Madrid Nuevo Norte (MNN) es la respuesta a una de estas brechas a una escala monumental. No es solo un proyecto inmobiliario; es una operación de cirugía urbana para sanar una herida de un siglo en el norte de la capital española. Es, según se describe, el mayor proyecto de regeneración urbana de Europa en ejecución.
Estas lecciones se extraen de la reciente conferencia del Arq. José Luis Infanzón, director general de Espacio Público, Obras e Infraestructuras del Ayuntamiento de Madrid, impartida para la Facultad de Arquitectura de la Universidad ORT Uruguay. A continuación, algunos de los puntos más impactantes y contraintuitivos que definen la verdadera magnitud de este proyecto, a través de la mirada del Arq. Infanzón.
La verdadera misión: “coser” la ciudad
El problema fundamental que Madrid Nuevo Norte se propuso resolver no era la falta de oficinas o viviendas, sino la “enorme brecha urbana” generada históricamente por las vías que llegan a la Estación de Chamartín. Esta inmensa playa de raíles separaba por completo los barrios del este y el oeste del norte de Madrid.

Por eso, el objetivo principal del proyecto es, en palabras de sus responsables, “coser” la ciudad. Se trata de realizar una “sutura” urbana para devolver la permeabilidad transversal y reconectar dos partes de la ciudad que llevaban décadas dándose la espalda.
“Lo más importante de este ámbito es algo que pasa en la mayor parte de las ciudades, en particular en las ciudades europeas”, señaló Infanzón, añadiendo que:
“Las vías del ferrocarril, históricamente, han generado una enorme barrera, una enorme brecha urbana”.
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(Re)conectar un país
Hasta hace muy poco, según relató Infanzón, la red de alta velocidad española —“la segunda del mundo después de la China”— tenía una disfuncionalidad crítica. Existía una red norte y una red sur que convergían en Madrid, pero no estaban conectadas entre sí.
En la práctica, esto creaba situaciones absurdas: un pasajero de Barcelona a Galicia tenía que bajarse en la estación de Atocha (sur), tomar un tren de cercanías, cruzar la ciudad y llegar a Chamartín (norte) para continuar su viaje.
La solución era un túnel bajo el Paseo de la Castellana que conectara ambas estaciones, pero aquí reside el detalle más increíble: ese túnel ya estaba construido. Como reveló Infanzón, “lleva 4 años terminado el túnel y todavía no está a punto para funcionar”. ¿El problema? Las estaciones no estaban preparadas para ser “pasantes” y no terminales.
En este sentido, Madrid Nuevo Norte es la pieza que desbloquea esta masiva inversión latente. El proyecto financia y coordina la monumental remodelación de la Estación de Chamartín, permitiendo finalmente poner en uso el túnel y unificar la red ferroviaria del país. Esto convierte el área en el “hub de transporte que va a ser el más potente de España”, expresó el conferencista.
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Construyendo suelo donde no lo hay
La solución más espectacular del proyecto es cubrir la parte más ancha de la playa de vías con una losa gigante para crear un parque central encima. El coste de esta estructura es asombroso: 600 millones de euros.

En tanto, la complejidad es inmensa, pues el tráfico ferroviario no puede detenerse. Los equipos solo pueden trabajar durante 3 horas por la noche, lo que permite instalar apenas “un pilote por noche”.
El intento inicial de construirla fue un fracaso que ilustra el desafío. Con “tres empresas constructoras distintas” trabajando al mismo tiempo, el resultado fue un caos: “Imposible. 4 años e hicimos 4 pilotes y un caos”, recordó Infanzón.
La solución fue una genialidad de gestión: en lugar de coordinar a múltiples actores, los promotores del proyecto firmaron un nuevo convenio para entregarle los 600 millones de euros directamente al operador ferroviario (ADIF), para que gestionara la construcción de la losa como “un único proyecto” integrado con sus propias obras.
Esta obra no es un capricho; es la clave que hace viable toda la operación al generar artificialmente el suelo público (zonas verdes) que la ley exige.
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Un laboratorio de urbanismo sostenible
MNN se posiciona como el antídoto a los modelos de desarrollo de finales del siglo XX, que crearon barrios monofuncionales y de baja densidad.

Para entender la diferencia, Infanzón ofreció un dato demoledor: la “almendra central” de Madrid, con 58 km², alberga a un millón de personas.
Los grandes desarrollos de los años 90, con una superficie similar, fueron planeados para solo 300.000. El resultado fueron las temidas “ciudades dormitorio”, sin vitalidad.
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Para evitarlo, Madrid Nuevo Norte se basa en dos pilares:
- Compacidad: Alta densidad para crear una masa crítica que sustente servicios y transporte.
- Mezcla de usos: Integración de viviendas, oficinas y comercios para que los barrios tengan vida todo el día.
A este respecto, el conferencista refirió:
“Los dos pilares de la dinámica de una ciudad y de la sostenibilidad son la compacidad y la mezcla de usos”.
Conjuntamente, el proyecto incorpora innovaciones como el uso de geotermia y aerotermia, eliminando la conexión a la red de gas, y la creación de suelos permeables para gestionar el agua de lluvia.
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La paciencia como herramienta de planificación
Siguiendo a Infanzón, quizás el dato más revelador no sea técnico, sino político: el proyecto tardó 30 años en aprobarse.
A lo largo de tres décadas, el plan tuvo varios nombres, como “Operación San Martín” y “Prolongación de la Castellana”, y varias versiones que nunca vieron la luz.
La razón principal fue la extrema complejidad de alinear los intereses de los propietarios del suelo, que incluían a las tres administraciones públicas (Estado, comunidad autónoma y ayuntamiento) y a propietarios privados.
Sobre este punto, el arquitecto señaló que “poner de acuerdo a toda esta cantidad de actores ha sido bastante complejo y difícil porque muchas veces cada administración estaba gobernada por un partido político distinto y llegar a acuerdos ha sido complicado”.
El acuerdo definitivo que finalmente desbloqueó el proyecto no se logró hasta 2019, una lección de que las transformaciones urbanas más profundas requieren una dosis extraordinaria de perseverancia.
Reviví la conferencia completa:
youtube.com/watch?v=wbT2nxH6pUA&t
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Un legado para el futuro
Madrid Nuevo Norte es mucho más que una obra de infraestructura o un nuevo barrio. Es la materialización de un nuevo modelo de ciudad que busca corregir los errores del pasado y anticiparse a las necesidades del futuro. Es "el verdadero Madrid del futuro".
Su historia es una lección sobre cómo la visión a largo plazo puede superar obstáculos técnicos, financieros y, sobre todo, políticos. Más allá de Madrid, ¿qué lecciones sobre paciencia, colaboración y visión a largo plazo podemos extraer de esta monumental empresa urbana para nuestras propias ciudades?