Cuando la información está al alcance de un solo clic, y herramientas cada vez más avanzadas encuentran su lugar en computadoras y móviles, las metodologías educativas requieren una constante evolución.
Hoy, aprender involucra más que memorizar fórmulas, fechas o definiciones. Se buscan nuevas maneras de estudiar que fomenten un aprendizaje activo, práctico y colaborativo.
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Aprendizaje por proyectos
El aprendizaje basado en proyectos, o ABP, es una metodología educativa desarrollada a finales del siglo XIX, y que consiste en poner al estudiante en el centro del proceso educativo.
A través de este método se diseñan y ejecutan actividades prácticas, generalmente en forma de proyectos que buscan soluciones a un reto, problema o pregunta relevante.
En vez de escuchar la explicación de un profesor en una clase de forma pasiva, los estudiantes investigan, experimentan y colaboran para llegar a una respuesta o producto final.
Al igual que el aprendizaje significativo, este método no busca que los estudiantes adquieran conocimiento teórico de forma automática.
Ambas metodologías buscan que el aprendizaje trascienda la memorización y se convierta en experiencia significativa.
A diferencia de las metodologías tradicionales, el ABP fomenta un aprendizaje activo y participativo, donde el estudiante no recibe información de manera pasiva, sino que se convierte en protagonista de su propio proceso formativo.
El docente, por otro lado, toma el rol de guía, acompañando a los estudiantes mientras avanzan en sus proyectos, en lugar de transmitir el conocimiento de manera unilateral.
Origen del ABP
El “aprender haciendo” no es un concepto nuevo. Pensadores del siglo XX, como John Dewey, defendían que la experiencia práctica es fundamental para lograr un aprendizaje significativo.
Según Dewey, la acción debía estar presente en el proceso de aprendizaje, y la escuela debía convertirse en un espacio de interacción, experimentación y experiencia.
En su libro Experience and Education (1938), Dewey remarca la importancia de que la educación tuviese como base la propia experiencia, con el objetivo de conectar teoría y práctica.
William Heard Kilpatrick, otro nombre clave dentro de la metodología del aprendizaje basado en proyectos, propuso organizar la enseñanza alrededor de actividades integrales y significativas para los estudiantes, en vez de lecciones aisladas.
Beneficios y ventajas
Una serie de beneficios diferencian el aprendizaje basado en proyectos de otros métodos más tradicionales de enseñanza, cuyas ventajas están apuntadas tanto para estudiantes como para docentes.
En pocas palabras, el aprendizaje basado en proyectos no solo enseña contenidos, sino que forma personas más autónomas, críticas y colaborativas.
- Aprendizaje significativo: al relacionar los contenidos con situaciones reales, el conocimiento se vuelve más fácil de comprender, retener y aplicar.
- Mayor motivación: trabajar en proyectos prácticos despierta la curiosidad y genera una conexión más personal, lo que hace crecer el interés por aprender.
- Desarrollo de habilidades blandas: trabajar con otras personas en proyectos permite desarrollar capacidades útiles en cualquier ámbito como la resolución de problemas, la gestión del tiempo, y la comunicación.
- Adaptabilidad a estilos de aprendizaje: permite que cada estudiante pueda aportar con sus fortalezas propias, ya sea investigando, diseñando, creando o presentando.
- Preparación para el futuro: al trabajar en proyectos similares a los que podrían encontrarse en su vida profesional, los estudiantes desarrollan capacidades que van más allá del mundo escolar.
Según el estudio Aprendizaje basado en proyectos en la educación básica: implementación y beneficios para el desarrollo integral del estudiante, publicado en la Revista Científica Multidisciplinar G-Nerando, el ABP tiene el potencial para desarrollar la colaboración y la autonomía en estudiantes de educación básica.
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Retos y desafíos
Aprender a través de proyectos trae consigo beneficios, pero también retos que superar.
Uno de los principales retos es el tiempo, ya que planificar, investigar y ejecutar proyectos requiere más dedicación que una clase tradicional.
Otro obstáculo frecuente es la capacitación docente. No todos los profesores han recibido formación específica en metodologías activas, lo que puede generar inseguridad al momento de guiar a los estudiantes en proyectos.
Aun así, estos retos pueden superarse con una planificación adecuada, acompañamiento institucional y el compromiso de los docentes.
En última instancia, los beneficios del ABP tienden a superar los desafíos iniciales, convirtiéndose en una apuesta educativa sostenible a largo plazo.
Estilos de aprendizaje
No todos los estudiantes aprenden de la misma manera. Algunos son más visuales, otros más auditivos, y otros prefieren la práctica o el movimiento.
El ABP reconoce e impulsa esta diversidad, y ofrece un espacio flexible en el cual cada estudiante puede aprender de la manera que más le beneficie.
- Los estudiantes visuales prefieren organizar información mediante diagramas, presentaciones y materiales gráficos.
- Los auditivos pueden beneficiarse del debate, las exposiciones orales y la colaboración grupal.
- Los estudiantes kinestésicos encuentran motivación al manipular materiales, construir prototipos o participar en actividades experimentales.
Un proyecto que combina diseño, comunicación y acción práctica hace que existan oportunidades para todos los estilos de aprendizaje.
Al final del día, aprender no es algo uniforme, sino un proceso personal y único que puede volverse más poderoso en entornos colaborativos.
Además de asegurar un lugar para todos, también aumenta las probabilidades de éxito individual y del proyecto como colectivo.
Relación con el aprendizaje significativo
El aprendizaje basado en proyectos se conecta con otras teorías pedagógicas similares, que también ponen al estudiante en el centro del proceso educativo.
El psicólogo David Ausubel planteó que un aprendizaje es significativo cuando el estudiante logra relacionar los nuevos conocimientos con lo que ya sabe.
Es decir, la información no se memoriza de forma aislada, sino que se integra en una red de conocimientos previos que le dan sentido.
Según un artículo reciente, Ausubel’s meaningful learning re-visited, publicado en la revista Current Psychology, indica que esta integración de lo nuevo con lo ya conocido es clave para lograr un aprendizaje profundo y duradero.
El ABP funciona con el aprendizaje significativo porque los proyectos se vinculan con problemas reales que despiertan interés y motivación.
Al enfrentarse a un reto concreto, los estudiantes buscan comprender cómo los conceptos teóricos se aplican en situaciones prácticas.
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Ejemplos de aplicación
El ABP puede adaptarse a distintos niveles educativos, áreas del conocimiento e incluso estilos de aprendizaje, tomando en cuenta los estudiantes y los objetivos.
Por ejemplo, tomando la temática de consciencia ambiental, en primaria, los niños pueden investigar sobre el reciclaje y diseñar campañas para reducir residuos en la escuela.
Mientras tanto, en secundaria, un proyecto de ciencias podría enfocarse en crear prototipos de energías renovables a pequeña escala.
Lo fundamental es despertar la curiosidad y la motivación en los estudiantes y generarles un propósito auténtico, junto con las ganas de aprender más.
En educación superior, los proyectos pueden vincularse con problemas reales de la comunidad e incluso con empresas, lo que promueve la conexión entre universidad y sociedad.
Estos ejemplos demuestran que el aprendizaje basado en proyectos no es una metodología rígida, sino una opción flexible que puede integrarse en casi cualquier contexto educativo.
Estrategias para proyectos colaborativos
Para que un proyecto sea exitoso, es clave que respondan a preguntas auténticas, conectadas con una perspectiva real y promuevan el trabajo colaborativo.
- Definir una pregunta guía: el proyecto debe partir de un interrogante que resulte inspirador para todos los involucrados. Por ejemplo, “¿Cómo podemos reducir la huella ecológica?”
- Planificar etapas: al establecer fases de investigación, diseño y desarrollo, los equipos de trabajo pueden asegurarse de llegar a las fechas límites con tiempo y administrar recursos de la mejor manera.
- Asignar roles y responsabilidades: cada estudiante puede aportar según sus intereses y estilos de aprendizaje, ya sea como investigador, diseñador, comunicador o coordinador.
- Incorporar tecnología: el uso de herramientas digitales amplía las posibilidades de investigación y presentación de resultados.
- Evaluar el proceso y el producto: el resultado final es tan importante como las competencias adquiridas durante el camino.
Cuando se implementa de forma adecuada, el aprendizaje por proyectos mejora el rendimiento académico, y convierte la escuela en un espacio libre y colaborativo, donde la experiencia de aprender se vuelve más significativa.
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El aprendizaje por proyectos invita a la unión entre la teoría y la práctica en el mismo salón de clase. Esta metodología impulsa a los estudiantes a vivir experiencias que dejan huella y a darle ellos mismos el sentido a lo que aprenden.
Culminar un proyecto, sin importar el nivel de éxito, no significa solamente entregar un producto final.
El aprendizaje basado en proyectos, al igual que el aprendizaje significativo, valora el camino de investigación, colaboración y creatividad.
Con estas estrategias, se fortalece la autonomía y la confianza en las propias habilidades, preparando a los estudiantes para los desafíos del futuro.
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