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Exogas: energía limpia a partir de residuos orgánicos

12/11/2025
Nazareno Cabrera, estudiante de Ingeniería en Biotecnología en la Universidad ORT Uruguay, y Ezequiel Abalos, estudiante de Ciencias Económicas en la Universidad de Buenos Aires, desarrollan Exogas, un biodigestor doméstico capaz de transformar residuos orgánicos en gas para cocinar.
Exogas: energía limpia a partir de residuos orgánico

El proyecto promete hasta un 80 % de ahorro en dinero a energía para cocinar y una reducción del 13 % de las emisiones de CO₂ en los hogares.

Un biodigestor pensado para el día a día

El proyecto surgió a partir de una observación cotidiana: los altos costos de la garrafa en Uruguay. “Cuando llegué a Montevideo me shockeó lo caro que era cocinar”, cuenta Nazareno. “Ahí conocí la tecnología de digestión anaeróbica, un proceso en el que las bacterias, en ausencia de oxígeno, generan metano, un gas que se puede usar para cocinar, igual que el butano”.

ExogasAsí nació la idea de Exogas, un dispositivo que adapta esta tecnología, común en la industria y el agro, para uso doméstico. Su funcionamiento es simple: el usuario deposita los restos orgánicos del hogar en un recipiente hermético y, gracias a la acción de microorganismos, se genera gas que puede emplearse en la cocina.

Ezequiel lo define como un “tacho de basura inteligente”, pensado para integrarse de forma natural a la rutina diaria.

La meta es que la sustentabilidad no implique un sacrificio. “Queremos que sea algo realmente útil, que te genere una mejora económica y, al mismo tiempo, un impacto ambiental positivo”.

Energía limpia a partir de los residuos

El funcionamiento del dispositivo está calculado en función del promedio de desechos que produce un hogar uruguayo. Con alrededor de 1,5 kilos de residuos orgánicos diarios, Exogas puede generar entre 50 minutos y una hora de gas, suficiente para cubrir buena parte de las necesidades de cocina de una familia tipo.

Según sus cálculos, esto permitiría ahorrar hasta un 80 % de los gastos en energía doméstica. “En promedio, un hogar gasta unos 15 dólares mensuales en gas; con Exogas, ese costo baja a unos 3 dólares al mes, gracias a un sistema de recarga que funciona mediante un kit de mantenimiento mensual”, detalla Ezequiel.

Además del beneficio económico, el dispositivo contribuye a reducir las emisiones de dióxido de carbono entre un 10 y un 13 %, un valor que equivale aproximadamente a cinco mil kilómetros recorridos en auto en un año.

Innovar desde la biotecnología

Aunque el principio del biodigestor es conocido, el desafío científico del proyecto fue desarrollar un inóculo adaptado al uso doméstico. Los digestores rurales suelen emplear estiércol para activar el proceso biológico, pero esa solución resulta poco práctica para un entorno hogareño. El equipo trabaja en un inóculo liofilizado, una mezcla de bacterias deshidratadas que se reactivan fácilmente al contacto con agua, de forma similar a la levadura seca utilizada en panadería.

En el Laboratorio de Biotecnología de la Facultad de Ingeniería, Nazareno Cabrera realizó ensayos de potencial bioquímico del metano (PBM) que confirmaron la viabilidad del proceso. “Al principio tuvimos un problema de acidificación: las bacterias se desactivaban antes de producir gas. Lo resolvimos incorporando un buffer que estabiliza el pH, y desde entonces las pruebas vienen dando muy bien”, cuenta.

Actualmente cuentan con un prototipo visual del biodigestor y están trabajando en una versión funcional y hermética, que cumpla con los estándares de seguridad necesarios para su uso en el hogar.

Un emprendimiento binacional

Nazareno y Ezequiel se conocieron durante el secundario en el colegio ORT Argentina, donde cursaron una orientación en Química y Biotecnología. Años más tarde, se reencontraron para transformar su interés compartido por la ciencia en una iniciativa concreta.

Hoy trabajan a distancia: Nazareno desde Montevideo y Ezequiel desde Buenos Aires, combinando sus perfiles técnicos y económicos para avanzar en el desarrollo. “Aunque vivimos en distintos países, aprovechamos bien el tiempo. Nazareno se ocupa de la parte científica y yo del modelo de negocio, los costos y la validación comercial”, explica Ezequiel.

El emprendimiento cuenta con el apoyo del Centro de Innovación y Emprendimientos (CIE) de Universidad ORT Uruguay y del fondo VIN de ANDE, que les permitió validar la idea y extender el proyecto por tres meses adicionales. Además, presentaron Exogas en el Foro Biotech 2025, donde recibieron comentarios muy positivos del público y de especialistas del sector.

exogas

Validar la idea y escuchar al público

La validación del producto se realizó en dos niveles. Por un lado, la validación técnica, con las pruebas de laboratorio que permitieron comprobar la generación de gas en condiciones controladas. Por otro, la validación comercial, que incluyó encuestas, presentaciones y cartas de intención.

“Queríamos que las respuestas fueran reales, no idealizadas. Por eso mostramos el producto completo, con su tamaño, precio y características, y recién ahí preguntamos si la gente lo compraría”, comenta Ezequiel. Los resultados fueron alentadores: cerca del 70 % de los encuestados manifestó interés en adquirir el biodigestor, incluso conociendo sus limitaciones.

Ciencia, empresa y sostenibilidad

Además del gas, el sistema genera un subproducto líquido que puede aprovecharse como fertilizante, lo que refuerza la visión circular del proyecto.

“La idea es que cada persona pueda transformar sus residuos en energía y, al mismo tiempo, reducir la cantidad de desechos que van a los vertederos”.

Ambos coinciden en que el ecosistema uruguayo ofrece un entorno muy favorable para emprender en biotecnología. “El modelo de apoyo entre el sector público y privado es excelente. El fondo VIN te da la primera oportunidad real para validar una idea, y el acompañamiento del CIE hace que el proceso sea mucho más accesible”, destaca Nazareno.

De la idea al impacto

Al mirar hacia atrás, los emprendedores reconocen que la clave fue animarse a compartir la idea. “Al principio muchos tienen miedo de contar su proyecto por temor a que se lo roben, pero nadie lo entiende mejor que vos”, dice Nazareno. “Hablar del proyecto te permite obtener feedback y mejorarlo.”

Para quienes están pensando en emprender, su consejo es simple: hacerlo por interés genuino.

"Emprender no es un fin en sí mismo, sino una forma de seguir un interés profundo y transformarlo en algo útil. Si el impulso es auténtico, el camino se sostiene incluso cuando se vuelve difícil”.