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Rumbo a Japón con la beca MEXT

05/06/2025
Lucas Reyes, graduado en Ingeniería en Telecomunicaciones, fue seleccionado como becario 2025 por el gobierno japonés para cursar un postgrado en Utsunomiya University.
Rumbo a Japón con la beca MEXT

Durante siete meses será research student, antes de rendir el examen de ingreso al máster, en la universidad japonesa, donde profundizará en diseño de sistemas ópticos, teoría electromagnética y continuará perfeccionando su japonés. Con un plan de investigación claro y una pasión por la óptica, Lucas busca convertirse en puente académico y cultural entre Uruguay y Japón.

Una beca que abre puertas

Lucas fue elegido como representante uruguayo para la beca MEXT 2025, financiada por el gobierno japonés. Esta beca cubre todos los costos del postgrado, incluyendo pasaje, gastos médicos y académicos, y un estipendio mensual.

“Para estudiantes de países con menos recursos en ciertas áreas de investigación, como Uruguay, es una puerta abierta a proyectos punteros y colaboraciones internacionales”, explica.

El proceso de selección tiene tres fases: entrega de documentos, examen escrito y entrevista oral. Para los postgrados se evalúan tanto japonés como inglés. “En la web de la embajada los pasos están explicados con detalle, y el personal de la sección cultural me acompañó en todo momento, algo que agradezco mucho”, destaca.

Superado ese primer filtro (first screening), comienza la segunda etapa: obtener una carta de aceptación provisional de la universidad y el visto bueno del profesor que dirigirá la investigación. “En mi caso ya sabía a qué universidad quería ir, así que contacté al laboratorio con antelación, en la Universidad de Utsunomiya”, cuenta. Una vez recibida esa aceptación, el proceso concluye.

*Lucas en su primer viaje a Japón*

Un sueño forjado desde ORT

Lucas decidió orientar toda su formación universitaria para lograr este objetivo: “Desde muy joven me atrajo la vida académica y, cuando ingresé a la Universidad ORT Uruguay, me enfoqué en conseguir un postgrado en Japón”. Su interés por la beca MEXT surgió en 2018, cuando aún estaba en bachillerato y se acercó a la embajada japonesa para informarse sobre oportunidades de estudio.

Recibir la noticia de que había sido seleccionado fue un momento inolvidable.

“Sentí que levantarme a las 5 de la mañana para estudiar japonés valió enteramente la pena. Fue la mejor decisión de mi vida”.

El camino hacia la óptica

Todo empezó cuando cursó las materias Electromagnetismo y Ondas Electromagnéticas: “Supe que mi futuro pasaba por ahí, aunque no tenía claro en qué subcampo. La física es tan vasta que la curiosidad se dispersa fácilmente”, explica Lucas.

Entre los semestres 6 y 7 exploró distintas áreas, como electromagnetismo computacional y diseño de antenas. Fue en el octavo semestre cuando un compañero, Sebastián Fraga, le sugirió enfocarse en óptica. “Me di cuenta de que era por ahí. La óptica integraba lo que me fascinaba de ambas asignaturas y dejaba de lado lo que menos me atraía”.

Desde entonces dedicó los siguientes tres años a profundizar por su cuenta y a aprovechar oportunidades como la de trabajar como asistente de investigación junto al Dr. Efraín Buksman, catedrático de Física de la Facultad de Ingeniería.

Lo que más lo cautiva de esta disciplina es su presencia silenciosa en la vida cotidiana: “La visión, las cámaras, las fibras ópticas, las pantallas… La óptica es, al fin y al cabo, el arte de manipular la luz para lograr un propósito concreto”.

Un plan de investigación claro

Durante el período como research student, Lucas no cursará asignaturas formales: se dedicará exclusivamente al laboratorio donde más tarde desarrollará su investigación, y así continuará hasta rendir el examen de admisión en diciembre.

“Aproveché estos meses para realizar investigación autodirigida mediante cursos sobre temas poco habituales en clase, pero muy útiles en un ámbito de laboratorio”, explica.

Entre ellos destaca la programación en MATLAB aplicada a óptica de metamateriales, tópico trabajado en su tesis de grado bajo la tutela del docente Enrique Maciel, y la implementación de ray tracing.

En esta etapa se centrará en el diseño de sistemas de imagen bajo la guía del Dr. Nathan Hagen. “También estudiaremos óptica lagrangiana aplicada a sistemas ópticos complejos y avanzaremos en problemas relacionados con el vector de Poynting, como punto de partida para nuevas líneas de investigación”, agrega.

En paralelo, reforzará su dominio del japonés técnico con clases diseñadas para estudiantes universitarios avanzados. Sobre el examen de ingreso al máster, que rendirá en diciembre, afirma: “Será un reto exigente, pero me vengo preparando desde octubre con ejercicios específicos y libros especializados”.

*Lucas en su primera visita a Japón*

Vivir en Japón: cultura, idioma y adaptación

Lucas no es ajeno a la cultura japonesa. Ya ha viajado anteriormente y reconoce que eso facilita el proceso de adaptación: “Aunque lo más difícil siempre será el contraste entre sociedades. Mientras la uruguaya es más cálida y jovial, la japonesa es más fría y seria. Pero esta experiencia puede servir como puente cultural”.

Estudia japonés desde 2019 y destaca a las profesoras que lo acompañaron: “A cada una de ellas les debo la vida. No estaría aquí si no fuera por ellas”.

Lo entusiasma especialmente la posibilidad de explorar lugares aún no visitados, como Tochigi-shi o el Museo de Historia de Oya en Utsunomiya. “Tienen una atmósfera melancólica pero mística que me fascina”, dice.

Consejo para quienes sueñan con estudiar afuera

Para quienes estén pensando en postularse a una beca en el exterior, Lucas tiene un mensaje claro: “Llegá preparado. Quien financia espera un retorno. Antes de postularte, tenés que tener definidos tres pilares: un plan de investigación, un laboratorio al cual acudir, y un tema que te apasione. La investigación no puede volverse una rutina; tiene que ser algo que te mueva”.

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