Campos-Climent es coordinadora del Laboratorio de Emprendimiento Sostenible: un espacio financiado por Caixa Popular, reconocido por combinar metodologías lean con técnicas prospectivas para diseñar y escalar modelos de negocio con impacto.
Durante su visita, la profesora compartió líneas clave de su trabajo y reflexiones sobre los desafíos actuales en sostenibilidad.
Impartió clases en la Escuela de Negocios, en el Programa de Estudios Avanzados de Investigación en Management y Contabilidad, y se llevó una impresión clara: “Hay gente muy motivada, con ganas de avanzar y hacer las cosas bien”.
La sostenibilidad como base de la viabilidad
Para Campos-Climent, ya no existe el viejo dilema entre sostenibilidad y rentabilidad. Al contrario:
Los emprendimientos que nacen sostenibles —económicos, sociales y medioambientales— suelen ser más resilientes.
La académica establece un paralelismo: “No arrancan tan rápido, pero son más resistentes a los vaivenes de la competencia”. La sostenibilidad, dice, actúa como una capa extra de solidez estratégica.
Desafíos: explicar bien el modelo (y demostrar que funciona)
El gran reto para quienes emprenden con enfoque sostenible es comunicar con claridad la viabilidad del proyecto.
Según Campos-Climent, un modelo sostenible permite argumentar triple impacto y, en muchos casos, reducir costos, especialmente por ahorro energético o eficiencia ambiental. Pero esto debe explicarse con precisión y evidencia.
El consumidor también juega un rol: mercados como el alemán —que supera los 100 millones de habitantes— muestran una sensibilidad creciente a los criterios de sostenibilidad, lo que impulsa a emprendedores españoles a proyectarse internacionalmente desde el inicio.
Valor social y económico: cuando el impacto cambia territorios
Campos-Climent comparte un ejemplo concreto: la necesidad de crear en España un sello de sostenibilidad social para productores agroalimentarios que venden a países germánicos. Este tipo de iniciativas no solo responde a exigencias del mercado: también fija población en territorios en riesgo de despoblación.
“No es viable que todos vivan en la costa y que el interior quede vacío. Emprendimientos sostenibles —productivos o de transformación— ayudan a sostener comunidades y mejorar su calidad de vida”, señaló.

Un entorno global en transición
Las empresas europeas ya están pivotando sus modelos de negocio hacia la sostenibilidad, impulsadas tanto por regulación como por convicción. Pero el fenómeno también alcanza a países fuera de Europa, sobre todo aquellos con fuerte relación comercial con la Unión Europea, donde se observa un “efecto arrastre” normativo.
“Si la motivación es la normativa o es la convicción, mejor si es convicción. Pero, en cualquier caso, es positivo que avancen en esa dirección”, afirma.
Consejos para emprender en sostenibilidad
Sintetiza su consejo en una frase italiana que repite a sus estudiantes: Chi va piano va lontano. No todo se gana en los primeros dos años; la sostenibilidad requiere tiempo, constancia y visión de largo plazo.
El rol decisivo de la educación superior
Como directora del equipo de investigación que lidera la docencia en emprendimiento en la Universidad de Valencia, Campos-Climent destaca la importancia de formar estudiantes capaces de pensar en triple impacto.
En su facultad rediseñaron el programa de la asignatura para introducir, entre otros aspectos, herramientas como el Canvas TPP o ajustes al Lean Startup para incluir dimensiones sociales y ambientales.
Este cambio de enfoque, explica, permite que los futuros emprendedores integren desde el inicio criterios que, de otra manera, probablemente no considerarían.