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¿Por qué Uruguay lidera el ranking de democracias en Latinoamérica, según The Economist?

18/02/2021
Uruguay es el 15.º país en el ranking del Índice de Democracia de The Economist y el primero en Latinoamérica. Según la Dra. Inés Pousadela, docente de la Facultad de Administración y Ciencias Sociales de ORT, este resultado se explica, en parte, por la tradición de cultura política democrática, tolerante y moderada del país. La participación de las mujeres en el Parlamento, en tanto, es un aspecto a mejorar.
Uruguay lidera el ranking de democracias en Latinoamérica

Cada año, la Unidad de Inteligencia de The Economist publica el Índice de Democracia, una clasificación a través de la cual se evalúa el rango democrático de 167 países del mundo.

En el último índice —que fue difundido a comienzos de febrero de este año y corresponde a la evaluación del 2020—, nuestro país se situó en el puesto número 15 del ranking mundial y primero respecto a los demás países de América Latina. Junto con Costa Rica (puesto 20) y Chile (puesto 23), Uruguay se constituyó como uno de los únicos tres países con democracias plenas en la región, según el estudio de la revista londinense.

¿En qué consiste el Índice de Democracia de The Economist? ¿Qué aspectos toma en consideración? ¿Cuál es la realidad de Uruguay respecto a las distintas categorías que se analizan? ¿Cómo se pueden mejorar las democracias? Estas son algunas de las preguntas que respondió la Dra. Inés Pousadela, docente de las materias Sociedad Civil Global y Política Comparada de la Licenciatura en Estudios Internacionales de la Universidad ORT Uruguay.

 

  • ¿De qué se trata el Índice de Democracia que publica la Unidad de Inteligencia de The Economist?

    En primer lugar, es importante destacar que este es un índice muy complejo porque mide la democracia, que justamente no tiene una definición con un criterio único. Por ese motivo, el índice de The Economist es un índice compuesto: cuenta con muchas variables que se descomponen en indicadores a los que hay que observar.

    De esta forma, en cada área medida, una cantidad determinada de indicadores se sintetiza en un número. Luego, el número final se compone por un promedio de los números obtenidos en las distintas áreas. Eso significa que detrás de la ubicación de cada país hay un número que es  el que permite hacer un ranking.

    Dentro de las áreas que se miden, la principal es el proceso electoral y el pluralismo en este proceso.

    Las categorías dentro de este índice son cuatro: democracia plena, democracia defectuosa, régimen híbrido y régimen autoritario. De acuerdo con los puntajes obtenidos, cada país se encuentra dentro de alguna de estas categorías.

  • Uruguay, en el puesto 15 del ranking, integra el grupo de las democracias plenas. ¿Cómo se constituye y fortalece una democracia plena?

    Toda democracia puede fortalecerse y mejorar, para eso es necesario conocer sus defectos. A modo de ejemplo, una democracia plena como la de Noruega (con un puntaje de 9,8 sobre 10) tiene defectos en la dinámica de funcionamiento del gobierno que debe tratar de mejorar.

    Uruguay es el primer país de Latinoamérica del ranking, lo que habla de una democracia fortalecida. Sin embargo, salta a la vista que hay defectos importantes en el área de la participación política: Uruguay obtuvo diez puntos en “Proceso electoral y pluralismo”, 9,7 en “Libertades civiles”, ocho en “Funcionamiento de gobierno”, un poco más de ocho puntos en “Cultura política” y, sin embargo, alcanzó los seis puntos en “Participación política”. Allí hay una luz amarilla.

    ¿Qué toma en cuenta por participación política?  La participación de votantes, el grado de autonomía y de voz que tienen las minorías. Si bien en este sentido Uruguay está bien, hay un elemento que tiene que ver con la cantidad de mujeres en el Parlamento y, en ese punto, Uruguay está por detrás del promedio de Latinoamérica.

  • ¿Qué aspectos de la democracia uruguaya se destacan respecto a las de otros países y la posicionan primera en la región?

    Uruguay no solo es la primera democracia de Latinoamérica y el Caribe que aparece en el ranking, sino que es una de las únicas tres democracias plenas de la región junto a Chile y Costa Rica.

    Concretamente, Uruguay se diferencia de la mayoría de los países de la región por tener una tradición de cultura política democrática, tolerante y moderada. Un elemento que no está considerado en el índice —porque no influye en que una democracia sea más o menos democrática, pero sí diferencia a Uruguay de los demás países de la región y del mundo—, es cómo el país conserva una estructura de un sistema de partidos en el que siguen teniendo sentido las oposiciones ideológicas —derecha e izquierda— aunque sean moderadas. En eso, las identidades políticas y partidarias siguen siendo muy marcadas en Uruguay, cosa que no ocurre en otros países.

  • ¿Qué acciones o situaciones han favorecido a la democracia uruguaya en los últimos años?

    Este índice se publica todos los años y registra específicamente datos del año anterior. Un aspecto interesante en Uruguay es que no experimentó grandes sobresaltos en un año que, según el análisis que hace The Economist, tuvo grandes regresiones a nivel general.

    Uruguay, en ese sentido, es un caso bastante particular porque en un contexto en el que muchos países bajaron su puntaje respecto del año anterior, no solo lo conservó, sino que lo aumentó. No es el único país que mejoró y tampoco su mejora fue sideral, pero existe y es consistente a lo largo de las décadas.

  • La puntuación media global del índice de 2020 fue de 5,37, la menor desde que se elabora este indicador (el primero fue en 2006). ¿Cómo se interpreta esto?

    La puntuación media global es 5,37. Es el número más bajo desde que se comenzó a utilizar este índice. Efectivamente, los cambios de un año al otro no son de varios puntos, sino de pocas décimas, pero la puntuación global promedio bajó de 5,44 en 2019 a 5,37 en 2020.

    Uno de los principales elementos causantes de este descenso se vincula con las restricciones sobre las libertades individuales y civiles que estuvieron asociadas con la respuesta a la pandemia. Además, hay otros procesos en curso, que tienen que ver con represiones de manifestaciones y con grandes movimientos de protestas.

    Como consecuencia de las décimas que descendió el índice, hubo varios países que bajaron de categoría. Entre estos países, algunos son democracias avanzadas, con larga historia y gran trayectoria, como es el caso de Francia, que es considerado por el índice de 2020 como una democracia defectuosa.

  • De acuerdo con este informe, el 8,4 % de la población mundial vive en una democracia plena,  el 41 % en democracias imperfectas y el 35,6 % vive en países considerados como autoritarios. ¿Cómo se prevé que avance esto en los próximos años?

    Si observamos un siglo exacto hacia atrás, se estima que en 1920 había solamente 20 democracias en el mundo. Alrededor del año 2000, la cantidad de democracias igualó a la cantidad de regímenes no democráticos. A partir de ese momento, todos los años ha habido más democracias que regímenes no democráticos. Entonces, en el tiempo largo de la historia hay una evolución positiva de las democracias.

    Sin embargo, el foco ahora está en otro lado. Cuando estábamos en transición hacia la democracia, pensábamos que esta era la solución a todos los problemas. Hoy, que las democracias han durado a lo largo del tiempo, vemos que muchas veces no son como queríamos que fueran. Entonces, el problema ahora va más allá: el debate se complejizó y está centrado en la calidad de las democracias existentes.

    Con respecto al largo plazo, considero que será un futuro de lucha por democracias de calidad.

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