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El pericón, patrimonio inmaterial uruguayo: una deuda saldada

27/06/2023
El Ministerio de Educación y Cultura reconoció este mes al pericón nacional como Patrimonio Cultural Inmaterial del Uruguay, hecho que salda una deuda que el país tenía con su característica danza. Analía Fontán, egresada del Master en Educación del Instituto de Educación de la Universidad ORT Uruguay, y autora de una tesis que buscó comprender la incorporación y la permanencia de la práctica en las escuelas, explica cuál es la importancia de un reconocimiento como este para un elemento fundamental de la cultura uruguaya.
*Foto: Comisión de Patrimonio Cultural de la Nación*

Con prendas prestadas, confeccionadas especialmente para la ocasión o incluso de uniforme o túnica blanca. Las variantes de la vestimenta con la que cada uno ha bailado el pericón en la escuela son numerosas, pero los pañuelos blancos, celestes y amarillos siempre son denominador común.

Esta característica danza continúa practicándose a nivel de Primaria, incluso a pesar del transcurso de los años. Pero, a diferencia de la payada o la guasquería —representaciones culturales características del campo—, el pericón jamás había sido reconocido como patrimonio inmaterial de nuestro país… Hasta ahora.

A mediados de junio de 2023, el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) declaró Patrimonio Cultural Inmaterial del Uruguay al pericón nacional. De esta forma, a entender de Analía Fontán, egresada del Master en Educación de ORT y coordinadora de la publicación Pericón: ¡Aura! que se presentó el día del evento de la declaración en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo, se saldó un gran debe que el país tenía con un elemento fundamental no solo de la identidad uruguaya, sino también de las escuelas.

Fontán obtuvo su título de postgrado en 2018, cuando finalizó sus estudios con la tesis ¡ÁHURA! La práctica del Pericón en la escuela uruguaya, desde una perspectiva de enseñanza, dirigida por la Mag. Adriana Careaga. En ella, la egresada buscó comprender la incorporación y la permanencia del pericón como práctica identitaria e integradora asociada a las celebraciones y rituales escolares.

Cinco años después de presentada la tesis, la autora continúa ligada a la investigación asociada a esta característica danza y su enseñanza en las escuelas (en donde no está prevista en la currícula como obligatoria). En esta entrevista cuenta sobre los avances hechos en estos años y opina sobre la importancia de la reciente declaración del MEC.

¿Has realizado alguna investigación asociada al pericón en el ámbito educativo uruguayo luego de tu tesis? ¿Cuáles han sido los principales hallazgos o reflexiones a los que pudiste llegar?

No he podido desligarme de la investigación en ningún momento. Luego de finalizar la maestría, seguí trabajando el tema, generando laboratorios de enseñanza de las danzas de tradición popular, en diversos espacios de formación docente, principalmente en el Instituto de Profesores Artigas (IPA) y en el Instituto Superior de Educación Física (ISEF).

También me embarqué en la coordinación de una publicación, que reúne la mirada de varios investigadores que fui convocando a escribir, sobre el pericón desde diversas disciplinas artísticas: música, danza, artes visuales, teatro, literatura y cine.

Mi objetivo era generar un material de consulta actualizado sobre el tema, que habilite nuevas miradas y reflexiones sobre esta práctica. Al respecto, podría decirte que los hallazgos han sido muchos y muy importantes para repensar al pericón en el siglo XXI, a 200 años de sus primeros registros en el Río de la Plata.  

En tu tesis mencionabas que, en 2007, en Argentina, se había declarado al pericón como danza nacional. En Uruguay, en 2010, cuando se reconoció a la payada, como patrimonio inmaterial, no se hizo lo mismo con el pericón. Trece años después, el MEC dio ese reconocimiento al pericón. ¿Cuáles fueron tus primeras sensaciones cuando escuchaste la noticia, teniendo en cuenta toda la información que habías recabado para tu tesis algunos años atrás?

Cuando comencé la investigación en 2017, me contacté con la Comisión de Patrimonio Cultural de la Nación (CPCN) para entrevistar a Leticia Cannella, responsable del Departamento de Patrimonio Inmaterial. En ese momento, no estaba aún el asunto sobre la mesa.

Yo misma le consulté a Cannella acerca de esta omisión y argumenté en favor de iniciar un proceso de consulta para declararlo patrimonio, basada en los datos resultantes de la encuesta nacional que pude realizar a más de 1.000 maestros y docentes de todos los rincones del país, con aval del Consejo de Educación Inicial y Primaria.

Desde entonces, fui acompañando y colaborando con la CPCN ese proceso, mientras continuaba trabajando en la publicación que mencionaba anteriormente y que acaba de ver la luz, como inventario del pericón como Patrimonio Inmaterial del Uruguay.

Las actividades que se están realizando en relación a la investigación, que dio como resultado la publicación Pericón: ¡Aura!, se pueden consultar en la cuenta de Instagram del proyecto.

¿Por qué es importante basarse en la cultura, o en los distintos elementos que conforman nuestra cultura (como el pericón), para establecer pautas educativas? 

Responder brevemente esto se me hace imposible, pero remito al lector que desee profundizar en este asunto a un inspirador ensayo de Inés Dussel, titulado La trasmisión cultural asediada: los avatares de la cultura común en la escuela.

Desde mi perspectiva actual, debemos revisar las bases epistemológicas de los sistemas escolares, empezando por nuestras propias creencias acerca del lugar de la cultura en relación a la experiencia de aprender y de enseñar.

Me cuesta comprender por qué no nos hablan de Teoría Cultural en la formación inicial de maestros y docentes, para mirarnos críticamente desde nuestro rol docente como verdaderos agentes culturales.

Cito aquí parte de las reflexiones finales de la tesis que espero ayuden a comprender mi perspectiva:

Volver a mirar y a mirarse desde una perspectiva cultural. Concebir la inclusión de los Estudios Culturales en el currículum de la formación inicial de maestros y profesores, en un contexto cada vez más desafiante. La cultura "globalizadora" e individualista, un sinfín de culturas locales y colectivizadoras, un "mundo con intersecciones múltiples entre configuraciones culturales que, además, tienen fronteras y significados cambiantes" (Grimson, 2011, p.198).  Aplicar politicas de reconocimiento (Fraser, 2008) allí donde abundan los exhilios y las migraciones, las dinámicas de fragmentación y exclusión social. Preguntarnos como docentes, si somos capaces de reconocer desde qué paradigma cultural enseñamos o de qué forma nos posicionamos frente a "los otros", sus prácticas y sus culturas. ¿Comprendemos realmente la complejidad y las implicancias de la trasmisión cultural? ¿En qué lugar sino en la escuela, para comenzar a reconocer y disfrutar de las diversas prácticas de tradición popular, entre las que se encuentran la musica y la danza? ¿Cómo encontrar entonces, desde la perspectiva de Benjamin (2006) "un lugar para el presente en la historia de la cultura"?

¿Creés que esta declaratoria por parte del MEC es una señal de que lo cultural puede empezar a tener más peso en el diseño de políticas educativas? ¿Este reconocimiento puede ser una señal, también, de que el sistema educativo está intentando sacar del fondo de la lista de prioridades a los contenidos artísticos?

Quisiera que esta declaración sirviese para generar reflexión respecto al lugar educativo que le damos al pericón y a su potencial como prática articuladora de diversos saberes que nos conectan con la historia, con la música, la danza, la literatura oral, la copla… Al mismo tiempo, nos conectan con una comunidad de pertenencia, con una tradición activa, dinamizadora, que nos sostiene en su continuidad, pero que también permanece permeable al cambio y a nuestras necesidades del presente.

En una época en la que es muy común poner en tela de juicio valores del siglo pasado, sobre todo aquellos que tienen que ver con el rol de la mujer y la discriminación, ¿por qué afirmabas, a raíz de tu investigación, que la enseñanza del pericón en la escuela es una oportunidad única para trabajar sobre la socialización, así como atender a los problemas de fragmentación social, de discriminación y desarraigo?

Precisamente porque es una práctica simbólica que nos habla de convivencia y de celebración de la diferencia. Es una danza de ronda, de encuentro de la comunidad, que permite el reconocimiento de cada uno de sus miembros a través del desarrollo de cada figura: cadenas, molinetes, espejos, puentes. Solo son posibles si los cuerpos se coordinan, se escuchan, se esperan, se arriesgan y se entreveran, para volver a encontrarse, cambiar de pareja y así construir una experiencia que casi siempre se vuelve memorable y significativa.

Muchos docentes saben esto y por eso propician su práctica. Y lo hacen desde el reconocimiento del valor del disfrute, y de lo que es necesario revisar para generar las condiciones para una apropiación genuina y significativa en las personas.

En la tesis hablabas también de la falta de motivación por parte de los jóvenes para interesarse por el pericón. En base a tu investigación y experiencia, ¿qué creés que hace falta para lograr esa motivación genuina por esta danza?

Habría que hacer un estudio desde la perspectiva de los que aprenden y bailan pericón. Muchos docentes entrevistados señalan que, a veces, existe un rechazo inicial y un cambio de percepción una vez que las personas pasan por su cuerpo esta danza.

En el trabajo de tesis analizo algunos factores que, desde la perspectiva docente, contribuyen a ese rechazo inicial en niños y jóvenes. Como sostiene Dussel en el ensayo que mencionaba anteriormente: "En la actualidad la escuela compite con otras agendas culturales. Y compite en condiciones desventajosas".

Aun así, muchos maestros y docentes consiguen motivar y entusiasmar a través de:

  • diversas estrategias que pasan por mirar la danza como un juego del que todos los cuerpos pueden participar
  • estrategias que también pasan por escuchar y poner en palabras las necesidades de los niños para que la práctica sea disfrutable
  • proponer desafíos que el grupo se compromete a asumir y llevar adelante
  • activar afectos y memorias desde lo colectivo y también desde lo individual

Eso es lo que trabajamos en los laboratorios de enseñanza en el profesorado de danza en el IPA.

En base a tu experiencia no solo como autora de la tesis, sino también como egresada de la Escuela Nacional de Danza, del Master en Educación, e investigadora y docente del Profesorado de Danza, ¿a qué herramientas podrían apelar los maestros idealmente a la hora de abordar el pericón en sus clases?

Parte del trabajo que he venido realizando en los últimos años, como formadora de formadores, ha sido precisamente generar espacios para el diseño de dispositivos, para contribuir a una enseñanza reflexiva y creativa en relación a las danzas de tradición popular en la escuela.

Uno de esos dispositivos diseñados para la enseñanza y el aprendizaje del pericón es una web, realizada con fondos del MEC, a través del Instituto Nacional de Música y de los Fondos Concursables para la Cultura.

En este sitio web se despliega una serie de actividades vinculadas no solo con el pericón y su historia, sino también con su música (en una radio en la que se escuchan diversos pericones), el teatro y la literatura a través de un juego de relaciones (tradicionales y contemporáneas).

También implica un recorrido por los pericones de Juan Carlos y Pedro Figari, y un mapa interactivo que se va completando con los aportes de los visitantes, en el que es posible geolocalizar las fotos, videos y anécdotas de los pericones que se han bailado en las distintas localidades, escuelas y espacios culturales a lo largo y ancho del país.

De todas formas, para generar una verdadera apropiación de las prácticas de tradición popular es importante disponer de herramientas conceptuales sólidas que nos hagan transmitir el valor de estos bienes culturales, con pasión y también con responsabilidad. Estamos legando cultura, trabajando y generando memorias y afectos, contribuyendo a la construcción de subjetividad.

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