¡Buenas tardes a todos!
Me siento muy orgullosa de haber sido designada para representar a los graduados de la Facultad de Administración y Ciencias Sociales en esta ceremonia tan especial.
Espero que después de mi discurso no se arrepientan de haberme elegido como oradora y por sobre todo no me quieran negar el título de contadora!!
Es lógico que, en un día como hoy, se mezclen una serie de emociones en nosotros: muchos, no veíamos la hora de terminar la carrera y demostrar de lo que somos capaces. Sin embargo, estos sentimientos vienen acompañados de una fuerte nostalgia: y cómo no sentirla!! si estamos a punto de salir de la que fue nuestra 2da casa por cuatro años o más. Atrás quedarán muchos recuerdos que nos acompañarán por el resto de nuestras vidas. Podemos notar cuánto hemos cambiado en estos años y cuánto hemos crecido.
La ORT ha contribuido a hacernos no sólo buenos profesionales, sino también mejores personas. Definitivamente todos y cada uno de nosotros hemos dejado una huella.
Los invito a que reflexionemos qué nos estamos llevando de la facultad. No solo nos estamos llevando un título o un permiso para ejercer una profesión, nos estamos llevando algo insustituible como lo es el conocimiento.
Pero recuerden que el conocimiento que hoy tenemos se volverá obsoleto rápidamente.
Einstein en una de sus clases de física anunció a sus alumnos que el examen que iba a plantear sería exactamente el mismo que había realizado años atrás.
Uno de los estudiantes le preguntó si no estaba preocupado porque alguien ya lo hubiese visto. "Para nada", dijo Einstein, "las preguntas son siempre las mismas, lo que cambian son las respuestas".
Esto es parte del compromiso que asumimos como profesionales y lo que nos inculcaron durante todos estos años, el mantenernos actualizados. Depende de nosotros que cada momento que vivimos sea un momento de aprendizaje. Seguir aprendiendo es parte de nuestra formación a nivel académico y a nivel personal.
Un día un padre le pidió a su hijo que, por cada equivocación que tenga, clavara un clavo en una pared. Así, es que el niño fue llenando la pared de clavos, muchos al comienzo, y luego cada vez menos. Hasta que el hijo fue con su padre un día a contarle que, desde hacía un tiempo, había dejado casi de colocar clavos en su pared. Ahora, le dijo el padre, cada vez que ayudes a otro, puedes sacar un clavo de la pared. Luego de un tiempo, el hijo regresó con la noticia de que la pared, ya no tenía clavos. ¿Y ahora? preguntó el muchacho: ¿Qué hago con los huecos en la pared? ¿Los puedo tapar? No!!! fue la respuesta. Que se queden allí, son las huellas que han contribuido a tu formación y que te recuerdan quien eres.
Esta etapa que hoy terminamos ha sido fundamental en esta pared con huecos, y son parte de la huella que dejaron nuestros profesores y compañeros, quienes han sido grandes referentes a lo largo de la carrera; siempre han apoyado con un consejo o una enseñanza.
Para finalizar me gustaría agradecer a todos los que compartieron de algún modo u otro este proceso con nosotros y en especial a nuestras familias, parejas y amigos por apoyarnos durante cada momento de la carrera.
¡Felicitaciones a todos los graduados y muchas gracias!