Todo comenzó con una noticia en el diario: en el año 2018 una francesa había decidido rifar su castillo luego de que no encontrara ninguna persona dispuesta a pagarle el dinero que ella pretendía por el inmueble. Esa atípica historia resultó ser la inspiración para el proyecto final de carrera de los ahora graduados de Ingeniería en Sistemas por la Universidad ORT Uruguay Federico Bouchaton, Rodrigo Stratta y Luis Introini, y el estudiante Nicolás Pontet.
LaRifamos, así llamaron al proyecto que consiste en una plataforma en la cual las personas tienen la posibilidad de crear una rifa —el premio es el objeto que se desea vender— para que los usuarios compren los números —con un porcentaje alto de ganar— y el vendedor reciba el dinero que quería por la venta. “Luego de leer la noticia pensamos en crear un modelo similar aquí y generar una plataforma en la que la gente pudiera hacer lo mismo. Empezamos a hacer la validación comercial, nos juntamos con la Dirección Nacional de Loterías y Quinielas, y vimos que había una oportunidad, que era viable y que la gente estaba dispuesta a comprar”, contó Stratta.
Más probabilidades de ganar que en un juego de azar
Hasta el momento han emitido cinco rifas: un viaje a Buenos Aires, un iPhone 8, un smartwatch, una moto eléctrica y un PlayStation. De acuerdo a Stratta, el desembolso que los usuarios han tenido que hacer por cada número no ha superado los $ 200.
“La posibilidad de invertir $ 200 y llevarte un premio de USD 700 u USD 800 es atractiva. No hay tanto riesgo, ya que la inversión no es mucha, y además la probabilidad de ganar es alta: las primeras rifas no superaban los 250 números”, indicó el ingeniero. Asimismo, agregó que desde LaRifamos se quiere apostar a tener un modelo de sorteo a través del cual la probabilidad de que la persona gane sea mayor a cualquier otro juego de azar.
Según adelantó Stratta, a fines del primer semestre de este año tienen como objetivo rifar el primer auto usado que, según dice, fue la idea central a la hora de crear el proyecto.
Lo mismo pretenden hacer con, por ejemplo, el alquiler de un apartamento a dos años. En ese caso, el propietario del inmueble establece un valor de arrendamiento por dicho período de tiempo, el cual no debe superar las 2.000 Unidades Reajustables — que es el monto máximo por el cual se puede hacer una rifa, unos USD 60.000.
El objetivo de la plataforma es que se venda una cantidad mínima de números que alcance a cubrir ese monto que estableció el propietario del inmueble. Así es que con este tipo de rifas “las personas podrían llegar a vivir en esa propiedad por dos años pagando solo USD 10, por ejemplo, lo que pagaron por el número”, explicó el graduado de ORT.
¿Cómo funciona?
Cuando una persona solicita rifar algo, en el caso de que sean autos o inmuebles, existe un proceso de validación de mecánicos y escribanos que se encargan de averiguar cuánto cotiza el elemento en cuestión en plaza y comprueban los aspectos legales. Si esa validación queda aprobada, se procede a la negociación con el beneficiario sobre cómo emitir la rifa, qué margen de publicidad quiere realizarle y de cuánto será la comisión de LaRifamos, que se ubica en un 15 % de la venta. De esta forma, es posible saber cuántos números se deben vender como mínimo.
Una vez aprobado el marco comercial, se publica la rifa. A partir de entonces, los usuarios reservan el número que quieren e ingresan su tarjeta, pero todavía no se ejecuta el pago. Solo en el momento en el que se supera la cantidad necesaria de rifas que aseguran el monto mínimo que el vendedor está dispuesto a aceptar por su producto, es cuando se emite la rifa.
Seguidamente se la registra en la Dirección Nacional de Loterías y Quinielas y continúa el proceso de venta de rifas hasta el día del sorteo. “De esa forma, nosotros podemos asegurar que no vas a malvender tu auto o tu producto y además podrías llegar a tener un plus por lo que pretendías por él”, explicó Stratta.
Por otra parte, el Ingeniero en Sistemas indicó que entre las tecnologías que utilizaron se encuentra la de Blockchain, que permite asegurar que el número que se le da a cada persona es inalterable. A su vez, tienen una encriptación de datos sensibles, lo que le da seguridad al usuario.
“Un camino posible para cualquiera que se lo proponga”
Según indicó Stratta, no han encontrado emprendimientos similares en la región. “En Europa, más precisamente en Londres, hubo unos intentos de hacer algo parecido pero no funcionó, entre otras cosas por el marco legal. También influye mucho la cultura y la situación del país: si yo voy a rifar autos a Estados Unidos, donde comprar un 0 km sale muy barato, no va a servir. Al uruguayo sí le sirve, nos cuesta alcanzar esas cosas y el objetivo es facilitar eso”, explicó el cofundador de LaRifamos.
Por otra parte, Stratta destacó que en todo momento la universidad les hizo sentir que el emprendedurismo era un camino posible. “Está en uno agarrarlo. No es que solo los iluminados optan por eso. A veces no es necesario inventar nada, a veces solo se requiere cambiar la forma en la que se están haciendo las cosas”, aseguró.
Y finalizó agregando: “la universidad me formó y además me hizo ver que el camino de emprender es posible para cualquiera que se lo proponga”.