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Eclecticismo en diseño de interiores: definición, ejemplos y criterios de equilibrio

10/10/2025
En el marco del calendario de eventos de la Asociación Latinoamericana de Diseño (ALAD) y la Asociación de Diseñadores Interioristas Profesionales del Uruguay (ADDIP), la Facultad de Arquitectura de ORT hospedó la conferencia “Eclecticismo, fusión de estilos de antes y ahora”.
Eclecticismo en diseño de interiores: definición, ejemplos históricos y criterios de equilibrio

El encuentro estuvo a cargo del Dis. Int. Andrés Buencristiano, docente de Taller 1 y Dibujo 1 de la Licenciatura en Diseño de Interiores, quien planteó el foco: “El eclecticismo, un tema bastante particular” sobre el que existen “muchas dudas e interrogantes”.

A partir de esta premisa, la charla abordó la definición del término, genealogías históricas de mezcla —British Style (Inglaterra–India) y chinoiserie (Francia–Oriente)—, una lectura contemporánea de estilos, y un conjunto de criterios prácticos de proyecto centrados en el equilibrio, la cohesión entre ambientes, la pared protagonista, y el balance entre materiales, color, textiles y acabados. A continuación, algunos de los conceptos centrales y el registro audiovisual completo de la conferencia.

Eclecticismo en interiorismo: identidad, fusión y equilibrio

El tema central planteado fue las particularidades del eclecticismo, un tópico sobre el que, de acuerdo a Buencristiano, hay muchas interrogantes.

 
 
 
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Desde allí, la charla propuso un recorrido con tres estaciones: una definición de base, dos genealogías históricas (British Style y chinoiserie) y criterios prácticos para proyectar hoy sin miedo a mezclar lenguajes, materiales y épocas.

Qué es el eclecticismo

Con un enfoque histórico-sintético, el expositor inauguró la charla recuperando la etimología del término eclecticismo —del griego “eklegein”: elegir, seleccionar— y su emergencia en el campo de la arquitectura y las artes decorativas a mediados del siglo XIX.

Qué es el eclecticismo en diseño de interiores.

“El eclecticismo nace como reacción ante los discursos unívocos de estilos históricos. Supone la libertad de elegir lo mejor de cada época y cultura, creando una síntesis original”, señaló Buencristiano, citando ejemplos emblemáticos del siglo XIX europeo. El término se sitúa en la Antigüedad clásica y condensa la idea de selección.

De la definición histórica al fenómeno contemporáneo

Para despejar ambigüedades, el orador proyectó la definición de eclecticismo que la Real Academia Española ofrece: “Tendencia a conciliar, seleccionar y combinar elementos de diferentes tipos, procedencias, estilos o doctrinas, buscando una postura intermedia y a menudo con el objetivo de formar una teoría o un conjunto armónico”. 

Trasladada al diseño, esa práctica cambia de escala y de lenguaje. En palabras de Buencristiano:

En la filosofía busca conciliar doctrinas de diferentes sistemas y, en la arquitectura, mezcla estilos históricos en una misma obra”.

La forma de operar se hace nítida cuando el expositor enumera rasgos que, más que un catálogo, son un método de trabajo. Por un lado, el eclecticismo “selecciona entre lo mejor… toma lo más bueno”; por otro, implica “rechazo al dogmatismo… no acepta reglas… es muy libre”.

Esa libertad se vuelve herramienta al servicio del uso: “Es pragmático… busca conceptos que sean aplicables… eficiente, económico”. En el centro de todo aparece una palabra que se repite a lo largo de la conferencia: equilibrio; la imagen, también repetida, es la de “la balanza”: “Nivelar a la posición más apropiada”.

Solo así es posible sostener el “sincretismo”, la “convivencia de incompatibles… toma elementos contrastantes… y los mixea”—sin caer en el ruido—, y reconocer “variedad de métodos y enfoques”.

Cuando el foco se acota al interiorismo, la síntesis es directa: “Mezcla de estilos y épocas”, “flexibilidad y creatividad”, “armonía a través de la unidad conceptual”, “énfasis en la individualidad” y “amplitud expresiva de colores y texturas”.

No se trata de negar los extremos; al contrario: el expositor habla de “integrar lo antiguo con lo moderno, lo minimalista con lo maximalista” y muestra que el trabajo del diseñador consiste en medir y hacer convivir.

Dos genealogías para entender la mezcla

El recorrido incluyó referencias a casos históricos, evidenciando que la fusión de influencias ha sido motor, no excepción, en la historia del diseño. “El eclecticismo parte de reconocer el valor de las diferencias y el potencial creativo de la mezcla”, enfatizó el docente.

British Style: Inglaterra–India, materiales nobles y atmósferas cálidas

El primer ejemplo fijó el lente en la “fusión Inglaterra–India”. Nacida del intercambio colonial, esa mezcla combinó la sobriedad y elegancia inglesas con materiales y motivos del subcontinente. A este respecto, el expositor lo desgranó desde la materia: “Muebles de maderas oscuras, teca; fibras naturales como el ratán, el bambú, la caña malaca”.

British style

Se detuvo también en la caña malaca con especial énfasis técnico: “Son cañas macizas… [con] flexibilidad y… facilidad de curvar… combinada con ataduras en cuero… un mueble que perdura… se pueden heredar, siempre digo: se pueden heredar y heredar”.

El intercambio tuvo ida y vuelta —“lo que los ingleses llevaron a la India… y lo que… tomaron de la India”—, y se expandió del objeto al paisaje y la atmósfera: “La maravilla de la naturaleza en la India… jardines… mobiliario ratán… en las galerías”, con portales y arcos que hacen del exotismo una forma habitable.

La síntesis del estilo, en palabras del orador, combina “colores oscuros y cálidos”, “complementos inspirados en viajes o baúles, mapas, objetos antiguos” y “atmósferas cálidas y sofisticadas”.

Chinoiserie (chinoí): romanticismo europeo, porcelana, seda y biombos

El segundo ejemplo, que el expositor nombra como “la chinoí”, llega con una precisión metodológica: “No se trata de la misma situación que hablamos de Inglaterra–India”. 

Chinoiserie

Aquí, explicó el diseñador, Europa construyó “una romantizaciónencanto exótico idealizado” de lo oriental: “Tomaron lo mejor” y lo interpretaron desde su propio uso doméstico —de allí que “no iban a sentar a todos los europeos en el piso… van a ser butacas con diseño e inspiración chinesca”.

En ese viaje, ciertos materiales–símbolo adquirieron centralidad: “La porcelana, la seda”, los “biombos orientales estampados” y “los dorados”. También hay hitos que cuentan la difusión de ese gusto: el expositor recuerda que “Luis XIV… organizó una gran fiesta… apareció con el atuendo oficial de la dinastía… en un palanquín estilo chino”, y sitúa la expansión temporal: “Popularizado originalmente… hacia 1730 en Francia… luego en Inglaterra entre los años 1750 y 1765”.

Entre los interiores de referencia, mencionó el “Yellow Drawing Room”, “el salón amarillo en el Backham Palace”, y agrega datos de su devenir material: “Fue rediseñado con riquísima seda amarilla… para la visita de estado del emperador Napoleón Tercero y la Emperatriz Eugenia en 1855… la reina Ana reorganizó la sala instalando un papel tapiz chino del siglo XIX… hoy esta sala se utiliza para los retratos reales”.

Más allá de la cronología, lo que el ejemplo cristaliza es una forma de mezclar donde herencia, materialidad y ritual social encuentran un lenguaje común.

Mirar el presente: cultura visual, aula y oficio

Para interrogar la actualidad, el expositor introdujo deliberadamente un “bombardeo” de etiquetas contemporáneas a través de un video de un creador de contenidos: space age, brutalismo biofílico, transicional, racionalismo italiano, Bauhaus, Memphis, modernismo brasileño, Japandi, minimalismo, narcobarroco, dopamín Decor, costero, industrial glam, toscano, colonial, entre otros.

*Brutalismo biofílico interior*

Lo importante, según explicó el diseñador, es “verlo desde la óptica contemporánea de un joven de hoy”, y reconocer que, en la formación, “todos los estudiantes tienen una visión mucho más cercana a esto… y con esto tenemos que ir evolucionando”. No es un catálogo definitivo, sino una mirada que nombra, provoca y actualiza repertorios para volver a mezclarlos con criterio.

Ese criterio también sirve para desmontar estereotipos. En este sentido, el expositor admitió que, si a un profesional “nos catalogan como eclécticos”, a veces “lo vamos a tomar… como un insulto” porque sugiere “un estilo… mezclado, confuso”.

Conjuntamente, compartió casos “donde la mezcla está bien medida”. En una escena de living con sofá rojo, alfombra y composición de cuadros, se detuvo en la paleta: “El cuadro principal conjuga los distintos tonos que tiene la alfombra… la multitud de almohadones… junta esos mismos tonos”.

En otra, acercó un ejemplo muy próximo para la comunidad: “La bicicleta café”, “el local que está acá al lado”, donde la “conjunción de pósters y láminas”, una “pared gris plomo” y un “sofá vintage con capitoné” construyen un mix que “funciona” y recibe bien.

Criterios de proyecto: equilibrio, cohesión y jerarquías

La tesis operativa de la charla queda sintetizada en una frase: “El equilibrio es todo y mucho más para un ecléctico”. Desde allí, el expositor ordena un conjunto de decisiones que atraviesan escalas y materiales.

Posteriormente, Buencristiano detalló la cohesión general entre los ambientes para evitar que cada pieza sea un mundo aparte: no se trata de “hacer la cocina en un estilo, el dormitorio en otro, el living en otro”, sino de sostener un espíritu reconocible en toda la casa. Propuso también jerarquías legibles: si se texturan paramentos, que haya una “pared estrella” y que las restantes queden lisas para conservar aire y lectura.

En cuanto a materiales, marcó una regla clara: “Si hago un piso de mármol, no voy a poner una mesa de mármol”; conviene un contrapunto que balancee frío–cálido y evite redundancias. Los textiles se administran con medida: una base lisa en piezas protagónicas y estampados como acentos —almohadones, poltronas, banquetas— que permitan modular el carácter sin saturar.

En los acabados, la advertencia fue simétrica: “Ni todo mate ni todo brillante”, porque el brillo realza y el mate calma; la convivencia de ambos produce profundidad. Para el color, sugiere partir de una base neutra y animarse al contraste: si todo es análogo, el conjunto “termina siendo… neutral”, incluso con tonos de carácter.

Las estrategias de inserción que presentó en imágenes resultaron especialmente útiles para abordar obra nueva y reforma. En una primera escena, trabajó con caja clásica moldurada y araña de cristal, alfombra neutra y equipamiento nórdico en madera clara y formas puras; la tensión entre lenguajes queda resuelta por la combinación de volúmenes y texturas sin añadir otros materiales.

En una segunda escena, presentó una “mesa prisma en mármol calacata” sobre un living de base minimalista: el mármol, el cuadro y la luminaria contemporánea se integran con un sofá netamente moderno en una caja de grises elegantes.

En ambos casos, el expositor subrayó un recurso profesional de enorme valor práctico y cultural: cuando el cliente tiene piezas de calidad, conviene recuperarlas —“vale la pena restaurarlas, retapizarlas… y traerlas al lenguaje contemporáneo”— y tratarlas “casi como una joya”.

La lectura de tendencias aparece, también, atravesada por la experiencia: el expositor observó que “el minimalismo va muriendo completamente” y que reaparecen cargazón visual y color en ferias; recuerda ciclos de materiales —“el mármol… hoy ha reflotado”— y, como jurado de un concurso, le “sorprendió muchísimo” ver estudiantes que “van netamente hacia una línea clásica”, con arcos, molduras y zócalos de nuevo en juego. Más que una moda rápida, lo que aparece es una sensibilidad que vuelve, se mezcla y encuentra nuevas formas de equilibrio.

Del estatus a la identidad (y un ejemplo de hoy)

La conclusión condensó un desplazamiento cultural:

 “El eclecticismo antes… es un símbolo de estatus y exotismo”; “el eclecticismo ahora, es un reflejo de identidad y diversidadhacer esta fórmula personalizada”.

La condición que no se negocia es la de siempre: “La mezcla bien pensada enriquece el espaciono le tenemos que tener miedo”.

A modo de ejemplo actual, el expositor mostró un papel tapiz de inspiración chinoiserie que ofrecen por Etsy (una aplicación de ecommerce similar a Temu): una gigantografía dorada incorporada en un ambiente “muy contemporáneo”.

La puerta —concluyó Buencristiano—, “queda abierta” para que cada quien siga investigando, mirando y mezclando con criterio.

Reviví la conferencia

https://www.youtube.com/watch?v=lDFbIStQCnw