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Eduardo Mangarelli: liderazgo con propósito y humanidad

22/10/2025
En una entrevista con Chus Sanz & Co.ffee 11, el decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad ORT Uruguay, Ing. Eduardo Mangarelli, compartió una mirada íntima sobre su trayectoria, su forma de liderar y los valores que guían su vida.
Eduardo Mangarelli: liderazgo con propósito y humanidad

Antes que ingeniero, docente o líder, Mangarelli se define como padre. “Soy el padre de Lucero, mi hija de 14 años, y eso es lo primero que me define”, afirma.

Esa perspectiva, profundamente humana, atraviesa su manera de entender el crecimiento personal, el trabajo y la educación. La paternidad, dice, “genera un fenomenal reordenamiento de nuestras prioridades” y enseña la importancia de “liderar desde el ejemplo”.

Su conversación con Sanz recorre también los motores que impulsan su vida: la curiosidad, la pasión por trabajar con las personas y el deseo constante de aprender.

Disfruto generarme situaciones incómodas bien entendidas”, confiesa, convencido de que el desarrollo personal surge de desafiar los propios límites.

Mangarelli reconoce que esa búsqueda está muy vinculada a su carácter: se considera una persona introvertida, por lo que hablar en público o dar conferencias fue durante mucho tiempo un reto. Decidió enfrentarlo deliberadamente, “autogenerándose” esos desafíos para superarse.

En ese camino, las personas han sido el eje fundamental. “He tenido muchísima, muchísima suerte en las personas con las que me crucé y trabajé”, afirma, refiriéndose a jefes, colegas, profesores y su primer socio.

Esa primera experiencia profesional, iniciada en la propia Universidad ORT Uruguay, lo marcó profundamente porque le enseñó “algo tan profundo como confiar en alguien en una sociedad”. A partir de entonces, comprendió que la confianza y la generosidad en el trabajo conjunto son la base de cualquier proyecto con sentido.

Mangarelli explica que las relaciones humanas son su principal fuente de inspiración y aprendizaje:

“Busco estar cerca de personas que me desafían, que me cuestionan, que me inspiran y que me enseñan”.

Cree que cada vínculo deja una huella y que rodearse de personas diversas, con miradas distintas, amplía la perspectiva y potencia el crecimiento colectivo. Para él, construir relaciones sólidas y basadas en la confianza es lo que permite trascender más allá de los resultados.

La vulnerabilidad es otro de los temas centrales en su reflexión sobre el liderazgo. Aunque se considera introvertido, eligió exponerse para crecer: “Me llevo muy bien con la vulnerabilidad y la disfruto, porque nos conecta desde otro lugar, en un canal más humano”.

Su paso de una posición global en Microsoft al decanato de ORT en 2019 fue una decisión guiada por el propósito y las emociones, impulsada por una pregunta simple que le hizo su hija: “¿Qué creés que te haría más feliz?”. Esa respuesta lo llevó a elegir el camino de la educación, su verdadera vocación.

Hoy, reflexiona sobre el futuro del liderazgo como un proceso de autoconocimiento.

“El desarrollo de habilidades de liderazgo pasa por entender nuestras emociones. El autoconocimiento es un músculo que hay que entrenar todos los días”.