades de América Latina carecen de asignaturas que den herramientas para que sus estudiantes desarrollen habilidades blandas.

Estudio

El dato surge de un estudio realizado por Gerardo Matturro y Martín Solari, profesores investigadores del Departamento de Ingeniería de Software de la Universidad ORT Uruguay, titulado “Habilidades blandas en ingeniería de software en educación superior: un estudio inicial de su estado en América Latina”.

El trabajo tuvo como fin analizar cuán presentes están las habilidades blandas en los planes curriculares de las carreras vinculadas al software en universidades de América Latina.

Para ello encuestaron a directores, coordinadores o responsables académicos de 115 carreras de grado universitario en Ingeniería o Licenciatura de Software, Informática, Computación, Sistemas o Sistemas de Información de 85 universidades pertenecientes a 15 países de América Latina.

“La cultura académica-industrial obliga a enfatizar cada vez más en las habilidades blandas. Se trabaja sobre los problemas más humanos con los clientes. No solo de manejo de la información sino de manejo de los procesos de las personas”, señaló Solari.

Un ingeniero o licenciado en sistemas debe trabajar en equipos de proyectos con otros profesionales que, en muchas ocasiones, pertenecen a otras disciplinas.

“Además de realizar el trabajo técnico para alcanzar los objetivos del proyecto, también necesitan otras habilidades y destrezas relacionadas con la interacción y  comunicación con compañeros de equipo y otros externos, administrar el tiempo, negociar con los clientes, escribir informes, presentar avances de proyectos, resolver problemas, tomar decisiones, entre otros”, destacó Matturro.

A través de su relevamiento, los investigadores encontraron que en 54 % de las carreras incluidas en la encuesta no existen asignaturas específicas para la enseñanza de habilidades blandas.

“Son pocas las habilidades blandas que se enseñan o se desarrollan en los estudiantes de grado, que son los futuros profesionales”, aseguró Matturro. Sin embargo, 58 % reconocieron que es “importante” o “muy importante” la incorporación de este tipo de asignaturas en sus carreras vinculadas al software.

Para los expertos, si bien no hay dudas de la relevancia del trabajo en equipo y la capacidad comunicativa, entre otras habilidades blandas, el desafío ahora está en definir cómo enseñarlas y desarrollarlas durante la carrera. En ese sentido, los investigadores notaron durante su análisis que muchas universidades ya están encaminadas hacia una revisión de sus estrategias de enseñanza-aprendizaje. Hay más trabajos prácticos, en equipo y se han incorporado nuevas estrategias didácticas.

En la Universidad ORT Uruguay

La Universidad ORT Uruguay, ya en las actualizaciones 2013 de los planes de Licenciatura e Ingeniería en Sistemas, incorporó algunas asignaturas electivas para el desarrollo de habilidades blandas: Gestión de Comunicación y Conflictos en Proyectos, Habilidades de Equipo en Desarrollo de Software, y Habilidades Gerenciales en grupos de proyectos.

“Tenemos la percepción de que la mejor forma de encarar la enseñanza o el desarrollo de las habilidades blandas es una mezcla de teoría y de práctica”, opinó Matturro. “No sé si (la mejor forma es) en un curso específico o a lo largo de varios semestres, donde vayan desarrollando distintas habilidades blandas al tiempo que los estudiantes adquieren las habilidades técnicas”, añadió.

Históricamente, el interés por las habilidades blandas en el área del desarrollo de software puede ubicarse ya en 1999, fecha del artículo más antiguo que Solari y Matturro encontraron en su búsqueda de antecedentes. Sin embargo, notaron un fuerte aumento de publicaciones al respecto a partir de 2009.

Matturro explicó que el requerimiento de habilidades blandas en profesiones vinculadas al software “se ha incrementado en los últimos años debido, entre otros aspectos, al cambio hacia metodologías ágiles de desarrollo de software que implican mayor interacción entre miembros de los equipos de proyectos y con los usuarios, y a la demanda de las empresas para que los nuevos graduados tengan estas habilidades más desarrolladas”.

Habilidades iberoamericanas

La Asociación Iberoamericana de Instituciones de Enseñanza de la Ingeniería (de la que la Universidad ORT Uruguay forma parte) incorporó este tipo de habilidades en lo que denomina Perfil del Ingeniero Iberoamericano

Además, para colaborar con este impulso, Solari y Matturro propusieron, en su estudio sobre el estado de la enseñanza de habilidades blandas en ingeniería de software en educación superior, una estrategia de cooperación para la enseñanza de estas habilidades en Ingeniería de Software en América Latina.

En su trabajo sugieren a las autoridades de las universidades latinoamericanas encuestadas la creación de una Red Latinoamericana para la enseñanza de habilidades blandas.

Al consultarles a los encuestados, 81 % respondió que estaría interesado en participar, 17 % aseguró que le interesaría recibir novedades al respecto, y solo 2 % dijo no estar interesado.

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