Cada 19 de agosto se celebra el Día Mundial de la Fotografía, una fecha que invita a reflexionar sobre la evolución de este arte y su capacidad para inmortalizar momentos únicos.
Este año, la conversación inevitablemente gira en torno a un tema en agenda: la irrupción de la inteligencia artificial (IA) en la fotografía y el impacto que genera en la profesión.
Leo Barizzoni, fotógrafo y docente de la materia de Fotografía en la Facultad de Comunicación, con más de dos décadas de trayectoria en fotografía documental, artística y publicitaria, advierte sobre la magnitud del cambio: “En lo que refiere a la fotografía, la IA nos enfrenta a enormes desafíos, quizás los más grandes de las últimas décadas”.
Una revolución en la creación y consumo de imágenes
Barizzoni sostiene que la inteligencia artificial está revolucionando el modo en que se toman y consumen las imágenes.
Estas herramientas permiten mejorar automáticamente la calidad técnica de una foto, reconocer objetos y personas para organizar archivos o incluso editar y generar contenido visual de manera autónoma.
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Sin embargo, esta innovación plantea un dilema crucial: la autenticidad.
Según Barizzoni, “puede crear imágenes superreales, que sean difíciles de distinguir de una imagen verdaderamente real. El riesgo es que se pone en duda la veracidad de las fotografías. En este punto hay un desafío muy grande para la fotografía documental, la periodística, la artística”.
Desafíos éticos y profesionales
El avance de la IA no solo transforma el proceso creativo, sino que también tensiona los límites de la ética y la profesión.
Incluso los registros documentales futuros van a estar constantemente puestos en duda: ¿son reales o son productos de la creación digital?.
Ejemplos como el del fotógrafo Boris Eldagsen, quien en 2023 rechazó un premio internacional al revelar que su obra había sido generada por IA, evidencian la urgencia del debate.
A esto se suman casos en la industria cultural y comercial. “En la publicidad y en la moda el golpe es casi letal. La aclamada revista Vogue acaba de sacar su primera portada con una modelo posando, generada enteramente con IA. No necesitaron de humanos (modelo, fotógrafo/a, productores) para esa tapa”, explica Barizzoni.
La esencia de la fotografía: presencia y realidad
Pese a los avances, los fotógrafos insisten en que la IA no puede reemplazar la experiencia humana de estar frente al instante irrepetible.
“La IA llegó para dar un golpe muy fuerte a la fotografía, sin embargo, no hay nada que supere al hecho de estar presente, en vivo, y registrar la realidad que tenemos ante nuestros ojos con nuestras cámaras. La fotografía documental es lo que el público sigue pidiendo y queriendo, saber que ese hecho ocurrió, que es real y no es inventado. Este el mayor desafío de la fotografía,” reflexiona Barizzoni.
Fotografía e IA: ¿complemento o sustitución?
La IA ofrece beneficios claros: edición más rápida, mayor precisión técnica y generación de imágenes creativas. Sin embargo, también plantea riesgos relacionados con la privacidad, la manipulación, los derechos de autor y el desplazamiento de profesionales.
La llamada fotografía generativa permite crear escenarios inéditos o reinventar retratos con algoritmos. Esta tendencia abre oportunidades creativas, pero también despierta temores: la posible homogeneización de estilos y la pérdida del valor de la mirada artística única de cada fotógrafo.
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El futuro de la fotografía en tiempos de IA
La fotografía vive un momento bisagra. Mientras la tecnología avanza a pasos agigantados, la comunidad fotográfica busca preservar la humanidad y autenticidad que caracterizan al oficio.
En el Día Mundial de la Fotografía, la reflexión se centra en cómo integrar la IA como herramienta de apoyo y no como sustituto.
Porque, más allá de la innovación tecnológica, el poder de una fotografía seguirá residiendo en su capacidad de transmitir emociones y dejar testimonio de la realidad vivida.