Ainara Obiaga es estudiante avanzada de la Licenciatura en Animación y Videojuegos, cuenta con un título intermedio de Técnico en Animación y trabaja como animadora técnica en Nimble Giant Entertainment, empresa argentina con más de 20 años en el desarrollo de videojuegos.
Lleva la animación en el corazón ya que tiene una fuerte vinculación con los dibujos animados que veía en su infancia y con su gusto por contar historias. Encontró en esta disciplina una nueva forma de expresión de sus emociones.
“Me gustaba la idea de poder crear los cuentos que me contaban. Nosotros somos las historias que nos contamos y escribir no era suficiente, quería algo más”.
¿Qué es la animación?
“La animación me moviliza mucho, me hace sentir todas las emociones de manera muy fácil y me gusta ser parte de eso”, explica de manera muy contundente. “Es como algo que instantáneamente me produce interés y me atrapa muy fácil. Me gusta mucho la forma de ver el mundo que tiene la animación. Es una ventana a un mundo muy particular”.
Los personajes animados son traídos a la vida con un propósito único e irrepetible en el presente, a diferencia de los actores que pueden ponerse en la piel de distintos personajes y contextos.
“Nada en animación es accidental, si está ahí es por algo. Atrás de cada personaje hay un diseño y un por qué, y es algo que se hace muy despacio, entonces hay mucho tiempo para pensar y tomar decisiones. Cada persona, en el proceso de crear una animación, le aporta una emoción”.
Una herramienta de comunicación para el mundo
Se pueden encontrar animaciones, ya sea en una transición de una presentación de PowerPoint, hasta ejecuciones creativas como Dumb Ways To Die (Maneras tontas de morir), famosa campaña del servicio público Metro Trains Melbourne lanzada para promover la seguridad ferroviaria.
“La animación tiene esa capacidad de síntesis. Es una técnica que permite agarrar mucha información, sintetizarla y entregarla fácilmente”.
Como arte de magia
“En este mundo se puede hacer de todo, desde crear un mundo que no existe hasta reproducir la realidad tal cual es”.
Todas las primeras veces de un nuevo camino son intrigantes y energizantes: un chef disfruta al terminar su primer plato gourmet, un fotógrafo ve sus creaciones materializadas al imprimirlas, una maestra se emociona al ver a sus alumnos en el liceo. Cuando Ainara animó por primera vez sintió ganas de reírse y a la vez de llorar de emoción.
“Animar es darle vida a algo y es muy movilizante, es como hacer magia”.
En la técnica de animar se trabaja con resultados inmediatos. Cada fotograma, nodo, objeto que se posiciona de un lugar a otro ya crea una nueva acción digna de apreciar. “Me maravilló la capacidad de transformación, el poder crear esa transformación de cuadros rígidos y quietos al movimiento”, comentó.
Cada artista tiene su forma de trabajar y de desarrollar la creatividad. Algunos requieren de la conocida musa (fuente de inspiración divina), otros se topan con las ideas como si cayeran del cielo, y algunos trabajan generando bocetos y moviendo las ideas constantemente como si fuera una rutina de gimnasio. Para Ainara, conlleva un proceso más introspectivo que poético:
“Primero un disparador, preguntarse para qué o por qué, luego busco referencias visuales, de emociones y si alguien ya lo hizo, analizo cómo lo hizo. Creo un tablero de referencias de todo tipo. Tiene mucho de silencio y estar sola, escucho lo que sucede adentro mío (las ideas). Más adelante lo hablo, ya sea escribiéndome o se lo comento a alguien y veo cómo reacciona”.
La animación tiene mucho de trabajo en equipo y de división de tareas. Una vez que quien inicia el proyecto se amiga con la idea, empieza a trabajar en ella. Es clave ser empático con quien continuará con el proceso.
Un mundo de oportunidades
A la interrogante "¿De qué puede trabajar un estudiante o graduado en Animación y Videojuegos?", respondió: “En un montón de cosas, inicialmente depende del perfil de la persona. En esta carrera no hay dos graduados iguales”.
Ainara destacó la gran cantidad de elecciones que se puede tener dependiendo del objetivo personal del profesional. En modalidades de trabajo, además de hacerlo para una empresa (como es su caso), distinguió la oportunidad de ser freelancer y contar con un porfolio que refleje las habilidades y proyectos que se hayan hecho.
Sobre las áreas donde se puede hacer un camino profesional, Ainara destacó como opciones la ilustración (Concepts Artists, diseño de personajes), animación 2D (animación vectorial/pixelar, animación por cuadros, Puppets), stop motion, animación 3D (rigger, modelador, generalista 3D, animador 3D, artista 3D) y animación en videojuegos (motores de videojuegos, modelado para videojuegos).
“La facultad te muestra un poco de todo y cada persona va orientando la balanza”. Reflexionando sobre los trabajos finales de grado explica: "A partir de la mitad de la carrera podés perfilarte más hacia Animación o hacia Videojuegos haciendo proyectos de uno u otro campo. Ambos pueden ser proyectos colaborativos con otros estudiantes de la carrera o, en el caso de videojuegos específicamente, con estudiantes de ingeniería”.
“La carrera te da herramientas y te presenta un montón de puertas, cruzás las que querés”.
Una profesión para quien le interese
A veces, querer sincronizar nuestros mayores hobbies con una carrera profesional puede generar encuentros con frustraciones o barreras que no se perciben previamente. Ainara tiene otra perspectiva sobre el tema y defiende a quienes puedan sentirse desafiados por la creatividad, el dibujo o el manejo de herramientas digitales.
“El talento es algo que se trabaja y se construye, se aprende”, expresa y cuenta cómo el dibujo ha sido un desafío que sigue trabajando, además de haber encontrado otras alternativas dentro de la carrera. “Hay muchos caminos dentro de la animación, y no todos requieren que seas un dibujante, por ejemplo y aun así si querés dedicarte a dibujar, se puede aprender. No necesitás saber dibujar para animar, ojalá me lo hubieran dicho antes”.
Como en toda profesión, hay características que se desarrollan en las personas que generan valor en el perfil de un graduado:
“Tuve que aprender a hacer cosas como pensar visualmente, como los artistas visuales en general. Creo que un animador es una persona que tiene mucho interés en los detalles. No hay dos personas que caminen igual y lo aprendí a ver, estudiando animación”.