Establecido en 2015 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), cada 11 de febrero se conmemora el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Una iniciativa que tiene el propósito de visibilizar el trabajo de las mujeres en las áreas STEM (por su sigla en inglés: science, technology, engineering and mathematics) y consolidar referentes femeninos que contribuyan al acercamiento de las niñas a estas áreas profesionales.
Como en tantos otros frentes, la causa del 11F apunta a dar a conocer las dificultades y los factores que inciden en la situación de las mujeres en las áreas STEM, y promover la igualdad de género en el ámbito científico.
En este sentido, la Universidad ORT Uruguay se une a la campaña por medio de dos representantes de la carrera de Ingeniería en Biotecnología: la Ing. Lucía Campos (graduada de la universidad) e Ingrid Persitz (estudiante avanzada).
“Que se festeje este día tiene un valor superimportante. Da visibilidad al tema y abre la discusión. Años atrás se celebró este día en mi trabajo y se generó un momento superrico de debate con compañeros que estaban en desacuerdo o que no entendían bien el trasfondo de la problemática. Instancias como esta favorecen a que se visualice la existencia de la brecha de género también en la ciencia”, dice Lucía Campos.
Lucía ha estado vinculada a la ciencia durante toda su vida. De niña, su juguete era un microscopio y soñaba con ser bióloga marina. Con el paso del tiempo variaron sus ideas respecto a las profesiones y consideró estudiar física, biología, medicina, ingeniería, hasta que se encontró con la propuesta de Biotecnología de ORT, en ese entonces con un año de antigüedad. “Me decidí por ella porque combinaba en una misma disciplina muchas áreas diferentes que me interesaban”, comenta.
La ingeniera por ORT destaca el apoyo de su familia como un “pilar fundamental” en su formación profesional: su padre por su profundo interés y su madre por su carácter imparable que la alentó a hacer lo que se propusiera más allá de las barreras de género o cualquier otra a superar. Sin embargo, nunca tuvo una figura de mujer científica que la inspirara, no porque no las hubiera, sino porque “no las conocía”.
“¿Cuántas mujeres científicas exitosas hay? ¡Un montón! ¿Pero cuántas de estas mujeres se nos vienen a la cabeza cuando nos piden que nombremos cinco científicos de renombre mundial? Hoy en día me inspiran las mujeres que han luchado y que luchan por su derecho a hacer ciencia, aun cuando esta sigue siendo una disciplina para hombres en muchos países”, afirma Lucía.
“Históricamente, la ciencia fue un campo de hombres”, dice Ingrid Persitz.
Ingrid cuenta que siempre se caracterizó por su visión analítica y curiosidad, y que creyó en la ciencia como un buen motor para contestar preguntas o, mejor incluso, plantearlas. Y en la biotecnología como “un abanico de posibilidades”, donde podía integrar temáticas ambientales, de salud, industria, entre muchas otras.
“Ser mujer en la ciencia, en primer lugar, implica saber superar la sensación de que hay que demostrarle a la sociedad que el trabajo realizado es igual de valioso que el de cualquier otro”, afirma la estudiante, que toma como referencia e inspiración a nivel histórico a Marie Curie, la primera mujer en recibir un premio Nobel más allá de todos sus aportes. “Hoy en día mi inspiración es más contemporánea, y la encuentro en científicas jóvenes, emprendedoras e innovadoras que día a día demuestran el valor de las mujeres en la ciencia”, expresa.
Los obstáculos y prejuicios
“Los prejuicios están, solo que no son tan claros o identificables. Las mujeres tenemos una carga muchas veces invisible y debemos movernos en un equilibrio frágil. Pienso que en la ciencia hay un estereotipo de cómo ‘debe verse’ una mujer científica, y esto lleva a que dudemos incluso en cómo vestirnos para no ser sexualizadas”, opina Lucía.
Asimismo, según la graduada, las mujeres sufren discriminación hasta en la postulación a un puesto de trabajo para personas en torno a los 30 años por la posible ausencia relacionada a la maternidad. “La ciencia no escapa a la realidad de las mujeres, independientemente de su profesión. Actualmente, si bien hay un gran número de mujeres científicas en el mundo, los puestos de mayor reconocimiento y cargos de liderazgo siguen estando ocupados mayoritariamente por hombres”, agrega.
Dejar huella
Como mujeres del rubro científico y comprometidas con esta causa, las dos quieren aportar en esta búsqueda de la igualdad de género. Desde el trabajo “demostrando que la calidad de los resultados no dependen del género”, según Lucía, y desde la educación y “el apoyo a jóvenes científicas o estudiantes”, según Ingrid.
“Considero que tener ejemplos, como siento que los tengo yo hoy en día, ayuda a no sentirse sola en el recorrido. Transmitir y representar creo que son dos de las tareas más importantes de las mujeres en la ciencia”, concluye la estudiante.